Capitulo 25

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Lydia miraba al espejo, su vestido era realmente precioso, ya casi era el momento de presentarse al altar por lo que Fleur junto a Ginny la dejaron darse a sí misma los últimos retoques, la puerta del cuarto se abrió a sus espaldas mostrando a uno de los gemelos Weasley.

—¿George?—Sonrió mirándolo desde el espejo.—Creí que estarías con Fred, no es bueno poniéndose corbatas.

—Lo sé.—Murmuró a lo bajo.

—¿Qué sucede?—Se acercó a verlo.

El rostro de George mostraba profunda tristeza, como si tuviera el corazón roto cosa que preocupó a Lydia.

—George, por favor di algo.—Frunció el ceño.

—No te cases.—Habló a lo bajo, casi de manera inaudible.

—¿Como?—Lydia tragó saliva mientras George regresaba a mirarle sus ojos.

—Por favor, no te cases.—Sus ojos estaban cristalizados estaba al borde de las lágrimas.

—¿Por qué?—Habló asustada de que lo que George le dijera fuera algo malo.

—Sabes el porque...—Relamió sus labios como si intentara mantener su voz normal.

Entonces Lydia lo entendió, el hecho de que George ignoraba cada vez que anunciaba algo con Fred, sus actitudes incómodas, cuando hablaba poco cerca de ellos y esa cálida mirada que siempre le brindaba, el también se había enamorado de ella.

—No.—Dio un paso atrás.—George, no... Soy feliz con Fred, lo amo más que a nada y...

La puerta se abrió, George se secó una lágrima que había deslizado por su mejilla, ahí estaba Charlie Weasley sonriente con Cedric en sus brazos.

—Mira quien tenemos aquí.—Charlie sacudió despacio a su sobrino el cual reía.

—Gracias por cambiarlo.—Sonrió Lydia.

—Es hora de ir.—Harry habló.

Ante el fallecimiento de su padre, Lydia le había ofrecido a Harry el ser quien la lleve al altar cosa que Potter acepto de inmediato, todos salieron de la habitación listos para ir a la ceremonia. Lydia vio a su prometido con su traje y corbata perfectamente lisos, Fred miró con amor a la rubia quien traía su cabello suelto dejándole ver esos mechones dorados.

La ceremonia para ambos fue aburrida, tenían ganas de besarse pero aún les era imposible, hasta que finalmente estuvieron oficialmente casados, se dieron un largo beso bajo los aplausos de los presentes.

—Fue una hermosa ceremonia.—Felicitó una mujer de mucha edad.

—Se lo agradezco.—Lydia sonrió.

—¡Viktor! Me alegra que hayas podido venir.—Saludo al otro concursante, fue el único de los Búlgaros que no la habían tratado mal en sus años de estudio.

—No podría perdérmelo.—Sonrió entrando a la carpa.

—¡Lydia, Fred, felicidades!—Angelina se acercó abrazando a ambos.

—No los ahogues.—Se burló Dean haciéndola entrar.

—Vengan, la música va a iniciar.—Fleur se acercó a la pareja llevándolos al centro del lugar.

El baile de ambos iba a comenzar, parecía tonto el hecho de celebrar una boda pero sabían que de alguna manera calmaría a los presentes y les haría olvidar momentáneamente el regreso de Voldemort, la música sonaba y los aplausos resonaron en el lugar, Fred tomó a Lydia por la cintura atrayéndola a el.

La rubia le dio un beso casto antes de sonreírle, comenzaron a danzar como en aquel baile de Hogwarts, reían y se miraban con amor incluso puedo ver como Ginny mecía a Cedric entre sus brazos haciéndolo reír. Era una noche perfecta o eso creían porque el festejo pronto sería interrumpido por un patronus avisándoles del peligro que se avecinaba.

—Ya vienen... Ya vienen...—Concluyó haciendo preocupar a todos.

Mortifagos llegaron atacando a todos, Lydia miró a Ginny quien con la ayuda de sus padres puso a salvo a Cedric llevándoselo del lugar, la rubia con una mano sostuvo su vestido y empuñó su nueva varita comenzando a pelear contra los intrusos.

—¡Harry, vete de aquí!—Le gritó a su amigo.

El azabache se despidió con la mirada marchándose con sus mejores amigos, Fred se puso junto a su ahora esposa cuidándola de cualquier maleficio.

—¡A esto le llamo celebrar una boda!—Bromeó Fred defendiéndose.

—¡No es el momento de bromas, cariño!—Lydia lanzó por los aires a un mortifago.

—¡Vamos, hay que salir de aquí!—George se acercó a la pareja.

Lydia tomó las manos de ambos gemelos transportándose a casa, gracias a su pesado vestido necesitó un poco de tiempo para recuperar el aire.

—¿Ginny?—Fred vio a su hermana temblando del miedo.

—F-Fue el único lugar seguro en el que pude pensar.—Aseguró atemorizada.

—Está bien, no te preocupes.—George se acercó a la pelirroja abrazándola por los hombros.

El bebé estaba llorando y pataleando en los brazos de la Weasley, Lydia se acercó a su hijo cargándolo.

—Vamos a estar bien, nadie nos buscará aquí.—Lydia meció al pequeño Cedric y miró a los demás Weasley.

Grindelwald |Fred Weasley Donde viven las historias. Descúbrelo ahora