Capitulo 2

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Lydia estaba ansiosa, estaba en uno de los compartimentos del tren que la llevaría a Hogwarts, solitaria comenzó a tararear una melodía leyendo atenta.

-Hola, hola.-Tocaron la puerta.-¿Podemos pasar?

-Claro.-Al reconocerlos sonrió cerrando su libro.

-Creía que no estudiabas en Hogwarts, recordaría tu rostro.-Uno de los gemelos de sentó frente a ella.

-Inició este año.-Habló contenta.-Los de mi anterior colegio eran muy groseros.

-Tus ojos.-Otro de los gemelos habló boquiabierto.-Anoche no lo había notado.

-¡Oh! S-Se que es horrible pero lo heredé de mi abuelo.-Ante cada palabra bajaba más y más la voz colocando una mano en su ojo azul.

-¿Horrible?-Fred frunció el ceño.-Es genial, son lindos.

Sus mejillas se sonrojaron haciendo reír a los gemelos;-Vaya Georgi, desde ahora mi pasatiempo será hacerla sonrojar.-Le dio un codazo.

-No es divertido.-Lleno sus mejillas de aire aparentando molestia.

-¡Claro que lo es!

Durante el resto del camino bromearon y reían de diversas cosas hasta que por fin llegaron al castillo, estando en el comedor Dumbledore daba su discurso;-Ahora que ya están aquí, quisiera informarles algo. Este castillo no sólo será su hogar este año, también el de varios invitados especiales, ya que Hogwarts ha sido elegido como la Sede de un legendario evento.

Lydia reía junto a los gemelos quien no paraban de pellizcarle los cachetes o darles suaves jalones de cabello cada que se distraía escuchando al director;-Mira a esas lindas señoritas.-George sonrió mirando a las chicas de Beauxbaton entrando.

Estaban haciendo la presentación de las otras escuelas de magia, Beauxbaton y Durmstrangs las chicas habían ingresado haciendo revolotear mariposas mientras los chicos impactaban sus cetros contra el suelo del Gran Comedor haciendo saltar chispas.

-Mira, es Lydia.-Uno murmuró al verla en la mesa con los gemelos.

-¡Oye rarita! ¿Creíste que te librarías tan fácilmente?

-Nunca terminaremos de vengar lo que tu abuelo les hizo a los nuestros.

Fred y George los miraron mal mientras abrazaban a Lydia por los hombros;-No los escuches, no tienen nada en el cerebro.-Fred la animó.

Desde ese momento Lydia agachó su cabeza ignorando lo que a su alrededor estaba pasando, tan solo mordía su labio tratando de no llorar. Pronto se sobre salto cuando sintió una mano en su hombro, la profesora McGonagall la llevó consigo hasta la sala del director.

-Y bien, tu debes ser Lydia.-El director le sonrió.

-Grindelwald, Lydia Grindelwald.-Pronunció.

La habitación se mantuvo en silencio mientras la sonrisa de Dumbledore se borraba.

-Profesor, ¿Se encuentra bien?-Preguntó curiosa.

-S-Si... Tan solo estaba recordando a alguien.-Aclaró la garganta.-Lamento no haber hecho tu selección como se debe, para eso te traje.

La profesora le colocó un sombrero el cual comenzó a murmurar haciéndola sobresaltar;-Vaya pero a quien tenemos aquí una Grindelwald... Conozco la historia de tu abuelo y no es muy linda que digamos... Tal vez seas una Slytherin.-Dumbledore al escuchar eso se tensó.-No... ya se en donde ponerte. Hufflepuff.

Dumbledore suspiró al escuchar la casa a la que la seleccionaron y le mostró una sonrisa cariñosa a Lydia.

-Mucha suerte, espero que si algo te incomoda o molesta me lo digas cuanto antes, estoy aquí para ayudarte.

-Gracias.-Sonrió entusiasmada.

* * *

Antes de lo que esperaba la clase había iniciado, al ver a los Gryffindor se acercó a Fred y George quien le dieron un espacio entre ellos.

-Alguien que me diga una de las tres maldiciones imperdonables.-Moody comenzó la clase.-Jordan.

-Imperio.-Anunció nervioso.

-¡Imperio!-Apuntó a un saltamontes que comenzó a dar saltos de un lugar al otro.

Todos se mantenían callados mirando al animal, Angelina que no pudo contener la risa soltó una leve carcajada.

-¿Esto te divierte?-Lanzo al animal a su cabeza.-Ahora imagina esto en una persona... Podrían hacer que mates a alguien, podrían obligarte a ahorcarte si quisieran.

El rostro atemorizado de Angelina no parecía querer volver a reír nunca, hasta que el profesor le preguntó.

-¿Qué otra maldición hay?-Habló amargado.

-Crucio.-Murmuró asustada esperando a que le quitaran el animal de encima.

-¡Crucio!-El animal comenzó a retorcerte en la cabeza de la chica quien parecía pronta a romper en llanto.

Al ver el rostro pálido de Lydia, ojo loco la miró dejando descansar al animal, se acercó a ella mirándola con desprecio;-Grindelwald, creo que debe conocer la última.

-Avada kedavra.-Habló en voz baja.

-Dígalo más fuerte.

-Avada Kedavra.-Lo miró de mala gana.

-Tu abuelo era muy buen conocedor de esa maldición, la uso contra muchas personas.-Reveló iniciando los murmullos del resto.

Para silenciarlos grito la última maldición y el saltamontes cayó en el pupitre de Angelina muerto.

Grindelwald |Fred Weasley Donde viven las historias. Descúbrelo ahora