El Dilema de Rush & Claire

3.1 Presente

Claire:

—Fue increíble ¿No?. —Me pregunta Eliott una vez que ha cerrado la puerta.

Su mano se mantiene sobre la mia, tira con cuidado y esas manos van directo a mi cintura, mientras las mías se ubican sobre los músculos de sus brazos.

—Cerré un trato importante hoy. —Me besa en el cuello y mis ojos se cierran.—Podría subirme de puesto y así tener más vacaciones.

Sonrio.

—Solos tú y yo.

—Estoy orgullosa.

El sonríe. —Lo se.

Me río.

Su mano va directo a mi rostro y su boca busca la mía, el tacto de mi novio baja por mi cintura y para en mi trasero, me levanta con ambas manos y me sube la falda.

Nuestros labios se separan sólo para buscar aire y nos besamos de nuevo, Eliott inicia su camino a nuestra habitación y la ropa deja de ser un obstáculo entre ambos una vez que mis pies tocan el suelo otra vez.

Pronto me encuentro con ambas manos apoyadas contra el colchón, mientras su erección entra y sale por detrás.

Gimo cuando se apoya contra mi y con ambas manos baja hasta mi cadera, de golpe sale de mi interior, tira de nuevo y me penetra con una estocada que provoca que mi cuerpo de un salto.

—Eliott…

Giro el rostro y se inclina a besarme, nuestras bocas se pruebas por unos segundos y después tengo apoyada la cabeza contra la almohada y con todo su peso moviéndose encima.

—Dios, nena…

Mordisqueo mi labio y pruebo el sabor metálico, mi cuerpo salta y una brisa de dolor en entre mis nalgas, me hace gritar.

—Joder…

—No pares. —Suplico, arrugó las sabanas y el empieza a darme duro.

—¿Te gusta así?

—Si… mierda.. si.

Es sexo y al menos eso hace olvidar todos mis problemas de esta noche.

(***)

—Entiendo su preocupación, señor, pero le aseguro que inmobiliarias el Portal Buena Vida, conseguirá la casa que desea. —Respondo por el móvil  a un cliente indeciso.

Christina se detiene frente a mi escritorio. —Claire, hay..

Levanto la mano pidiendo que guarde silencio y sigo respondiéndole a mi cliente.

—Claro que sí. —El sigue teniendo dudas. —Mire, podríamos concretar una cita y sin compromiso podría mostrarle alguna de las casas que cumpla con sus gustos. En cuanto al dinero, estoy segura que al dar su caso completo, podemos buscar una buena forma de pago. Sea en partes o...

Christina niega con una sonrisa.

—De acuerdo, espero su llamada. Con Claire, si, Claire. Si, hasta luego.

Cuelgo la llamada y suspiro.

—¿Cliente difícil de convencer?

—Difícil, no imposible..  ¿Qué ocurre?

—Están esperándote en recepción.

Observo mi reloj, debe ser Eliott, aunque es jueves y los jueves no almorzamos juntos.