Comunicado Oficial

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Es la primera vez en toda mi carrera que se publicará un comunicado sin supervisión de mi representante, ni con orientación de mi acertada publicista

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Es la primera vez en toda mi carrera que se publicará un comunicado sin supervisión de mi representante, ni con orientación de mi acertada publicista. Ella se encarga de corregir mis desastres y es una mujer encantadora que me ha salvado de muchos tropiezos, pero en esta ocasión no quiero otra que no sea mi voz. De antemano agradezco al editor que corregirá mis fallas porque he mandado el texto tal cual lo escribí. No soy talentosa con las palabras, pero una vez escuché que la verdad no necesita adornos.

Durante los últimas semanas mi nombre ha aparecido en múltiples medios por diversas razones. Toda esta avalancha inició tras colaborar con Aldo Lubo en su último disco.

Él es una excelente persona y un artista muy talentoso. Trabajar juntos fue una gran experiencia. No tengo nada malo que decir, todo lo contrario, hicimos buena mancuerna. Una que, según muchos medios, traspasó la pantalla.

Jamás silencié el rumor lo silencié de manera rotunda. En esta industria que la gente hable de ti es beneficioso, ayuda a que no te olviden. Dejé siguiera escalando, imaginando que esas inocentes palabras no ocasionaban mal a nadie. Que el público considerara realista la química parecía un acierto, ¿no? Me equivoqué, las cosas se salieron de control y lo que comenzó como un juego fue tomando fuerza afectando mi vida personal.

Creo que cualquier persona que esté leyendo esto puede identificarse, hay trabajos que amamos, pero nos absorben al grado de que solo vivimos para ellos. La vida parece dejar de ser nuestra.

De eso trata un poco mi existencia. No sé dónde perdí el rumbo, pero sí que en un punto lo que amaba dejó de llenarme.

El punto crítico se alcanzó cuando se difundieron en los medios unas fotografías que tomaron sin mi autorización. Se me acusó de infidelidad con una persona con la que no mantenía una relación y comenzaron a cuestionarme sobre el protagonista de aquellas postales. Yo negué conocerlo. Mentí. Claro que mentí. Y lo he hecho un montón de veces, igual que todo el mundo, pero esta vez es diferente.

Conocí a Lucas en el pequeño pueblo costero donde nací. Un lugar con un aire hogareño que encierra los mejores momentos de mi juventud. Nos conocimos por azares de la vida cuando nuestras bicicletas chocaron en la playa. Sí, todo un espectáculo. Yo era una chica revoltosa que amaba los problemas. Él un chico tierno de noble corazón que atendía detrás de una barra. Con esa premisa no había otro final que enamorarme perdidamente de él. A su lado aprendí muchas cosas que me ayudaron a ser mejor persona, a ver más allá del exterior, preocuparme por los otros, entender que no estás sola. Apoyó todos mis sueños, fue el responsable de que mandara el vídeo para el concurso cuando estaba negada a la idea pensando era una locura. Pasó de ser mi camarógrafo hasta mi representante, desempeñando con maestría cualquier labor.

El trabajo rindió frutos porque pronto me enteré que había sido seleccionada. Tenía mucho miedo de enfrentarme al reto, pero él me animó a no rendirme.

Lamentablemente siendo tan jóvenes, con caminos distintos y con la distancia de por medio las cosas no se dieron como me gustaría. Nuestra vida continuó en senderos alejados hasta que este año el destino hizo que nos encontráramos en el lugar menos esperado. Jamás imaginé que volveríamos a vernos, pero cuando cruzamos miradas supe, al igual que la primera vez, que mi vida cambiaría.

Lucas siempre ha tenido una capacidad especial para despertarme. Lo hizo cuando era una jovencita que solo pensaba en sí misma, repitió esa magia en el momento en que lo que pasaba conmigo dejó de importarme.

Sí conozco al chico de las fotografías, casi como a mí misma. No fue por vergüenza que callé, todo lo contrario. Me siento muy afortunada de tenerlo en mi vida. Es un hombre excepcional, honesto, trabajador, con un corazón de oro y una nobleza que cualquiera puede testificar. Es tan importante para mí que no quería envolverlo en este medio. La prensa ha sido una catapulta para mi carrera, me apoyó durante años, pero también ha afectado en parte a mi autoestima.

Era lo que intentaba evitar manteniéndolo afuera de un triángulo amoroso armado. No hubo infidelidad porque la única persona con la que he mantenido una relación es con él. No tiene una vida pública y lo último que deseo es que salga afectado por mis líos. El miedo es parte del camino, pero el amor es algo más fuerte. Jamás les he pedido nada porque entiendo que esto es su trabajo, pero por lo que más quieran, por favor, respétenlo. Puedo responder a sus preguntas, a todas sus dudas, charlar... Les agradecería que con él fueran amables. Prometo que estaré siempre en deuda.

Él es una persona especial para mí. Ustedes deben entenderme, cuando aman a alguien con todo su corazón, lo único que desean es que no exista alguien capaz de lastimarlo.

Otro favor, no le pregunten sobre mí. Muchos querrán saber entonces cuál fue el sentido de todo esto, si el pasado debe quedar ahí, pero necesito aclarar aquella mentira por la que pagué un precio alto. He tenido eso rodando en mi cabeza, hoy decidí actuar, un paso de estar verdaderamente arrepentida es intentar repararlo.

Ya no quiero callar como si fuera un crimen cuando ha sido lo más puro que me ha pasado  Sí, gracias al cielo, conocí a ese chico. Lo hice cuando era una chiquilla que soñaba con una vida que gracias a su ayuda logré alcanzar. Volvía a enamorarme de él, con mayor intensidad al verlo cruzar una calle de la capital, con esa dulzura capaz de sacarme de la amargura donde me ahogaba.

Su nombre es Lucas, el chico que no olvidé.

Isabel Bravo.

Isabel Bravo

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El chico que no olvidéDonde viven las historias. Descúbrelo ahora