Capitulo 36.

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Soltó por enésima vez un suspiro lleno de felicidad. La imágen que le devolvía el espejo era algo que la hacía sentirse orgullosa y muy feliz, no sabía justo ahora si era porque ya sabía su condición o porque no había prestado atención antes, pero justo ahora, mientras se ponía de perfil, notaba una no muy elevada curva en su vientre. Volvió a suspirar.

Ahora que había tomado un baño, y que secretamente se sentía limpia depsues de lo que Frost habia hecho horas atras, pensaba con mas claridad. Estaba dispuesta a buscar a su vampiro, disculparse, hablar y arreglarlo todo. Sabia que debía decirle lo que había pasado a Edward, ya se sentía realmente mal al saber que fisicamente estuvo con otro hombre como para mentirle al respecto.

Había hablado con Jack, le habia explicado la situación y habían decidido olvidarlo, ambos. Jack se sintió aliviado al respecto ya que el saber que habia estado con una mujer sin el cien por cierto de su autorización, le hacía sentir muy mal. Al aclarar todo, él se decidió ayudarla con su embarazo, ya que cuando Liza le contó sobre Edward y lo que él era, también estaba un tanto preocupado al no saber como sería el bebé, pese a aclararle a Liza que él no era ginecólogo, ella aceptó su ayuda.

Unos toques en la puerta la hicieron salir es sus recuerdos.

-¿Estas bien?.- escuchó la voz del rubio al otro lado.

Sonrió feliz. Le alegraba saber que aún después de lo que había pasado, no había tensión entre ellos, y ambos lo tomaron a la ligera. Ademas de que se primetieron no tocar el tema.

-Estoy bien, salgo en un momento.- respondió peinandose el cabello con las manos.

-De acuerdo. Te traje algo para comer.- anunció.

Elizabeth sonrió encaminandose a la puerta, abriendola de golpe, sobresaltándo al rubio.

-¿Pizza?.- preguntó ella emocionanda.

-Pizza.- afirmó él riendo.

Momentos despues ambos se encontraban sentados en el escritorio del rubio, degustando la pizza que el mismo habia ido a comprar, mientras la pelirroja se duchaba. Elizabeth ahora que estaba mas conciente paseo su vista por todo el lugar, parecía una especie de laboratorio, había muchas cosas extrañas, sustancias en varios tubos de ensayo y demas cosas. Unos refrigeradores extraños con vapor dentro y camillas de metal.

-Asi que, Liam y tu se conocieron mientras trabajaban para Carrick.- comentó como quien no quiere la cosa, sin dirigirle una mirada.

-Si. Pero yo trabajaba con el desde antes.- respondió él dandole un mordisco a su pizza.

Elizabeth lo miró entonces. Quería preguntar, de verdad quería, pero no parecía que aquella historia fuera algo grato, ya que el rubio había mostrado una mueca. Cuando éste le dedicó una mirada a Elizabeth, ella la desvío de inmediato. Jack sonrió un poco, dejó la orilla de pan de la pizza en la caja, tomó una servilleta limpiando sus manos, mientras hablaba por lo bajo.

-Mis padres eran científicos.- comenzó.- Ellos y Cavanagh eran colegas, trabajan en experimentos locos todo el tiempo. Mientras que yo, me quedaba en casa con la niñera y mis maestros de turno.

-¿Estudiabas en casa?.- preguntó ella con una mueca, tomando otra rebanada de pizza.

-Si, mis padres no querían que socializara con nadie. Que mi inteligencia y estatus social no se comparaba con otros niños marginados que solo serían mala influencia para mí.- comentó con amargura aventando la servilleta al suelo.

-Que estupidez.

Jack rió por lo bajo.

-Lo sé.- afirmó.- Cuando cumplí quince, empecé a ir al lugar donde ellos trabajaban, me enseñaban todo lo que hacían, como lo hacían y demás. Profundizar en ello, no es necesario.- musitó con amargura.- Mis padres murieron en un accidente de avión cuando viajaban a Rusia, su avión se topó con una tormenta y ya te imaginaras el resto. Carrick se hizo cargo de mi, al parecer mis padres le tenían tanta confianza que mi custodia fue a parar a sus manos. Debí irme en cuanto fui mayor de edad, pero Carrick me advirtió que si me iba no tendría como vivir, ya que sería muy difícil encontrar trabajo.

Monstruo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora