Capitulo 18

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La tienda de los gemelos era una verdadera sensación entre los jóvenes magos, Fred y George vendían a montones sus inventos, Lydia iría a ver a su novio luego de tanto tiempo separados.

—¿Emocionada?—Vaciló Ginny.

—Siendo sincera, si.—Abrió la puerta del lugar mirando fascinada todo.—Esto es genial.

Se acercó a ver todos los artefactos fabricados por los gemelos, su boca estaba semi abierta hasta que sintió la mano de alguien recorrer su cintura con delicadeza.

—Freddie.—Lo abrazó con desespero.—Te eche muchísimo de menos.

—También te extrañe.—Besó de manera casta a Lydia.

—George.—Saludó, el otro pelirrojo sonrió de lado borrándola al instante.—Me alegra que les esté yendo tan bien en la tienda.

—Los sueños se cumplen.—George se acercó a la pareja con timidez.

—Sabía que lo lograrían.—Los miró enternecida.—Ahora vendré más seguido a verlos, por fin soy libre de la escuela gracias a Merlin.

El resto de la tarde se la pasaron charlando y explicándole a la rubia lo que hacía cada ingenioso artefacto, Lydia no podía sentirse más orgullosa de su novio y su cuñado, hasta que llegó la hora de marcharse.

—¿Vienen a la madriguera?—Preguntó una ya agotada Lydia.—Fue realmente un largo día.

—Necesito una buena ducha y una larga siesta.—Confesó George.

—Yo necesito recuperar todo el tiempo que perdido sin Lydia.—El pelirrojo abrazó a su novia por los hombros plantándole un beso en la cabeza.

—Me les adelantaré, no quiero ver sus muestras de amor.—George fingió asco haciéndolos reír.

—No seas llorón.—Se burló Fred.—Vamos.

Los tres se transportaron hasta la casa de la familia Weasley, Molly los recibió gustosa ofreciéndoles comida.

—¿Fleur?—Lydia observó a la rubia con una sonrisa.

—Es un gusto volveg a vegte, Lydia.—Sonrió de oreja a oreja besando su mejilla.

—Al parecer a los Weasley les gustan las rubias.—George se burló ahora.

Lydia lo miró de mala manera mientras se sentaban en los muebles de la casa, Fred abrazó a su novia comenzando a recorrer su rostro de besos haciéndola reír. Harry se sentó en frente a ellos sonriente, al instante Ginny se sentó junto a él comenzando a charlar.

—Podría quedarme aquí durante toda mi vida.—Suspiró con cansancio la rubia.

—Me estarías haciendo un favor, no sabes la tortura que es compartir baño con tantas personas.—Tembló con una sonrisa.

—Tonto.—Le dió un beso casto.

—Basta de besos.—Arthur llegó sonriente.—Molly los llama a la mesa a todos.

Casi como una avalancha todos corrieron para escoger un buen lugar de la mesa sintiéndose llenos por la exquisita comida de la matriarca Weasley.

—Siento que no como hace 100 años.—Ron comenzó a devorar el pollo.

—Siempre dices lo mismo cuando estamos aquí.—Lydia le reprochó.

—En Hogwarts la comida no es como aquí.—Aseguró con sus mejillas rellenas.

—Ronald, traga antes de hablar.—Hermione se quejó.

—Lydia, ¿Ya tienes alguna idea de lo que te gustaría hacer ahora que finalizaste los estudios?—Bill miró a su cuñada.

—Probablemente sea sanadora.—Lo pensó y miró a los gemelos.—Con estos dos haciendo experimentos todo el tiempo necesitarán de alguien que los trate.

—¡Lo ves! Es la mejor.—Fred abrazó a la rubia por los hombros.

Lydia se sonrojó ante la muestra de afecto hecha por su novio, realmente se sentía completa junto a él, incluso podría sentirse lo peor y aún así sonreiría a su lado.

La hora de dormir cayó, cada Weasley fue hasta su cuarto pero como no, Fred y Lydia gracias a sus hormonas tenían planeado algo más interesante en ves de simplemente dormir.

—Hey.—Fred susurró en el odio de la rubia.

Ella estaba lavando su rostro en el baño intentando refrescarse un poco, al verlo sonrió en el espejo dándole paso a entrar cerrando el baño. Cuando comenzaron a sentir calor se comenzaron a retirar las camisas de dormir, amaban estar juntos de esa manera pero había algo a lo que nunca le habían tomado atención que a futuro los afectaría.

—Te amo.—Murmuró de manera entrecortada la rubia cuando Fred desde su espalda comenzó a besar su cuello con desespero.

Con ayuda de su novio se inclinó poniendo sus manos en la pared, al sentir el miembro de Fred entrar en ella soltó un suspiro el cual al instante fue silenciado gracias a que el mismo le cubrió la boca con la mano iniciando un movimiento pélvico contra ella.

Grindelwald |Fred Weasley Donde viven las historias. Descúbrelo ahora