Oscuridad, fría y sombría. Solamente murmullos y susurros se topaban conmigo en ese lo que podía describir como una especie de fosa. No estaba seguro de cuánto tiempo estuve ahí atrapado, pero se sintieron como horas o días. No era una oscuridad total, podía ver mi cuerpo; sin embargo todo lo demás era un gran vacío oscuro.
Desesperado por salir, corrí intentando buscar una salida, pero solamente escuché más voces que parecían hacerse cada vez más estrepitosas e irritantes. Esos murmullos y susurros se convirtieron en gritos en un instante, gritos de dolor y pena. No importaba adonde me moviera, esos malditos alaridos estaban en cada rincón. No era para nada bonito.
Estaba realmente asustado, de lo más profundo de mi ser salió un grito de auxilio, pero al momento de expulsarlo, no se escucho nada, eso me dejó aterrado. Intenté una vez más mientras me tomaba del cuello, lo intenté con todas mis fuerzas, tanto que mi cuerpo cayó al piso, y nada, un total vacío. Mi voz se había ido. Sólo podía sentir ahogo y unas ganas de rendirme. Unas lágrimas salieron a flote. Sentí que todo estaba perdido.
Una luz, esplendente como ninguna otra, emergió de las profundas tinieblas. En ese momento corrí con todas mis fuerzas. La luz, poco a poco fue tomando forma rectangular, era una puerta. Los últimos diez metros parecieron kilómetros. Con desasosiego avancé y avancé, pero los gritos retumbaron con más ímpetu, por un momento tuve la sensación de que me perseguían.
Y ahí, lo logré.
Al atravesar la luz, me encontraba suspendido en el aire sobre un cielo nublado. Las voluminosas nubes se acercaron, su forma empezó a cambiar.
En ese momento la pude ver. Una chica con unos rizos negros cortos, realmente hermosos, con un vestido corto de colores, que resaltaba perfectamente en ese cielo poblado de nubes, descalza, y con unas adorables pecas que se mostraban esparcidas sobre sus mejillas y nariz. Su rostro de alguna manera me tranquilizaba, por un momento pude sentirme a salvo. Se acercaba más y más, y yo me hallaba pasmado. Curiosamente nunca me pregunté quién era, como si la conociera desde hace años. En el momento cuando solamente nos separaban unos cuantos metros, una amplia pero delicada sonrisa se posó sobre su cara; sin duda, algo maravilloso.
Y ahí, desperté.
Mis ojos simplemente se abrieron y ya estaba otra vez en la realidad. Mis sueños se podían sentir muy reales, cada textura, cada detalle. Pero ese fue muy diferente.
Tomé el teléfono que se hallaba sobre la mesita de noche a un lado de mi cama, presioné el botón de encendido a un costado sin ningún tipo de precaución, y el brillo, que estaba a máxima potencia me quemó las retinas, que asco. Me acostumbré a la enceguecedora luz y pude ver que marcaba las cuatro y media de la mañana. Carajo, todavía era muy temprano para cualquier cosa.
Mis pensamientos en ese momento giraban en torno a la obscura fosa, los gritos, la luz, el cielo, y esa chica, ¿quién era ella?
Realmente no conocía muchas personas con esas características. Tanteé por varios minutos en mi cabeza tratando de recordar si la había visto en algún programa de televisión o película, pero nada venía a mi mente.
Surgían más y más preguntas, ¿si nunca la había visto, cómo es que podía soñarla?, y ¿cómo es que no había cuestionado su existencia durante el sueño? No podía negarlo, era realmente hermosa; una de esas bellezas sencillas, que no le suma un atractivo sin igual, pero una dulzura que la hacía realmente interesante.
Aún no podía identificar qué, pero algo en ella me llamaba. Esa sonrisa, ¡Dios!, tan electrizante que un escalofrío recorrió todo mi cuerpo en ese momento al recordarla. Esa mirada, creo que nunca había sentido algo tan fuerte. Necesitaba saber qué era.
Me llamo Alexander, aunque desde pequeño me llaman Alex. Y aquí empieza la historia de como conocí a la mujer de mis sueños.
PD: Te amo :3 sigue leyendo.
att: El autor...
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Her Name
HumorLa aparición de una misteriosa chica en los sueños de Alex, le da un cambio a su vida en el pueblo de Santa Ana. No puede dejar de cuestionar su existencia y la gran atracción que siente por ella.