Pensé que vivir con él sería un desastre. Pensé que lo iba a terminar corriendo antes del segundo día. Sin embargo esa primera noche fue muy tranquila, durmió en el sofá, y no hizo ruido. Tal vez tener un compañero no era tan malo. Así al menos si moría, no tendrían que encontrar mi cuerpo en descomposición de hace un mes. Lo siento por el mórbido ejemplo, pero podría pasar.
Era el gran día, sólo faltaban unas horas para que empezaran a llegar las personas.
Yo vestía una camisa nueva que Cósimo me obligó a comprar, luego de expresar su gran odio hacía toda mi ropa y que además deberíamos usarla de leña algún día. Pero no la odiaba, estaba cool. Ese color verde agua me encantaba, pero, ¿a quién no? Es muy llamativo y magnético.
Por cierto, sí invité a Jazmín. Le mandé un testamento, que tenía lo mismo de largo que de innecesario; y claro, me di cuenta de eso después de enviarlo. Y ella sólo puso: "Genial", y un pulgar arriba.
La mesa del centro tenía mucho alcohol, en serio mucho. Música, mmm... ¿Qué más se necesita para estas cosas?, creo que con sólo esas dos cosas es con que la gente corriente se divierte. ¿Gente corriente?, ni que yo fuera un extraterrestre.
— ¿Nervioso? —me preguntó mientras pasaba por ahí con el teléfono en mano.
—Mmm... Tal vez un poco.
—Calma, ya verás que este va a ser tu mejor cumpleaños. Porque lo organicé yo, y dirás: "Oh por Dios, Cósimo. Eres el mejor" —relataba mientras imitaba mi voz.
—Sí... La verdad no creo que vaya a decir eso jamás.
Llegaron las primeras personas, unos chicos que no conocía. Después los segundos, tampoco conocía a nadie. Luego otro grupo, y ahí sí conocía a alguien, Princesa, me pidió prestado un marcador... que nunca regresó, por cierto.
— ¡Hola!, feliz cumpleaños, Abel —Saludó efusiva esta chica.
—Es Alex —corregí entre risas —gracias.
—Oh, cierto. ¿Dónde está mi cabeza? Alex, sí.
—Bueno, pueden dejar sus cosas por allá...
—Claro —dijeron y lo hicieron rápidamente.
Tal vez no iba a venir. Quizá estaba muy ocupada con algo, o se le produjo un contratiempo. No tenía que estar ella aquí, para pasarla bien. Cósimo caminaba cerca de mí, y al verme se acercó.
—Tranquilo, ya llegará. Y si no, no importa. No es el fin del mundo.
—Pero es que...
—Pero es que nada —dijo cerró mis labios con sus dedos —Tú vas a disfrutar. Así que ven; quiero presentarte unos amigos.
—No vuelvas a hacer eso —manifesté después de que quitara sus manos de mi boca.
—Sí, ya. Calla y ven.
Sus amigos se veían agradables, no parecía que me quisieran comer vivo.
—Alex, ella es Esmeralda, él Steve, él idiota de allá es Kenny, la súper fresa a tu lado es Patricia, y Jimmy.
— ¿Qué onda, Alex? —preguntó el que se veía más animoso de todos, creo que Kenny.
—Todo bien.
—Cuéntanos un poco más de ti, Alex. Mira que hay unas por aquí que les interesas —comentaba y señalaba a la chica a su lado con una mano discretamente indiscreta.
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Her Name
HumorLa aparición de una misteriosa chica en los sueños de Alex, le da un cambio a su vida en el pueblo de Santa Ana. No puede dejar de cuestionar su existencia y la gran atracción que siente por ella.