Capitulo 16

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Lydia camino solitaria por el pasillo, miró con rabia los reglamentos colgados en una pared incluso le triplicaban la altura, ¿Como un lugar como Hogwarts había terminado de aquella manera? Se sentía ofendida, tenía muchos sentimientos encontrados ante todos los sucesos que la habían perseguido las últimas semanas, sentía impotencia y a la vez trataba de mantenerse cuerda.

—Esto es una verdadera basura.—Lydia rodó los ojos.

—Claro que lo es.—Un chico de primer año infló sus mejillas.

La rubia con rabia apuntó a ellos con su varita destruyéndolos así llamando la atención de los estudiantes que en un intento de rebelión hicieron lo mismo, Umbridge chilló.

—¡¿Que demonios hacen?!—El sapo rosa confiscó las varitas de los estudiantes de primero.

Al verla todos comenzaron a correr en diferentes direcciones, pero Lydia no se salvó, la mujer con un notorio enojo la tomó de la muñeca;—¡Suélteme!—Se quejó.

Ambas forcejearon hasta que por fin la rubia se liberó, los gemelos al verla la ayudaron a entrar a su sala común;—¡Eso fue genial!—George rió mientras emprendían un camino al cuarto de los chicos de Gryffindor.

—Es un orgullo ser el novio de Lydia Grindelwald.—Aclaró Fred.

Al entrar a la habitación no vieron a nadie, Lydia se recostó sobre la amplia cama mientras los gemelos charlaban de sus próximos inventos.

—¿Creen que esta vez me libre del castigo?—Se levantó luego de unos minutos.

—Tal vez si la amenazas de nuevo.—Fred se acercó a ella sonriente.

—¿Donde está el resto?—Curioseó la rubia al notar que ningún otro Gryffindor estaba ahí presente.

—No lo sé.—Fred se encogió de hombros.

—¿Estamos los tres solos?—Lydia sonrió de lado.

Su novio asintió, abrió levemente la boca para volver a decir algo pero Lydia sin dejarlo responder siquiera se arrojó sobre él, uniendo sus labios con efusividad. Sonrió en medio del beso al ver que correspondió al instante, pudo ver de reojo a un incómodo George el cual se había mantenido callado un largo tiempo, Lydia miró a su novio pidiéndole permiso y al entenderlo el soltó una risa nasal, le soltó la cintura dejándola ir con su hermano, al pelirrojo no le molestaba en lo absoluto ya que el experimentar cosas nuevas juntos le llamaba mucho la atención.

George no pudo reaccionar hasta que sintió como su miembro era sacado del interior de su bóxer, el cual Lydia se propuso a masturbar.

—¿Q-Qué...?—El gemelo de sobre salto ante la nula reacción de su hermano ante la acción de su novia.

—Si no lo quieres, dímelo.—Murmuró la rubia empezando a jugar con sus dedos.

No podía negar que disfrutaba de aquel tacto y le dio permiso cuando un pequeño gruñido emanó de el, el cual fue en aumento cuando la lengua de la rubia recorrió el falo de uno de los gemelos, deleitándose auditivamente con los pequeños suspiros que este soltaba para luego ingresarlo completamente en su boca. George le quitó el cabello de la cara, ayudándola con la felación. George apretaba su quijada con fuerza para no demostrarles que estaba a los pies de de Lydia, pero se le estaba haciendo mas difícil de lo que le gustaría aceptar.

Antes de que George pudiera llegar Lydia dejó su trabajo caminando de espaldas hacia su novio el cual quitó la blusa de la rubia para luego quitarle el brazier dejando su abdomen completamente al descubierto. Casi se arrojó sobre ella, comenzando a recorrer los senos de su novia con la punta de su lengua, sonriendo al verla temblar sobre su cuerpo. El otro gemelo no se quedó atrás, besando toda la extensión de la espalda de la rubia, haciéndola gemir.

