El Dilema de Rush & Claire

2.2 Pasado

Atlanta, 25 de marzo del 2015:

Claire:

—Salgamos esta noche.

—Megan.

—Vamos, necesito que mi mejor amiga vaya a divertirse conmigo.

Ella comienza a pincharme el estómago con su dedo.

—Mierda, Megan… —Bajo sus manos. —Tengo examen la siguiente semana y solo quieres que vaya a cuidarte que no un chico no se sobrepase con..

—No..

Sonrio. —¿No?

—No.. —Ella se sonroja. —Quede con Óscar.

—¿Óscar?. —Enseguida entiendo, mi boca se abre mucho. —¿El chico de servicio?

—Si. —Ella responde feliz. —Lo convencí de salir conmigo.

Separo los labios.

—Vamos, sabes que me gusta mucho.

—Y tu sabes que si tu padre descubre esto.. nuestra amistad terminará.

Ella junta ambas manos.

—Por favor.. por favor.. —Me pide . —Recuerda que no me diste un regalo de cumpleaños.

Abro la boca indignada. —¿Mi presencia no es suficiente?

—No dije eso, pero … es mi manera de cobrar mi regalo.

—Mejor elige algo que quieras y te lo consigo.

—Si no puedes pagar los gastos de la universidad, menos podrás hacerlo con mi regalo. —Me dice mientras intenta hacerme cosquillas de nuevo.

Le sujeto ambas manos.

—Por favor…

Sonrio. —¿Te gusta mucho?

Ella asiente con la cabeza.

—Okey. —Encojo los hombros. —Si es tan importante para t..

Antes de terminar, ella ya me ha abrazo. —¡Eres la mejor!

(***)

Permanezco junto a la barra de bebidas mientras veo bailar a Megan, junto a Óscar y aunque al inicio me reí por lo incomodo que se sentía ante los movimientos “Sin respeto" de mi mejor amiga, ella ha sabido “Moldearlo” muy bien, al punto de que ahora el ya tiene sus manos en sus caderas y los de Megan están sobre su cuello.

Ella lo está pasando bien.

—Ya entiendo porque te eligió como su mejor amiga.

Aparto la mirada de los tortolitos y lo pongo sobre Rush  ha tomado asiento junto a mi.

Le da una señal al barman, pidiendo dos tragos, en cuanto lo hace, coloca todo su rostro y su sonrisa en mi dirección, no antes de darle una mirada rápido a Megan y Óscar.

—Por favor, no digas nada.

—Tendrás que hacer algo muy grande para mantenerme callado.

Mira lo que ocasionas, Megan.

—¿Y?... ¿Qué estas dispuesta a negociar?

—No creo tener o darte algo que quieras.

Sus ojos me miran, va a hablar, pero nos interrumpen.

Un chico me ofrece bailar y yo niego. —Gracias, no tengo ganas.

—Vamos, solo es un baile.

Le entregan los tragos a Rush  mientras el bebe a mis espaldas, yo intento declinar esa invitación.