Capitulo 14

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Molly había abrigado como pudo a Lydia quien temblaba no solo por el frío que traía Diciembre, también por el miedo a lo que le haya sucedido a su padre, sus ojos bi color estaban casi rojos de tanto haber llorado buscando a la familia Weasley.

—Hay que decirle a Dumbledore.—Molly le susurro a su esposo.

—El encontrará la manera de cuidarla de los mortifagos.—Aseguró el lastimado patriarca de los Weasley.

La rubia se mantenía encogida en un sofá con una sábana sobre sus hombros, Harry se acercó a ella en cuanto la vio dándole un abrazo;—Lydia, ¿Qué sucedió? ¿Por qué lloras?—Como pudo le seco las lágrimas calmandola.

—Harry querido, por favor acompáñala arriba con los demás, los llamaré cuando la cena esté lista.—Molly les mostró una sonrisa maternal a ambos.

Lydia asintió se levantándose del mueble, Harry la acompañó en todo momento cuidándola hasta de cualquier insecto que se les atravesara.

—¡Lydia!—Hermione exclamó cuando abrieron la puerta.

Pero ella solo hizo una mueca al intentar sonreír, los gemelos al verla se levantaron de la cama acercándosele.

—¿Que pasó? Creíamos que estarías con tu padre.—George preguntó mientras la seguía.

Lydia volvió a sentarse tomando un poco de aire, estaba preocupada y asustada como nunca en su vida lo había estado antes.

—Mortifaga... Mi madre era una mortifaga.—Comenzó a contar.—Ella llevó a mi padre antes de que yo naciera, ellos regresaron y quieren que me les una.

—No lo harás, ¿Cierto?—Ron tembló.

—Claro que no.—Frunció el ceño mientras Fred se sentaba a su lado apegándola a él.—Mi padre me pidió que me marchara, al parecer me llevarían en contra de mi voluntad, no se nada de él ni siquiera se si esta vivo o lo están torturando y yo...

Fred le acarició el cabello haciéndola suspirar con calma, el tenerlo junto a ella la tranquilizaba.

—Yo no hice nada para evitarlo.—Murmuró agachando la cabeza.

—Hiciste lo correcto.—Hermione habló.—Si lograste irte sin que te atraparan tu padre pudo haber hecho lo mismo.

Lydia sonrió por primera vez, quería creer que su padre estaba bien así que se levantó estirándose un poco, nos arruinaría la navidad del resto;—De acuerdo, ahora sonrían un poco no quiero sentirme culpable de desanimarlos.

—Molly dijo que les dijera.—Sirius aclaro si garganta.—Que bajen a cenar.

Los jóvenes salieron de la habitación dirigiéndose a la cocina, el estómago de Lydia gruñó ante el aroma de la comida hecha por Molly, si había algo que Lydia amara incluso más que a Fred sin duda es la comida de Molly.

—¡Les tengo unos cuantos regalos!—La matriarca Weasley habló contenta.

Como pudo comenzó a pasarles regalos a sus hijos, luego a Harry y Hermione y por último a la rubia quien se sorprendió.

—Iba a enviártelo con los gemelos pero ya que estás aquí.—La pelirroja suspiró.

—Muchas gracias Molly.—La abrazó.

Molly soltó una pequeña risa ante la acción que la rubia había tomado, todos comenzaron a comer y a reír incluso Harry parecía estar contento olvidando todo lo que estaba pasando en el colegio, Fred por momentos besaba la mejilla de su novia enterneciendo a todos exceptuando a Ron que hacía muecas recibiendo malas miradas por parte de Ginny y Hermione.

La hora de dormir por fin llego, Sirius de ofreció un cuarto en solitario a Lydia quien lo acepto gustosa, tenía mucho que pensar, a la media noche alguien tocó su puerta.

—Adelante.—Habló incorporándose en su cama.

—Hola.—Fred murmuró con una sonrisa a su novia.

—Creí que te olvidarías de mi.—Se quejó bromeando mientras se cruzaba de brazos.

—Nunca haría algo así.—Cerró la puerta dirigiéndose a la cama de ella.

Al tenerlo a su lado Lydia lo besó, era un beso lleno del amor que sentían por el otro;—¿Estás lista para regresar a insultar al sapo rosa?

—Ni me lo recuerdes.—Gruñó sacándole una sonrisa a su novio.—Pero no me importa, si puedo verte todo el tiempo.

—Te amo, Lydia.—Habló mirándola con amor.

—También yo.—Murmuró dándole un beso casto.

Pero ambos sabían lo que querían, volvieron a besarse moviendo sus labios en sincronía, las manos de Fred se deslizaron por la blusa de Lydia quien suspiró al sentirlo moverlas sobre su cintura;—Hazlo.—Murmuró haciendo que el pelirrojo se mordiera el labio al quitarle la parte de arriba apreciando sus bien dotados pechos.

Lydia no se quedó atrás cuando se posicionó sobre Fred comenzando a mover sus caderas sobre el ahora duro miembro de el, el pelirrojo no aguantó más y se desabotonó el pantalón iniciando una noche inolvidable para ambos.

Grindelwald |Fred Weasley Donde viven las historias. Descúbrelo ahora