Capitulo 9

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Al tocar la copa nuevamente desaparecieron de aquel cementerio, pero no todo parecía mejorar ya que Lydia había recibido esa maldición cayendo al suelo con la respiración entre cortada sintiendo como la apuñalaban. La música paró cuando Fleur gritó, Lydia poco a poco comenzó a sentir su cuerpo ligero y frío.

-¡A vuelto! ¡Voldemort a vuelto!-Lloró Harry asustado.-Ella me defendió pero recibió una maldición.

-Apártense.-Snape la revisó notando el hechizo que le habían lanzado.-Hay que llevarla pronto a enfermería para hacer el contra hechizo, ¡Ya!

-Señor Weasley.-Dumbledore parecía decirle algo pero la audición de Lydia empeoró para ese momento.

Lo último que Lydia vio fue la cabellera anaranjada de Fred quien la estaba cargando llevándola a enfermería.

El Gran Comedor estaba repleto de los estudiantes quienes murmuraban sin saber nada del estado de salud de Lydia, se la habían llevado a enfermería días atrás sin permiso a visitas incluso algunos creían que había muerto. Fred era el más afectado, no quería comer y apenas dormía, se le pasaba toda la tarde fuera de enfermería tratando de entrar a verla pero siempre le negaban el ingreso.

Las miradas de todos regresaron a la entrada del Gran Comedor cuando vieron a la rubia entrar con las manos envueltas en unas vendas delgadas, sus dedos estaban libres por lo que al sentirte observada comenzó a jugar con ellos.

-Ahí está.-Uno murmuró.

-¿No murió?-Otro susurró.

-¡Lydia!-Cedric comenzó a aplaudirle.

-¡Lo hiciste bien!-Alguien de Ravenclaw habló.

El gran comedor se llenó de aplausos y silbidos felicitándola, todos estaban al tanto de que Voldemort había vuelto y ahora la admiraban de él valor que tuvo para enfrentarlo. Los gemelos junto a Harry corriendo a abrazarla, el azabache soltó un par de lágrimas al verla.

-Calma, estoy bien... Si me aplastan tanto tendré que regresar a enfermería.-Soltó una risa adolorida.-Harry no llores, estoy viva ¿Lo ves?

-Lo siento, es solo que...-Murmuró.

El azabache se quitó los lentes limpiando sus mejillas;-No te nos pongas sentimental Harry.-George lo molestó.

-Yo debería estar llorando, casi me dejan viudo.-Fred la tomó por la cintura.

-Les tengo una sorpresa.-Sonrió a los gemelos.-Te veo luego Harry.

Potter le mostró una sonrisa mientras se despedía, Lydia miró por ultima vez a Harry con una sonrisa antes de llevarse a los gemelos con ella.

-¿A donde tan apresurada?-George sonrió siendo arrastrado.

-Georgie hoy pasamos a ser hombres.-Fred molesto.

Lydia se sonrojó y les dio un tirón de oreja ambos haciéndolos carcajear;-Cállense no digan tonterías.

Al estar frente al lago por fin se detuvo mirándolos con orgullo, ellos curiosos esperando a que respondiera se cruzaron de brazos.

-¿Entonces?-George miró como Lydia rebuscaba en su túnica.

-¿Que tanto ocultas?-Fred vio como sacaba algo de su bolsillo.

-Es el premio del torneo, quiero que ustedes lo tengan.-Extendió una bolsa llena de galeones.

-No podemos aceptarlo, es tuyo.-Se negó Fred.

-No lo necesito, además con esto podrán abrir la tienda.-Insistió.

-Te lo agradecemos pero es tu premio.-Repitió Fred.

-Escuchen, o lo toman o lo tiro al lago.-Frunció el ceño.-Y estoy hablando en serio.

Los gemelos se miraron entre sí dispuestos a negarse nuevamente, Lydia se encogió de hombros y fingió prepararse para lanzarlo.

-¡No, no, no!-Los gemelos la detuvieron.

-¿Lo aceptarán?-Los miró con una ceja levantada.

-De acuerdo.-George acepto algo apenado el dinero haciéndola sonreír.

-Además es su paga por soportarme.

-Entonces nos estarías debiendo más dinero.-Bromeó Fred recibiendo un leve golpe en el hombro.

-Tengo que hablar con Dumbledore, los veo luego.-Lydia recordó y se dirigió a la dirección.

Al entrar Dumbledore admiraba un retrato antes de que la rubia le llamara la atención;-¿Director?

-Grindelwald...-Se giró hacia ella.-Deberías estar celebrando con tus amigos.

-Yo... Quería entregarle esto.-Le extendió aquel objeto.

-¿Tu varita?-La miró sereno.-Pertenecía a tu abuelo.

-Y es por eso que quiero que usted la tenga.-Aseguró.-Voldemort la reconoció y temo que mi padre o los que quiero corran peligro por mi culpa.

Dumbledore se negó de nuevo antes de mostrarle una sonrisa.

-Tienes un gran futuro por delante, Grindelwald, nunca escojas un mal camino. Esa varita es tuya, no puedo tomarla.

-Además quería hablar con usted sobre... Bueno, no sabría decirlo.-Aclaró su garganta.-Cuando enfrente a quien usted sabe, sentía que no era yo, era como si algo más me obligara a luchar para sobrevivir.

-Querida Lydia, tu valor e inteligencia está en tu sangre... Siempre estará ahí cuando más débil te sientas el responderá por ti.

Luego de pasar sus últimas horas en el castillo, los tres amigos fueron al tren donde se sentaron juntos a charlar sobre lo que había pasado los últimos días en los que Lydia había pasado en enfermería.

-Espero verlos pronto.-Sonrió.

-¿Porque no vienes a nuestra casa por las vacaciones?-Fred propuso.

-Mamá amaría conocerte.-Aseguró George.

-No me gustaría incomodar...-Habló con vergüenza.

-Tonterías, estas invitada a ir cuando gustes.-Fred la miró con cariño.-Además que clase de futuro esposo sería si no te presento a mis padres.-Bromeó.

-Está bien, hablaré con mi padre para visitarlos.-Habló con seguridad.-Pero de todas formas, tienen que escribirme seguido.

-Es una promesa.-George miró a su gemelo.-¿Cierto Freddie?

-Cierto Georgie.

Los tres amigos se miraron con una sonrisa esperando el reunirse para sus vacaciones nuevamente.

Grindelwald |Fred Weasley Donde viven las historias. Descúbrelo ahora