Monstruo.

Prólogo.

-Bien. Hablemos.- dijo la castaña con una seguridad que no sentía, cruzandose de brazos.

El apuesto vampiro se dio la vuelta frotando sus manos mientras le plantaba frente. Debía de terminar todo de una buena vez, no podía seguir engañandose a sí mismo. Ni a Bella.

-Debemos irnos.

La castaña fruncio las cejas al notar la naturalidad en aquellas palabras.

-Ok. ¿Porqué?.- cuestionó cruzandose de brazos.

Edward torció los labios.

-Carlisle es por lo menos diez años mayor de lo que aparenta.- comentó mirandola- Empezaron a notarlo.

Al decir aquello rezó porque la castaña entendiera la situación y el hecho de que quería alejarse de ella.

Desde la conversación con su padre no se había sentido cómodo con la presencia de la castaña. Y no culpaba a su padre por ello, mas bien le agradecía mucho.

-¿Que ocurre, Carlisle?- preguntó confundido entrando al despacho de su padre adoptivo.

Carlisle suspiro cerrando el libro que tenía entre las manos y colocandolo en el escritorio.

-Sientate, hijo. Necesitamos hablar.- pidió con voz calmada.

Edward intentó leer los pensamientos de su padre, pero estos eran muy confusos. Sabía que aquello significaba algo realmente importante y que lo mantenía muy preocupado.

-¿Todo en orden?.- preguntó confuso.

Carlisle volvió a suspirar.

-Es sobre Bella.

Edward de inmediato se preocupó demasiado. Aquella niña era un imán para los problemas y sabia que debía estar siempre detras de ella cuidando que no se vaya a tropesar con la siguiente piedra que se le cruce en el camino.

-¿Que le ocurre?- preguntó exaltado.

-No, no, ella está bien. A lo que me refiero es que esta conversación es sobre ella.- aseguró el doctor.

Edward pudo relajarse entonces cuando su padre mencionó aquellas palabras. Le dio una mirada para que entendiera que podía proseguir.

-Sabes que a nosotros nos incomoda un poco tu relación con ella, ¿Cierto?

Edward asintió sin sorprenderse o sentirse molesto ante ello. Pues él lo sabía perfectamente. A ninguno de sus familiares, a excepción de Alice, les agrada Bella pues ella era muy torpe y notaron siempre que a la castaña parecía interesarle solo la inmortalidad y estaba tremendamente obsesionada por el vampiro.

-Bueno, hijo. Quiero preguntarte algo que quiero que me respondas con total sinceridad.

-¿Padre?- cuestionó muy confundido.

-¿Que sientes por ella?

El apuesto vampiro se tenso ante esa pregunta sin saber como ni qué responder.

¿Porqué no respondía?
¿Que no se supone que lo sabría?

Carlisle mostró una pequeña sonrisa ante la debutativa de su primer hijo.

-Estuve investigando. Existe la posibilidad de que Isabella no sea tu cantante, si, sientes que su sangre te canta, pero no mas allá, ¿Me explico?