×Aƚɾαραԃα ҽɳ υɳ ɱαʅ ɾσɱαɳƈҽ× ♤ʜᴀɴᴀᴋᴏxʟᴇᴄᴛᴏʀᴀxᴛꜱᴜᴋᴀꜱᴀ♤

✧Sumire-Sama✧

─ Uhg, mi cabeza... ─ Se quejo la pecosa mientras se levantaba de la fría tierra.

─ Eres un grandísimo imbécil. ─ Hablo entre susurros la mistero mientras le devolvía toda la energía que había robado del otro.

─ ¿________?.

─ Veo que ya despertaste, Ayauh-San. ─ volteo, dejando ver que uno de sus ojos se habia teñido de azul.

─ Nuevamente eres Wyth...

─ ¿Pasa algo con eso?. ─ Pregunte, mientras cargaba a hanako, poniéndolo en un lugar mas cómodo.

─ No, pero... ¿Donde estamos...?

─ En el territorio de N° 6, podremos acabar con esto si la encontramos...

─ ¿Con quien?.

─ Con el Yorishiro de N° 6, dejaremos a hanako acá, mientras investigamos los alrededores.

─ Pensé que te sabias los limites de cada misterio.

─ Eso es cierto, pero solo había venido muy pocas veces al de Shinigami, ahora acompáñame, debemos darnos prisa.

─ Esta bien.

─ Ya volveré. ─Susurre, mientras que acariciaba el cabello de hanako, para luego levantarme.

[...]

─ Oye... ¿No crees que ya nos hemos alejado mucho?. ─ Pregunto la pecosa, mientras que veía todo su alrededor.

─ Suspire pesado ─ Solo recuerdo que era por una zona llena de mucha vejetacion...

─ Talvez era por el otro lado, aquí esta lleno solamente de Árboles.

─ Puede que tengas razón pero... ─ Volvi a suspirar ─ Si tan solo estuviera meztli conmigo...

─ ¡Meztli!, ¡Ese es un nombre Nahuatl que significa luna!. ─ Menciono la pecosa, mientras que sus ojos se iluminaban cual estrellas.

─ Es el nombre que le diste a mi gata negra. ─ Aclare, mientras sonreía ligero.

─ Me sigues confundiendo..

─ Ya ya Disculpa, Sera mejor volver, si seguimos así nos perderemos mas de lo que estamos.

─ ¡E-ESTAMOS PERDIDAS!. ─ Menciono la pecosa gritando..

─ Tranquila, deje un rastro de piedritas. ─ Aclare mientras volteaba atrás, viendo que ya no se encontraban.

─ Es que estaba aburrida, y no sabia que era para no perdernos. ─ Aclaro mientras bajaba su cabeza, rendida.

─ Ahora si, ya valimos ver-...

─ ¿¡_______!? ─ Grito la pecosa, mientras que se subía a la espalda de la mayor, como si de un gato erizado se tratara.

─ ¡Donde!. ─ De un jalón mis manos se cubrieron de un fuego negro.

─ ¿DETRÁS DEL ÁRBOL!. ─ Chillo mientras que se sostenía fuertemente de las ropas de la contraria.

─ Sal, si no quieres que ataque primero. ─ Aclaro con una voz tétrica.

Detrás de el árbol, salio lentamente un orbe de Hanako.

─ Un Haku Joudai... ─ Moví mis, apagando el fuego ─ Tranquila, estamos salvadas. ─ Mencione en un tono burlón.

─ Levanto la cabeza ─ ¡Pero si son los fantasmitas del idiota aquel!.