Capítulo 25

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Bakugo corrió hasta que no pudo más hacia el hospital, no quería descansar, quería seguir corriendo y llegar a verla lo antes posible, el sol estaba comenzando a ocultarse en el mar. El rubio entró corriendo hasta el hospital y subió las escaleras hasta llegar a la sala de la chica, pero allí sólo había una enfermera limpiando el lugar, Bakugo jadeó de cansancio en el marco de la puerta.

-Oh ¿es usted familiar de la chica que estaba aquí? – Bakugo asintió sin siquiera poder hablar. – Yo fui su compañera de práctica, bueno, ella olvidó algo, sé lo que es, no sé de quién es, pero el caso es que ella lo olvidó aquí, suerte.

-¿Qué? – dijo el chico confundido mirando lo que la enfermera le entregaba en las manos al chico, el rubio miró con sorpresa el test de embarazo que marcaba dos líneas rojas, el chico soltó un suspiro y maldijo para sus adentros, pero fue difícil contenerse. – Maldición, me ocultó sobre lo de su habilidad, y encima esto, estoy harto, le daré una lección...

-Un chico salvaje... - dijo la enfermera mirando como el chico se iba del lugar y soltó una pequeña risa traviesa. - ____ chan... este es tu tipo... chica lista.

-Iré a ejercitarme. – dijo la chica saliendo de casa poco después de haber llegado, no tenía ordenes de guardar reposo, así que se fue de golpe a la casa de Bakugo, llegó allí agotada, tocó el timbre y salió su madre. La madre del chico, conmocionada, salió del lugar y abrazó a la chica acogedoramente. – Necesito a.... Katsuki...

-Huh... bueno él ya casi nunca viene a casa, sólo vine a dormir. – dijo la mujer un poco nerviosa y triste. – Pero el sensei me dijo que se la pasaba siempre en la enfermería de la escuela, posiblemente esté allí, ve por ello, él ha estado mal, no peor que tú, pero emocionalmente mal.

-Iré por él. – dijo la chica saliendo corriendo hacia la escuela inmediatamente, abrió la puerta de la enfermería, y antes de mirar cualquier cosa, tomó un vaso de agua... iba a tener que entrenar mucho para volver a recuperar su estado físico, en el hospital ni siquiera tuvo que esforzarse por respirar. Miró las camillas, pero allí sólo estaba Aizawa, mirándolo extrañado.

-Él no está aquí, fue a verte al hospital, pero veo que ya te dieron el alta. – dijo el pelinegro mirándola unos segundos, la chica lo miró un poco confundida. – Felicitaciones, niña, ve por el niño dinamita.

-Con su permiso, Aizawa sensei. – dijo la chica mientras salía corriendo, una pequeña risa soltó el profesor y luego la miró salir corriendo por la entrada, desde la ventana la miró unos segundos.

-"Sensei", huh... - dijo el hombre con una sonrisa. – Aprendió algo después de todo... suena lindo, después de todo...

-¿Ejercitarse? – dijo Bakugo agotado mientras corría hacia todos lados pensando hacia donde habría podido ir. Su madre salió del supermercado en ese momento y lo miró impresionada. – Vieja ¿no viste a ____?

-Si, fue a casa a buscarte, pero le dije que quizás estabas en la escuela. – dijo la mujer, el chico salió corriendo, la mujer le dio una botella de agua antes de que se fuera del lugar y lo miró alejarse con una sonrisa. – Que joven más activo...

-Ah, mamá. – dijo el chico mirando a la mujer acercándose a ella nervioso. – En realidad, quiero conversar contigo.

-A qué le llamas conversar. – dijo la mujer arremangándose los puños. – Sabes que ganaré.

-No, hablo de hablar. – dijo el chico confundiendo a su madre y llevándola al parque. El chico le mostró la prueba de embarazo a su madre, haciendo que la mujer se sorprendiera y sus ojos comenzaron a brillar. – No la mires así, no sé si es de ella, pero... no sé de quién más podrá ser.

La Bella y el Tsundere {Bakugo Katsuki}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora