Esta aquí.
Puedo sentir su respiración, estoy segura de que sus ojos están fijos en mi.
A pesar de que no puedo ver su rostro lo sé y es algo aterrador.
No se que quiere o cual es la razón por la que se encuentra aquí pero el parece estar seguro de...
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“Vivimos en un mundo donde la verdad es opacada por una realidad que no existe”
-Albert Einstein.
—¿Me quieres explicar que fue eso? —Le digo a Lucas cuando me detengo lo más lejos posible de Asher.
Pero hay algo en su expresión y es bastante raro en Lucas.
—¿Estás enojado? —Le vuelvo a decir al no tener respuesta.
El suelta un suspiro para luego hablar.
—El no me agrada —Trata de relajarse pero aún se puede notar su incomodidad—. O más bien dicho, no me agrada que esté cerca de ti. No sabemos cuales son sus intenciones contigo y conociendo a Asher el no es del tipo de chico que se le acerca a todo el mundo para ser “amigos”
—También estoy consciente de eso, no creas que no me sé cuidar sola. Entiendo que estés preocupado por mi pero te pido que no vuelvas a enfrentarlo de esa manera…si algo pasa te prometo que te lo diré.
Lucas duda un poco para luego hablar.
—Está bien —al fin logra decir tratando de formar una sonrisa en sus labios—. Confió en ti, no quiero que pienses lo contrario.
Me aprieta los cachetes antes de seguir caminando.
—¡Oye, eso duele ya verás! —digo con mi tono dramático para luego seguirlo.
***
—¿Vas a querer café o una batida de fresa? —Miranda me dice levantándose de la mesa de la cafetería donde algunas veces solemos venir en las tardes.
Es un lugar bastante cómodo ya que no suele llenarse de personas y tiene una hermosa vista.
—una batida de fresa —le respondo con entusiasmo.
—Si, para que pregunto si es tu bebida favorita —me dice con una sonrisa pero puedo notar que no llega a sus ojos.
Como dicen los ojos son las ventanas del alma. A través de ellos podemos conocer los sentimientos y aún los secretos más oscuros que cargan en el alma las personas, claro, si sabemos observar bien…
—los traerán en unos minutos —Miranda toma asiento de nuevo—. Hace mucho que no veníamos aquí, me sorprendió que me dijeras que querías venir.
