⁰⁸: ᴸᵃ ᵛⁱᵈᵃ ⁿᵒ ᵉˢ ᵗᵃⁿ ᵐᵃˡᵃ.

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Ya era tarde, la luz de la luna junto con la luz artificial de la habitación de Lilith era su única compañía, mientras hacía sus deberes de la escuela.

En estos momentos, Lilith estaba muy cansada. De la escuela salía a las cuatro de la tarde, después iba a comer algo, venía a su casa, se arreglaba y pasaba lo que quedaba de su día con Edward. Y cuando el día se convertía en noche, volvía a su hogar; en donde cenaba, hacía las tareas del hogar, las tareas de la escuela, y para acabar su día de buena manera, se tomaba el lujo de pintar un poco. Por eso mismo, llegaba a atrasarse con sus deberes por la falta del tiempo y lo cansada que llegaba a estar al final del día.

Muchas veces eso agotaba tanto a Lilith que ya no quería continuar, pero cuando miraba el cuadro pintado sin terminar de Edward, eso la inspiraba en seguir. Quizá debería acabar ese cuadro. Y ante ese pensamiento, la mujer se levantó de su escritorio y se dispuso a terminar de pintar el cuadro sin importarle la hora que era y los cientos de deberes que tenía de la escuela.

De repente, Lilith acabo de su pintura y después la apreció: cada trazo era perfecto, los colores combinaban bien, pues Edward se miraba real. Parecía una fotografía. Y mientras ella apreciaba su obra, una Laila un poco apenada ingresaba a la habitación de la muchacha, confundiéndola, pero a la vez intrigada en saber que quería su hermana.

—Hola...

—Hola, supongo —contestó Lilith aún sin entender por qué venía su hermana a verla.

—¿Qué estás haciendo?

—Pintando —dijo desinteresada—. Pasando el rato —contestó con simpleza guardando todo en su lugar, sin fijar su vista a Laila.

—¿Quién es él?

Aquello la tomó de sorpresa y la puso tan nerviosa que no sabía que decir.

—Ah. Este... —dijo dudando de lo que diría—, soñé con él —mintió Lilith mordiendo su lengua.

— Te quedo bellísimo —confesó Laila, tomando a su hermana con tanta sorpresa por la respuesta inusual.

—¿Gracias? —soltó con duda.

Lilith estaba tan sorprendida que no sabía que decir mientras que Laila no sabía cómo continuar. Pues hace unos instantes había tenido una conversación tan profunda con su padre que decidió darle otra oportunidad a su hermana, ya que se puso en los zapatos de ella y comprendió lo difícil que debería estar pasándola Lilith que quería ayudarla un poco.

—Perdón.

Fue lo único que se atrevió a decir y Lilith quedó más consternada que nunca.

—¿Disculpa? —soltó levantando ambas cejas mirándola sin entender.

—Perdón por mis actitudes y como he sido contigo —soltó con un suspiro—. Sé que es difícil perder a alguien, también puedo imaginar cómo te has de sentir estando sola con "desconocidos" —aclaró haciendo comillas en esto último con sus manos.

—¿Por qué haces esto?

—No lo sé. Quise ser amable —confesó levantando sus hombros sin más, evitando decir que lo hacía por Arthur, ya que sabía que ese sería un enorme error. Y aunque Lilith no estaba muy confiada, decidió creer en ella.

—¿Quieres empezar de nuevo?

—Eso esperaba —dijo con una sonrisa—, y más ahora. Sería bueno estar juntas en la escuela y conocernos más. Después de todo... vivimos juntas.

—Gracias —susurró Lilith, refiriéndose al nuevo comienzo, pero Laila sólo la miró extrañada sin entender a lo que se refería.

—No hay nada que agradecer.

—Si lo hay —dijo Lilith de inmediato—. Es que aún no me lo creo que estés actuando así conmigo.

—Vivimos en la misma casa —aclaró—. Prácticamente somos "hermanas" —dijo, haciendo comillas al decir lo último, mordiéndose el labio nerviosa—. Por cierto, haces cosas muy lindas, Lilith —soltó la mujer levantándose de la cama y acercándose a la pintura para observarla mejor—. Te quedo muy lindo ese cuadro.

—Gracias. Aunque todavía ando en duda con los colores, no estoy muy segura si quedo como quería.

—No. No te quedo como querías —mencionó la fémina—, te quedo mejor de lo que creías. No es por nada, pero siento que tienes un don esto.

Y ante eso, Laila y Lilith se pusieron a hablar de cosas triviales para después ir a realizar las dos la cena, juntas, cosa que, cuando el señor Arthur vio, se quedó sorprendido y agradeció completamente que su hija finalmente razonará y se tomará el tiempo de hacer las paces con Lilith.

—¡No lo puedo creer! —gritó alegre—. ¿Acaso estoy soñando?

—¿Lo dices por qué cociné o por qué estamos juntas? —cuestionó con diversión Laila, colocando sus manos en su cintura.

—Por ambas —aclaró alegre abrazando a su hija —. ¿Qué vamos a cenar?

El señor Williams se acercó a la estufa dispuesto a observar el contenido de los sartenes, pero Laila lo empujó un poco evitando que lo viera.

—Tú sólo siéntate. —le ordenó a su papá para después mirar a Lilith—. ¿Me ayudas?

—Por supuesto.

Laila le sonrió y agarró tres platos y Lilith buscó los vasos para servir la limonada. Para después acomodar esto en la mesa, y sentarse para comenzar a cenar en familia. Teniendo por primera vez una cena agradable con risas y buenas conversaciones, incluso cuando finalizaron de comer, los tres limpiaron la cocina, el comedor y los platos haciendo aquella actividad divertida.

Al terminó de ese evento inolvidable, cada uno se fue a dormir, pero dentro de los sueños de Lilith, algo extraño sucedió.

"Edward permanecía parado en el bosque, solo. Sin nada cerca de él. Sólo él.

Tenía una mirada triste y perdida.

Lilith quería correr, pero cuando lo hizo, por más que intentaba, no llegaba a él. Y eso la frustraba.

¡Edward, Edward! gritó con desesperación, pero él sólo se alejaba de ella."

Lilith despertó de golpe temiendo de lo peor por él, creyendo que esto era una mala señal.

Nota; Por cierto, el nombre del shipp quedo en Edwith♡ La verdad me gustaba más Edwanne, pero, ¡mayoría gana!

Entre cuchillas, Mad-ClepGirl (Dianessa)🐧

ᴿᵒᵗᵒ ʸ ᵉˣᵗʳᵃᵛᵃᵍᵃⁿᵗᵉ ✁ ᴱᵈʷᵃʳᵈ ˢᶜⁱˢˢᵒʳʰᵃⁿᵈˢ.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora