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Lauren veía la familiar sala obscura, la cual había tenido el gusto de conocer en su anterior visita a la casa de la castaña.

Recordó cada escena y cada sensación que tuvo su cuerpo ese día, y tembló de deseo, pero rápidamente desecho esos pensamientos, no era el momento.

Después de su ruptura en el comedor, Camila había salido al tocador a terminar de calmarse. La ojiverde la había tenido en sus brazos en todo su proceso de llanto, y la CEO no podía ignorar el latir de su corazón ante el cruce de sensaciones que tuvo en esos momentos; primero el evidente dolor de Camila, sintiéndolo como propio, y por otra parte la emoción de poder ser esa persona que le daba consuelo a la mujer de apariencia fría.

-"Siento lo que pasó hace rato" Decía Camila a su entrada con un gesto de disculpa y vergüenza aparente. Lauren sabía que Camila era de esas personas que no le gustaba verse vulnerable ante los demás.

-"No, está bien Camila. No hay ningún problema. Aunque parezca extraño, puedes contar conmigo" Respondió Lauren un tanto temerosa por la forma en que pudiera tomárselo Camila, pero al ver la sonrisa que la castaña le regaló, se sintió aliviada.

-"Gracias. No suelo ser ese tipo de persona que abre su vida a cualquiera. De hecho creo que nunca había hablado con nadie de esto, solo recuerdo haber llorado con mi mejor amigo." Informo Camila sentándose frente a Lauren, quien la veía comprensiva. Ese brillo en sus ojos y su actitud tan protectora y amable, no paso desapercibida para Camila, y mucho menos para su corazón.

Después de un momento Lauren por fin se atrevió a preguntar algo que rondaba su cabeza desde hace unos minutos, cuando se quedó a solas.

-"Camila yo... Que somos?" Cuestionó la ojiverde de manera neutral, sin presión pero si con genuina curiosidad.

Camila agacho la cabeza un momento y alzó una ceja juguetonamente.

-"Lo que tú quieras" Respondió pícaramente, bromeando como normalmente acostumbraba salir de los momentos incómodos.

Lauren reviró los ojos.

-"Camila por Dios! Hablo enserio" Le decía una Lauren un tanto desesperada y ansiosa por una respuesta sincera, que hacía que su corazón latiera de manera desbocada en su pecho.

Camila dió un suspiro cansado.

-"No lo sé Lauren, evidentemente no somos amigas, pero tampoco diría que desconocidas" Contestó Camila más seriamente.

Lauren hizo una mueca y después nego con la cabeza, confundiendo a Camila.

-"Yoo...solo no estaba pensando. No quería que se confundieran las cosas" Quizó aclarar la ojiverde pero sinceramente no sabía a quién quería aclararlo.

Camila rio suavemente, un tanto divertida con la actitud extraña que había tomada la guapa ojiverde.

-"Por supuesto que no Lauren, somos adultas y entiendo perfectamente la calidad de nuestra relación" Lo dijo Camila con un cierto desánimo que Lauren logro identificar pero que no quizó profundizar y prefirió ignorarlo.

-"Es mejor que me vaya, se hace tarde" Menciono Lauren parándose de su lugar, viendo en el reloj de la pared que ya había pasado más allá de la hora de la comida.

Camila asintió y la acompaño hasta la puerta, fue una suerte que cada una haya venido en su coche, no tenía ganas de volver a la calle en ese momento, pero sabía que en algún momento tendría que responder todos los llamados de su oficina y sobre todo de Erick.

Ya estando afuera, Lauren voltio de nueva a cuenta a ver a Camila, sin saber muy bien como despedirse. Sin querer recordó que fue más facil el adiós después de que tuvieron sexo.

Delirio Prohibido Donde viven las historias. Descúbrelo ahora