Capitulo 8

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-Lo harás bien Lydia, tranquila.-Cedric acompaño a su amiga por el gran comedor.

-No estoy nerviosa por la prueba, solo tengo la cabeza en las nubes.-Murmuró.

-¿Que te distrae?-Los gemelos comenzaron a reír llamando a atención de la rubia.-O más bien quien.

-¿De que hablas?-Se puso firme.

-¿Te gusta Fred?-Sonrió de oreja a oreja.

-¡Claro que no!-Se sonrojó llamando la atención de algunas mesas incluyendo la de los pelirrojos.

-¿Ah no?-Silbó a los gemelos.-¡Fred!

Lydia sentía que su cara estaría por estallar si se ponía más roja, pero al instante Cedric le volvió a hablar al gemelo.

-La profesora McGonagall me ha dicho que te diga que vayas a su despacho.-Aseguró.

Desde lejos levantó el pulgar y al poco tiempo de marchó del gran comedor junto a su hermano.

-¿Entonces?-Cedric volvió a mirarla.

-Tal vez solo me atrae, es de las pocas personas que me trataron bien cuando llegué aquí.-Jugó un poco con la ligera comida que le sirvieron.

No quería vomitar en la próxima prueba así que estaba comiendo muy poco. La segunda prueba inicio y con ella Lydia temblaba gracias a su bañador que apenas la cubría.

-¿Te sientes bien Fleur?-Preguntó mirando a la rubia.

-No encuentro a mi hegmana.-Habló con ese acento.

Y en ese momento Lydia recordó que ninguno de los gemelos la había ido a alentar, tan solo George estaba recogiendo las apuestas de los demás. El silbato sonó y con eso la rubia hizo el hechizo casco burbuja permitiéndose respirar bajo el agua.

Por un momento sintió que la querían tirar de la pierna pero hechizo a los animales marinos, hasta que por fin llegó, reconoció a una pequeña niña rubia luego a Ron, Hermione y por último Fred.

Rápidamente se acercó al chico y con un hechizo lo liberó llevándolo a la superficie dándose cuenta de que había sido la primera en conseguir lograr aquella prueba. Los aplausos no tardaron en llegarle mientras los profesores la ayudaban a subir junto a Fred.

-¡Quiero hacerlo de nuevo!-Fred sonrió.

-Ni siquiera lo pienses.-Tembló.

-Así que soy tu persona más valiosa.-Molesto el pelirrojo abrazándola para darle calor.

-Tal vez.-Sonrió esperando a que el resto llegara.

Poco a poco llegaron los demás dando los resultados, gracias a que Harry rescato también a la hermana de Fleur se le dio el primer puesto dejando a Lydia en segundo.

-Me siento muy ofendido.-George se acercó cuando acabo la prueba.

-¿Celoso? Era obvio que soy el gemelo más guapo.-Habló Fred con orgullo.

-Yo quería salvar a Percy.-Fingió tristeza.

-Lo hubiera evitado, te agradecería si lo dejabas en el agua.-Fred hizo una mueca.

* * *

La tercer prueba estaba por dar inicio, los gemelos habían ido a alentar a la Hufflepuff zarandeándola de un lado al otro haciéndola reír. El profesor Dumbledore luego de dar su discurso se acercó a la rubia dispuesto a alentarla.

-¡Buena suerte!-Se despidieron los gemelos.

-Como director te deseo mucha suerte en esta prueba.-Le sonrió.

-Muchas gracias.-Habló emocionada.-Ganaré, lo prometo.

-Da lo mejor de ti pequeña Grindelwald.

Entonces la prueba dio inicio, la rubia no supo en qué momento se alejó de Harry por lo que se dispuso a buscarlo, Lydia estaba segura de que llevaba al menos una hora corriendo en busca de la copa o Harry cualquiera que encuentre primero le parecía bien, muchas veces se había tropezado y herido pero llegó a una parte del laberinto en el que se sentía completamente asustada.

Unas enredaderas intentaron arrastrarla pero les tiró un hechizo quemándolas, al librarse corrió escuchando más pisadas hasta que por fin encontró al Gryffindor.

-¡Harry!-Corrió al verlo por tocar la copa.

El azabache le sonrió ofreciéndole tocar la copa con el, al transportarse por alguna razón sintió como su cuerpo se revolvía hasta que por fin llegaron a un cementerio, el lugar era realmente tétrico con cuidado sintiendo adolorida su mano se escondió tras una tumba mientras Harry recuperaba la compostura.

-Es un traslador...-Susurró.-Harry, escóndete.

-Debemos irnos.-Harry miró a la rubia asustado.-Iré por la copa.

Harry sintió dolor y se retorció de tal manera que Lydia comenzó a temblar asustada, en ese momento se sentía completa inútil, el ruido a sus espaldas le hizo cubrir la boca al ver entre la sombras a un hombre regordete con un manto en brazos.

-¡Crucio!-Apuntó a Harry.

Lydia temía por la vida del muchacho, pero sus piernas no le permitían siquiera moverse no escuchaba tan solo temblaba.

-Colagusano, mi varita.-La voz tenebrosa de un hombre la hizo sentir el frío recorrerle el cuerpo

Todo para ella pasaba demasiado rápido, no quería salir tras ese lugar nadie había notado su presencia y Harry no tenía intensiones de delatarla.

-¡Toma tu varita, Potter! ¡Tómala!

Al poco tiempo se escucharon los gritos de dolor del Potter haciendo que por fin Lydia tuviera la fuerza de levantarse y enfrentar a Voldemort, sintió un velo caer en sus hombros era sorprendente como de un click la rubia parecía haber tomado valor.

-Pero que tenemos aquí...-Se burló Voldemort.-Trajiste compañía, Potter.

-Lydia... Huye.-Murmuró Harry.

-Mata a la intrusa.-Ordenó.

-¡Avada Kedavra!-Colagusano gritó creyendo que con eso acabaría con ella.

-¡Protego!-Movió su varita, Voldemort observó aquella varita reconociéndola al instante.

-¿De donde la sacaste?-Apretó los dientes con amargura.

-Un regalo de mi abuelo... Gellert Grindelwald.-Habló ayudando a Harry poniéndolo atrás de ella.

-¡Mátala!-Volvió a reclamar Voldemort.

Colagusano y Lydia se lanzaban hechizos el uno al otro hasta que por fin Harry reaccionó atrayendo la copa;-Accio.

-Sectumsempra.-Colagusano lanzó por última vez.

Grindelwald |Fred Weasley Donde viven las historias. Descúbrelo ahora