Retorno del Protocolo 27 (Goku x Vegeta)

Un Almuerzo Diferente al Resto

Capítulo 25: Un Almuerzo Diferente al Resto

Rutinario el movimiento del sol, nuevamente reluciéndose en su mayor esplendor entre el manto despejado mientras que las agujas del reloj lo acompañaban en su eterno labor. Testigos fueron las paredes del momento en el cual la verdadera esencia que constituía la personalidad del Saiyan menor, renacía de entre lo que fue una doble condición, tanto medica como pactada en una cruel y despiadada amenaza. Ahora más que nunca retornaría aquello que constituyo su adolescencia, solamente que de una forma que aplicara la paz y justicia.

Al igual que Vegeta, debía resurgir entre la maldad del ser humano, entre aquellas malas intenciones que rondan la inocencia del mundo. Ambos Saiyan atravesaron el dolor y la humillación provocada por la inmoralidad humana, en ambos casos, la inmoralidad de aquellos que constituyen sus días, personas con las cuales comparten sus corazones, sentimientos, vivencias, sus propias vidas. Claro, sus resurrecciones provenían de sus puras ignorancias e inocencias, ambos observaron a quienes valoraban con cariño, valor, o simplemente les otorgaron sus confianzas en su totalidad, ignorando, desconociendo el verdadero monstruo careciente de decencia y humanidad que los rodeaba.

Simplemente convivían con el disfraz del descaro.

Florecieron, florecieron una ves sus ojos se abrieron aceptando la cruda realidad en la cual transitaron desgraciados, desdichados, florecieron para dar el giro que sus vidas requerían desesperadas para así vencer, con sus verdaderos seres, paralelos en cuanto a sus personalidades, al responsable de sus infortunios.

Tan solo el reloj marcaba las 12:45 del mediodía, ambos hermanos Saiyan en compañía del menor de la familia Son, se disponían a disfrutar de unas deliciosas pastas con salsa bolognesa, unos fideos en corte de cinta acompañados por la sabrosura de aquella salsa, en la cual se distinguían unas apetitosas albóndigas. Se debía recalcar que aquel placentero almuerzo había sido preparado por el propio Vegeta, con la tierna intención de sorprender a ambas personas que el valoraba.

A pesar de que por simple respeto no debía ser utilizado el celular en plena comida, el motivo por el cual el peliflama lo requería en ese mismo instante era para poder comunicarse por mensaje con el hermano de su pareja. Turles, quien le había prometido entregarle los 27mil como un buen gesto, aclaraba a través de whatsapp su disponibilidad horaria con relación a su promesa.

"Buen día Vegeta, debo suponer que estarán almorzando, por lo cual no quiero robarte mucho tiempo. Seguro recordaras que hace unos días te ofrecí los 27mil como regalo, a lo cual, si te parece, mañana tengo el día disponible, además, no te avise pero llame al agente financiero y no hay problema en ir mañana a Independencia temprano a retirarlos. Si no tenes inconveniente, paso mañana a buscarte antes del mediodía y vamos. ¡Saludos!"

Le fue imposible no ocultar su felicidad expresada en una sonrisa, todo pasaba mucho más rápido que el simple parpadear, de igual manera, como había acordado aquella noche con Turles, aun no debía comentar absolutamente nada con Goku para mantener la sorpresa como sorpresa.

Por el otro lado, Tarble, quien camuflaba su disgusto ante la desagradable presencia del de cabellos rubios, intentaba disfrutar de cualquier manera del almuerzo preparado por su hermano. No podía siquiera observar al más grande a los ojos sin recordar el mal momento ocasionado por su descarada intimidación, sin embargo esta misma ya no surtiría el efecto que ocasiono en un principio. Opto por continuar con su estado neutral sin notar la tensión que este mismo ocasionaría, tensión distinguida por la vivaz atención del de cabellos en flama.

Vegeta no tardo suficiente tiempo en reconocer la tensión que rondaba en el ambiente, más que nada entre ambos muchachos, como que una extraña fuerza impedía la unión entre ambos jóvenes generando aquel presentimiento. No le daría lugar, no le cedería el cuarto asiento de la mesa al disgusto. De alguna forma debía incentivar la buena vibra entre ellos.