Fred la tomó del mentón, besándola dejándole el paso libre a George que comenzó a recorrer el cuello libre de la chica, dejando un camino de saliva en la piel de aquella área. Lydia con sus manos se dispuso a quitarles rápidamente las camisas a los chicos, dejando sus abdómenes al descubierto. George desde atrás la ayudó a deslizar su ropa interior dejando caer sus bragas al suelo a la vez que sonreía con inocencia, riendo con algo de burla al ver como las pupilas de ambos se dilataban al verla en tal estado. Con ayuda de George, Lydia se acomodó sobre el regazo de Fred quedando ambos acostados en medio de la cama, mientras que el otro se colocaba detrás de ella.

Al sentir los dedos de George entrar en ella provocando que se mojara más, Lydia no pudo evitar tragar en seco al pensar en lo que se le venía.

—Fred, ayúdame a que se relaje.—Le pidió a la vez que se colocaba detrás de la chica.

El mencionado asintió, acariciando las mejillas de su novia para así llamar su atención. La tocaba con tanta delicadeza que la rubia no pudo evitar temblar de la emoción, comenzó a besarla con lentitud, mordiéndole los labios cada vez que tenía oportunidad, haciéndola jadear. Mientras tanto, George se posicionaba en la entrada trasera de la chica intentando no lastimarla;—¿Estás lista?—Preguntó George a la rubia.

Esta asintió con lentitud, intentando tranquilizarse mientras Fred aprovechó el momento para dirigir con la mano su pene en dirección a la vagina de la chica, haciéndole entender que bajara con lentitud. Lydia acató la orden, gimiendo al tenerlo dentro, aun así levantó su trasero un poco, dejándolo a merced del joven detrás suyo. Con la mirada le indicó que podía entrar, por lo que George besó su mejilla con dulzura entrando luego de aquello.

Ambos gemelos gruñeron al mismo tiempo cuando comenzaron a moverse, sosteniendo a la chica por la cintura quien se sostenía del cuerpo de Fred, se sentía llena, pero no quería parar.

La pelvis de Fred arremetía contra ella a la vez que George ingresaba por el otro lado, casi en perfecta sincronía, haciéndola delirar lentamente. Sus entradas estaban siendo completamente invadidas y estaba segura de que no podría caminar bien al día siguiente, aun así eso no le importaba en lo absoluto.

George empezó a hacer el vaivén mucho mas intenso, provocando que la espalda de la chica se arqueara en consecuencia. Dejó caer su pequeño cuerpo sobre el de su novio, dejando sus pechos completamente pegados. Fred aprovechó la cercanía para dejar varias mordidas en su cuello con la intención de dejarle incontables marcas ya que amaba marcar su cuerpo.

Lydia unió sus labios con los de Fred en un intento por reprimir sus jadeos, notando una pequeña presión en su espalda cuando George apego su pecho contra esta, mordiendo sus hombros con suma emoción. Los tres estaban a punto de llegar, pero la rubia y el pelirrojo fruncieron el ceño cuando Fred frenó con sus movimientos.
Sin dejarlos responder se colocó derecho de manera que pudiera sostener a la chica por los muslos, dejándola en medio de ambos. Nuevamente comenzaron a ingresar en ella, todavía mas rápido que antes. La oyeron sollozar del placer, sintiéndose orgullosos de poder provocar aquellas reacciones en la joven.

Lydia no tardó demasiado en llegar al éxtasis, cerrando sus ojos con fuerza y perdiendo la fuerza de sus brazos, siendo retenida por George que la sostenía por detrás. Primero George y luego Fred terminaron dentro de ella, gruñendo en sincronía.

Lydia jadeaba con intensidad, manteniendo su frente apoyada en el hombro del pelirrojo, gimiendo cuando ambos salieron de ella con lentitud. La ayudaron a sentarse en la cama con cuidado.

George se dirigió a recoger la ropa, mientras que Fred contenía a la chica entre sus brazos, dejándole pequeños besos en la frente para poder escuchar su melodiosa y dulce risa. Los jóvenes se colocaron solo su bóxer mientras que ella hizo lo mismo con sus bragas, dejándose caer en medio de la cama desecha.

George tomó lugar a su lado recibiéndola al instante para que pudiera recostarse sobre su pecho. Fred no se quedó atrás rodeando la cintura de la de ojos bicolor con sus brazos para pegarse a su espalda, hundiendo su rostro en el espacio existente en su cuello.

Grindelwald |Fred Weasley Donde viven las historias. Descúbrelo ahora