Esta aquí.
Puedo sentir su respiración, estoy segura de que sus ojos están fijos en mi.
A pesar de que no puedo ver su rostro lo sé y es algo aterrador.
No se que quiere o cual es la razón por la que se encuentra aquí pero el parece estar seguro de...
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“Durante nuestros momentos más oscuros debemos centrarnos en ver la luz.”
-Aristóteles Onassis.
Desastre…
Es así como puedo llamar a todo lo que está sucediendo ahora.
Miles de cosas me han pasado por la mente buscando una respuesta lógica para todo esto.
Y por supuesto no la he encontrado, nada tiene sentido.
Estamos en la sala de la casa de Lucas viendo la saga de Harry Potter. Mi papá me llamó hace un rato diciendo que fue a buscarme pero ya me había ido. Le invente una excusa porque se molestaría al saber lo que en realidad pasó.
—¡¡Ash!! ¿Quieres algo de comer? —Daisy habla. Ella está sentada en el piso donde hay una gran alfombra blanca frente a la T.V mientras Lucas y yo estamos en el sofá —¿palomitas, papitas, Fresas con nutella?—. Continua diciendo.
—Estoy bien no hace falta —digo tratando de sonar amable, con todo lo que ha pasado mi apetito ha disminuido.
—Vamos, se que quieres preparare de todo —insiste Daisy.
—Oye, ¿porque no me ofreces nada a mi, soy tu hermano? —Se queja Lucas.
—Vives aquí, puedes ir a buscar que comer tu solito pero Ashley es nuestra invitada —Responde de forma burlona.
—¡De que hablas! Ashley es como de la familia —bufa Lucas.
En su mini discusión transcurren unos segundos hasta que de repente todo queda a oscuras.
Se hace silencio por unos segundos antes de que vuelvan a romper el silencio.
—¿Qué ocurrió? —Suelta Lucas.
—Un apagón ¿no es obvio? —Le responde Daisy con tono burlón.
—No es normal que esté tan oscuro son las 4:00 pm —Les digo mientras voy a abrir las ventanas para observar.
Lo que veo me sorprende aun más. El día había estado muy soleado hoy pero ahora unas grandes nubes oscuras cubren el cielo, pareciera que va a caer un diluvio.
Una extraña sensación me produce escalofríos, mi última experiencia con la lluvia no termino bien.
—¡Por Dios! —Ni siquiera me di cuenta cuando Daisy se movió hasta quedar a mi lado—. ¿Cuándo se supone que aparecieron esas nubes? Son terroríficas —Sigue diciendo con algo de asombro en su voz.
—Chicas…no fue un apagón —Lucas añade señalando desde otra ventana.
Nos movemos rápido para mirar y definitivamente no fue un apagón.
