²³: ᴰᵉᵖʳᵉˢⁱóⁿ.

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"Shale, screen your worry from what you won't ever find

Don't let it fool you

Don't let it fool you down

Dancing around"

"You barely are blinking

Wagging your face around

When'd this just become a mortal home?

Won't, won't, won't, won't

Won't let you talk me

Won't let you talk me... down

We'll pull it taut, nothing let out"

Roslyn de Bon Iver y St. Vincent.

Todo al alrededor de Lilith era una basura una vez más, aunque, ahora, su hermanastra no era una persona malhumorada ni cantaba con alegría las canciones que se reproducían en la radio. Aunque si se encontraba en el asiento del copiloto en la misma posición que Lilith; recargando su cabeza en la ventana del auto, mientras el señor Williams manejaba y conversaba, tratando de darles ánimos, pero no era realmente bueno en ello. Y por eso, repetía prácticamente lo mismo cada vez, sólo que de una forma distinta.

Según el señor Williams volverían a la ciudad en donde anteriormente vivían y que ahí era un lugar hermoso, pero no había nada bello en el lugar, todo era tan monótono, y mientras más se acercaban a la ciudad, más le desagradaba a Lilith.

Por extraño que parezca, Lilith quería ver a los vecinos que con sincronía caminaban por las calles del pueblo, quería ver a los niños que le gritaban bruja, quería observar a Jake y a Rachel. Quería ver aquel majestuoso castillo que se escondía entre el bosque mientras este se mantenía en ruinas, permaneciendo a la distancia. Quería volver a ver a Edward, pero ella no podía.

Lilith soltó un suspiro con tristeza y miró las cenizas que yacían en sus manos, y las abrazó con fuerza, creyendo que aquello la animaría tan sólo un poco por tener a su madre junto a ella, pero aquello no fue así. Aunque, bueno, la ventaja de volver a la ciudad, era que podría visitar de forma seguida a su padre en el cementerio.

Lilith sonrió y levantó la mirada observando hacia al frente y mirando el espejo retrovisor en donde el señor Williams la observaba con tristeza. Y ella sabía la razón. Sabía que el hombre, a pesar de todo hacía esto porque lo creía correcto. Por más que intentaban los tres adaptarse, no lo habían hecho con exactitud; aunque la única que sufría de burlas y rechazos por parte de la gente del pueblo, era Lilith. Por otra parte, estaba Laila y el señor Williams, que, aunque no recibían burlas, no habían hecho amigos de verdad y no tenían algo que los animara a seguir ahí. No había nada, a excepción de Edward, pero él no era una prioridad para el señor Williams, por eso tenían que irse, aunque Edward necesitara a Lilith.

—Lilith, ¿estás bien?

Lilith miró al señor Williams por el espejo retrovisor, parecía triste y preocupado. Sus ojos estaban apagados, como si dudara de la decisión tomada por él, pero todavía no era tarde para arrepentirse.

—Estoy bien.

—No mientas. —la interrumpió Laila soltando un bufido—. Ambas sabemos que estás mal y no entiendo porque papá sigue con esta estúpida idea.

—¡¿Nunca mantienes la boca cerrada, Laila?! —gritó alterado el hombre logrando que el ambiente se ponga en silencio y asustando a ambas por la forma en la cual había gritado el hombre—. ¡Yo sé porque hago las cosas!

—Lo sé —aclaró Lilith, interrumpiendo las palabras de la pelirroja—. Yo entiendo tus razones, sólo que...

—No te hagas la santa, ¡por Dios! Debes estar odiando a mi padre en estos...

El señor Williams freno al instante colocándose a un lado de la carretera y bajándose del auto dando un puertazo. Lo bueno de esto era que, casi no pasaban carros por el lugar, y el camión de mudanza iba atrás manejando con precaución, pero al verlos detenidos, se estacionó atrás del auto. Mientras Laila y Lilith miraban a su papá caminar en frente del carro, alejándose unos pasos.

—Creo que nos va a matar —susurró Laila mordiéndose las uñas con preocupación—. ¿Qué crees que nos haga?

—Es tu papá —declaró Lilith rodando los ojos sin apartar la vista del hombre—. Lo conoces más que yo.

—Sí, pero... nunca lo había visto tan molesto.

—No está molesto —mencionó la mujer sin apartar la mirada de los hombros caídos de él y como colocaba sus manos detrás de su cabello como si estuviera estirando de este—. Solamente esta frustrado.

—¿Por qué?

—Probablemente tenga mucha presión en él.

—Que horrible es ser adulto.

—Que horribles hemos sido con él —corrigió Lilith atrayendo la mirada confundida de Laila.

Que, a pesar de que había cambiado para bien Laila, aun parecía estar perdida en ciertas situaciones, como lo era esta.

Lilith suspiró y bajó del carro, caminado hacia el hombre con duda, mientras un carro pasaba y los observaba, creyendo que tenían problemas con el auto, pero aún no así se detuvo.

Cuando Lilith estuvo detrás del señor Williams, le tocó el hombro, atrayendo su mirada, logrando así ver los ojos del hombre. Sus ojos llorosos que la miraban con compasión y dolor, sus ojos rojos por el cansancio y el estrés, sus ojos con arrepentimiento.

El hombre dudaba si estaba tomando una buena decisión, se sentía el villano de la historia, y, aunque de cierta forma le estaba dando la espalda a Edward, Lilith comprendía porque hacia todo eso. Y por eso lo abrazó.

Y al estar sintiendo las lágrimas de papá en su hombro, se dio cuenta que Lilith no era la única que estaba sufriendo desde que mamá murió, él tuvo que dejar su vida atrás, el dejar su amor, el tener que realizar tácticas de convivencia entre un par de adolescentes. El tener que comprender a dos adolescentes con diferentes preocupaciones y gustos, mantenerlas, darles atención a ambas para que no se sintieran olvidadas, descuidándose así mismo en el proceso para tener una buena familia...

Ellas habían sido tan egoístas con él.

Por eso Lilith lo abrazó con más fuerza dejando que el hombre llorara en silencio, demostrándole así que no lo odiaba. Lo quería. Lo quería a pesar de aquella decisión que había tomado, porque, aunque en el momento, Lilith odiaba haber abandonado a Edward, sabía que papá no había tenido malas intenciones con ese acto, todo lo contrario. Lo había hecho porque creía que era por el bien de su hija.

—Perdónanos —susurró Lilith con sinceridad, y él la abrazo con más fuerza.

El señor Williams, mientras abrazaba a Lilith, comenzó a llorar más y ella trató de consolarlo, trató de hacerlo, porque él también necesitaba a alguien que lo apoyara en sus peores días.

Entre cuchillas, Mad-ClepGirl (Dianessa)🐧

ᴿᵒᵗᵒ ʸ ᵉˣᵗʳᵃᵛᵃᵍᵃⁿᵗᵉ ✁ ᴱᵈʷᵃʳᵈ ˢᶜⁱˢˢᵒʳʰᵃⁿᵈˢ.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora