El Dilema de Rush & Claire

14.2 Presente

Claire:

La mayoría de nuestras cosas están sobre el suelo, adornos y platos, incluso los cojines.

Y creo yo que era la manera de Eliott de no levantarme la mano.

Sus puños están apretados y la vena en su cuello palpita, tengo miedo de atreverme a decir algo, temo que, al elegir las palabras incorrectas, yo misma logré que mi imagen perfecta de él, se derribe.

—¿Quién es?

Mi labio tiembla.

Eliott va hacia mí y me coge de los hombros con fuerza.

—Te pregunté con quién me has estado engañando, perra. —Me suelta empujándome, mi cuerpo golpea la pared y él se aleja.

Las lágrimas caen por mis mejillas.

—Rush...

Todo su rostro se transforma y en sus ojos, hay una mezcla de dolor y enojo.

—¿Rush Walker?

Cierro los ojos.

—¿Te has estado acostando con mi socia, Claire?

—Es el.. —Pronuncio, mis labios tiemblan. —Él es mi ex esposo.

Eliott niega con la cabeza, sonríe lleno de dolor, no sabe ni que gesto dirigirme, pero es obvio que le duele.

Lo veo en sus ojos.

—Todo este tiempo me has estado mintiendo... desde que llegó..

—Lo siento, Eliott.. nunca quise.

—¿Engañarme? ¿Comportarte como una golfa barata? Porque eso eres, una perra.

Muerdo mi labio, aguantando mis lágrimas . —Eliott...

—¿Al menos me quisiste, Claire? ¿O solo me usaste?

—Si lo hice e intenté amarte, pero...

Paro por un momento y luego, yo solo lo digo.

—Lo amo, Eliott y no puedo mentirme con lo que sient...

Llega hasta mi otra vez, sus músculos se tensan y su mandíbula se aprieta de golpe.

Entonces un golpe va directo, no hacia mi rostro, pero me roza y cae su puño justo en la pared.

—¡Mierda!

Eliott maldice una y otra vez, me toma del brazo y empieza a agitarme con su agarre.

—¡No puede ser que me hagas esto! ¡¿Tienes idea de lo que he hecho por ti?!

—Eliott, me estás...—El dolor en mi garganta y las lágrimas me impiden hablar con claridad. —Me estas lastiman..

Aprieta la mandíbula una vez más y me empuja, me tira contra el suelo y caigo de golpe, algo rasga mi piel y descubro que es uno de los platos el que me ha cortado a la altura del codo.

Eliott ve la sangre y solo aprieta los puños, entonces se dirige hacia el segundo piso, seguramente a recoger sus cosas y irse de mi vida.

—Eliott.

—No.

Aprieto los labios, entonces él se gira en mi dirección y sus palabras se clavan fuerte dentro de mí, oprimiendo mi pecho.

—Suerte con alguien que ame a una mujer estéril como tú. —Finaliza y se marcha.

(***)

—Ya casi, tranquila. —Me pide el doctor.

El termina con los puntos y yo cierro los ojos, prefiero no ver, aunque me haya aplicado anestesia.

Envuelve la venda alrededor de mi brazo una vez acabado y sostiene su tabla para colocar algunas anotaciones.

—Fue un corte profundo... ¿Puedo saber cómo sucedió?

—Me caí.

El médico me ve incrédulo.

—Señorita, conozco bien estos casos y si necesita ayuda...

—Estoy bien, doctor. —Le muestro una mueca. —Gracias por su tiempo.

El no insiste más, solo me da una mirada de desaprobación, entonces se marcha y para cuando yo regreso a casa.

Eliott y todas sus cosas ya no están ahí.

(***)

—¿Entonces no vendrás este fin de semana?. —Me pregunta mamá.

Tomo el ascensor y aprieto los botones, en el piso del departamento de Rush.

—No puedo. —Digo viendo el reflejo del ascensor, en la venda que rodea mi brazo.

—¿Por qué no? Claire.. empiezas a preocuparme. —Pronuncia.

Intento sonreír, aunque en realidad todo no es tan malo.

Quiero creer que no.

—Todo está bien, mamá. Lo prometo.

Ella suspira.

El ascensor se detiene, bajo en el piso y me dirijo al departamento de Rush.

—Tengo que dejarte.

—¿Es algo importante?

Sonrio despacio. —Sí, lo es.

—De acuerdo. —Puedo oír que ríe. —Te amo.

—Y yo a ti, mamá, saludos a papá.

Cuelgo la llamada justo al detenerme en su puerta.

Intento mover el brazo y siento un poco de dolor, me sujeto el codo por un instante y al sentirme mejor, acerco mi mano a la puerta.

Y aunque todo es diferente esta vez, me siento en el mismo escenario que antes.

Solo que ahora, yo ni llego a tocar esa puerta.

Es esta la que se abre y ahí, de pie, en la puerta del departamento del hombre que amo.

Vuelvo a revivir ese momento, como hace tres años atrás.