Esta aquí.
Puedo sentir su respiración, estoy segura de que sus ojos están fijos en mi.
A pesar de que no puedo ver su rostro lo sé y es algo aterrador.
No se que quiere o cual es la razón por la que se encuentra aquí pero el parece estar seguro de...
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"La oscuridad siempre miente".
-Anthony Liccione.
¿Qué me ocurrió ayer?
Eso es lo que me he estado preguntando desde que desperté esta mañana. Lo único que recuerdo de el día de ayer es mi cita con Katherine y luego la salida con papá. El problema es que no recuerdo nada a parte de eso, es como si me hubieran borrado la memoria.
Todos los acontecimientos de estos días me tienen la cabeza dando vueltas, pero al fin luego de tantos años tengo una prueba de que lo que veo es real. Los chicos pudieron ver lo mismo que yo a pesar de que fueron solo unos segundos.
Esos simples segundos fueron suficientes para hacerme tener una esperanza para mi y abrir mi mente a más posibilidades y más dudas acerca de lo que esto significa.
Pero hay un problema.
Ahora hay más personas implicadas en esto, justo lo que no quería que sucediera.
Nuevas víctimas.
Victimas de lo extraño y perturbador que siempre me rodea.
***
Estoy fuera de casa esperando a los chicos para irnos juntos, no los he visto desde aquel día.
La bocina del auto de Miranda hace que me de cuenta de que su auto ya está frente a mi casa. Yo me dirijo hacia el auto y entro.
—¿Cómo te sientes? —Miranda me dice en cuanto me ve—. estuve preocupada por ti todo el día ayer, vine a tu casa pero tu padre me dijo que estabas dormida.
—¿Eh?, dormida, ¿No volviste de nuevo más tarde? —Le pregunto con obvia confusión ya que no recuerdo nada de eso.
—No, no quise molestarte tú papá me dijo que estuviste con tu nueva psicóloga —me dice mientras enciende el auto—. Al parecer Lucas no se va a ir con nosotras hoy, ¿Pudiste hablar con el ayer?.
—No…—mi voz es apenas un susurro—. No recuerdo nada de lo que pasó ayer, después de que papá me fue a buscar dónde Katherine.
—¿De que hablas? No recuerdas absolutamente nada —Miranda me mira con confusión.
Yo le explicó todo lo que ocurrió ese día, lo de el sueño extraño y mi último recuerdo que fue cuando me subí al auto con papá.
—¿No le contaste eso a tú papá? El debe saber todo lo que pasó, dijiste que te dijo que irían a un lugar después de la cita —me dice mientras nos bajamos del vehículo para entrar a clases.
Suelto un suspiro.
—El se fue temprano hoy a trabajar, cuando desperté ya no estaba en la casa —le digo mientras me dirijo a mi casillero.
