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Lauren miro a la rubia entrar de manera insegura, la tímida sonrisa que asomaba en su cara le daba la certeza que la mujer no se acercaba a ella con mala intención, con su mano le indico que podía sentarse en una de las sillas que estaban frente a su escritorio, a lo cual la rubia inmediatamente ocupo mirando la hermosa oficina de la CEO de Jag Telecom.

Lauren quizó ser la primera en hablar para romper ese incómodo silencio que se había instalado en el momento que la bailarina entro al lugar, pero siendo honesta no sabía que decir así que simplemente se dedicó a ver a la mujer de la forma más neutral posible.

-"Siento en verdad todo lo que ha pasado con la señora Dubois" Fue lo primero que dijo la rubia mirando a Lauren sin ningún aparente sentimiento negativo, la ojiverde de igual manera hizo una mueca al escuchar lo referente a Camila, así que prefirió no decir nada al respecto y miro hacia otro lugar lejos de Charlotte. -" Me imagino lo que debes estar sufriendo, en verdad lo siento tanto" Seguía la mujer de cabello claro, causando incómodidad en la ojiverde sin darse cuenta.

-"Me imagino que no haz venido a eso Charlotte" Interrumpió el monólogo de la bailarina, quien suspiro y asíntio con una pequeña sonrisa apenada.

-"No, es cierto. En realidad solo venía a despedirme" Dijo causando sorpresa en la pelinegra quién la miro de inmediato.

-"Pensé que...?"

-"Que nunca saldría de allí?" Termino por la mujer. -"Era difícil, digamos que tenía que pagarle una cuota a la Madame para que me dejara libre" Informo la rubia la 'clausula' en el contrato de trabajo de Delirum.

-"Si me hubieses dicho te hubiera ayudado hace mucho tiempo" Ofreció sinceramente la heredera de los Jauregui.

-"Lo sé, lo sé. De igual manera me ayudaste sin querer" Comento la mujer tímidamente, viendo la cara de interrogación en Lauren así que procedió a explicarse. -"El collar de oro blanco que me regalaste después de la primera vez que me viste en Delirum, lo vendí para poder ayudarme. Lo lamento" Dijo un tanto avergonzada la mujer, pero queriendo ser sincera con Lauren, quien nego en medio de una sonrisa.

-"No, no, no. Me alegra, enserio. Que te haya servido de algo, al menos. Pero dijiste que venías a despedirte. A dónde irás?" Preguntó la mujer ojiverde realmente interesada.

-"Los Angeles, o quizá Nueva York. A perseguir mis sueños" Agrego haciendo referencia a su sueño de ser bailarina profesional.

Lauren rio felíz por aquella hermosa mujer, que sin quererlo la había acercado a la persona que ahora ocupaba su corazón, que aunque nunca llegó a concretarse su relación, si a sido la más especial de su vida.

-"Pues entonces mucha suerte Char, si te puedo ayudar en algo no dudes en llamarme. Estaré encantada de hacerlo" Ofreció Lauren alegre parándose para recibir un abrazo apretado de la rubia en forma de agradecimiento pero sobre todo de despedida.

***

Camila entro casi temblando a la casa que conocía a la perfección y que sin duda le traía hermosos recuerdos, al ser el lugar dónde su pequeño había crecido, aunque ahora era testigo de la peor situación de su vida; ver a su hijo después de la muerte de Jenna Collins.

Apenas entrar pudo ver al matrimonio de mediana edad llorar desconsoladamente, los padres de Jenna eran unos totales desconocidos para ella pero aún así los reconocía por fotos, sabia que habían llegado desde Kansas hace unos días, cuando la bomba estalló, ahora sufrían el peor dolor de su vida.

Vio como el hombre le dedicaba una mirada de odio, probablemente solo se detuvo de agredirla gracias a los dos guardarás que iban a su espalda. Por su parte la mujer no encontraba mejor lugar que el pecho de su marido para refugiarse al menos un poco.

Delirio Prohibido Donde viven las historias. Descúbrelo ahora