Capítulo 9: Una pintura

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Salíamos de la casa de Jazmín. Cósimo y yo caminábamos hacia el auto, pero no me había dicho ni una sola palabra. Estaba un poco serio, le hubiera preguntado, si mi mente hubiera estado en la tierra ese momento. Cerramos las puertas casi al mismo tiempo; pero la mía no cerró bien, y la de él casi que se funde al auto, por la fuerza con que le dio.

— ¿Y cómo te fue? —pregunté después de unos incómodos segundos de silencio.

—Lo hicimos allá arriba —respondió sin verme a los ojos.

—Creo que esa no es la cara correcta después de algo como eso. ¿Cómo pasó eso?

—Lo sé. Entré, y ella dijo que iba al baño un momento. Cuando salió se había quitado toda la ropa.

— ¿No hablaron?

— ¡No hablamos una mierda! —Golpeó el volante desquitándose —después de que todo acabara me dijo que me vistiera y me fuera.

— ¿Y tú qué hiciste?

—Insistí la primera vez, pero cuando me lo dijo de nuevo solamente me fui.

Esa chica parecía estar jugando con él, o simplemente no les gustaba. A veces es difícil, pero tenía que entender que no todas las chicas eran para él.

—No soy nadie para meterme en tus problemas pero...

—Dime algo... —pronunció rápido, como si le hubiera llegado una idea de pronto — ¿Hay algo mal en mi?

Sería más fácil contar lo que está bien, pero en un momento tan delicado como ese, era mejor no ser tan sincero.

—Bueno, no sé...

—Cuando me hice tu amigo nunca me importó tus preferencias —en ese momento mi rostro demostró mi gran confusión —quiero que me digas como gay, qué tal me veo. ¿Tú me consideras apuesto?

—Lo siento, pero yo no soy gay —dije riendo.

—Tranquilo, bro, no tiene nada de malo. Tengo un tío que lo es y todo...

— ¡No soy gay!, ahora me preocupaste. ¿Qué te hace pensar eso?

—No lo sé, tienes algo.

—Pero me has visto con otras chicas antes...

— ¿Tu prima Marta cuenta? —manifestó con una sonrisa irritante.

—Vete a la verga. Tal vez no haya tenido tanta suerte como tú...

—Oye, calma, sólo juego contigo, ja, ja, ja. Todo bien contigo, además, si yo fuera mujer, sí te cogería.

—No necesito tus consolaciones, puto. Ya vayámonos a casa.

—Vayámonos a casa —dijo burlándose, parecía que joderme la vida le subía el ánimo.

Encendió la radio, así que no hablamos nada por unos minutos. Disfrutaba la música de Ed Sheeran para viajes largos. Este no era tan largo, pero música es música. Revisó el medidor de combustible y estaba casi vacío. Así que nos detuvimos en la estación más cercana. Apagó el auto y adiós música. En el silencio sentía que tenía que decir algo.

—Veo que te caes bien con su hermana —dijo Cósimo.

—Sí, me cae bien.

— ¿No te gusta?

Yo que estaba con el teléfono, de golpe se cayó bajo mi asiento.

— ¿Quién?, ¿ella? —inquirí en modo avestruz, con la cabeza abajo.

—No, su papá.

Recogí el teléfono, y le tiré una mirada de esas intensas. El sólo se burlaba.

—Sí, ella, la hermana de Beth.

—Sí, tal vez me gusté un poco, pero no es nada loco.

Me iba a crecer la nariz como Pinocho, creo que ya era un experto en no decirle a nadie cómo realmente me siento.

—Por cierto, no es su hermana completamente, son medio hermanas.

—¿Le pediste su número?

—...

—Sí, por eso estás solo, amigo —agregó mientras encendía de nuevo el auto.

—Lo olvidé, se lo pediré la próxima.

Le pagó y seguimos nuestro camino.

— ¿Cuándo será esa próximas vez?

¿Cuándo sería esa próxima vez?, no tenía idea. Ya no sabía si habría más fiestas, u otra cosa así. Tenía que hacer algo.

—Yo haré otra fiesta.

— ¿Cuándo? —preguntó incrédulo.

—La semana que viene cumplo años y tal vez quiera celebrarlo.

—Siempre celebras tu cumpleaños metido en tu cueva con tus cosas de psicópata —expresó con su cara de "no te creo nada".

—Esta vez me dio ganas de algo diferente.

—Mm... Realmente te gusta esa chica.

—Sólo quiero hacer algo diferente.

—Ya veo...—Todavía no sonaba convencido —Al menos me tocó la hermana más bonita.

—Creo que después de lo de hoy, no te toca nada. Ja, ja, ja...

Aceleró de golpe y mi celular aterrizó sobre mi cara. Creo que no le gustó lo que dije, pero no me arrepiento.

Al entrar a casa, estaba todo extremadamente callado. Mi madre me dejó una pequeña nota: "Hay algo de comida en el microondas". Pudo haberme escrito un mensaje, pero ella es más de la vieja escuela.

Jazmín era genial, no podía creer que fuera hermana de esa otra loca. Busqué en Instagram cuentas con ese nombre, muchos resultados. Traté de localizar su cara en uno de los perfiles, pero nada. La inspiración llegó, hace tiempo que no fluía así. Me hacía un examen de sangre, y saldría más inspiración que glóbulos rojos.

Saqué mis cosas, y empecé a trazar. Lo hice con mucha delicadeza y precisión. No sé quiénes han podido experimentar eso, pero trabajar con inspiración, llevar esa idea a la realidad, manifestándola a través de una expresión artística es algo inigualable. Te libera un momento de lo que tenemos por real, y te transporta a otro lugar.

Estaba terminado, después de cuatro horas. Ya era de madrugada, pero valió cada maldito segundo. Se parecía bastante a ella, y la pinté con el mismo vestido del sueño. Cuidé cada detalle, sus pecas, y la sombra que se le formaba bajo los ojos, todo. No era muy grande, pero me encantaba. Hace tiempo que no me inspiraba a pintar así. Después de lo de hace unos años mis manos no eran las mismas. Supongo que tuvo que ser un golpe fuerte. Coloqué la pintura en la pared, con las otras, pero esta le brillaba algo diferente.

Ya no podía negar lo que sentía por ella. Tenía que asegurarme de hacer algo grande. Menos mal tenía unos diez mil que me servirían de ayuda, tenía que invitarla. Todavía tenía su camiseta, se la tendría que devolver luego.

La universidad no estuvo nada fácil al día siguiente. Al parecer muchas personas habían visto el vídeo de nuestra pelea. Me decían Cheerleader, y después entendí que se referían a que parecía una porrista. En un momento del día escuché que me llegó una notificación. Alguien solicitaba seguirme en Instagram, no me fijé bien del nombre. Cuando voy a aceptar me noté que la cuenta se llamaba "JazzLaurent". Era ella, estaba solicitando seguirme. No podía creerlo.

Her NameDonde viven las historias. Descúbrelo ahora