Capitulo 40.

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No se había separado de ella en ningún momento, ni siquiera para seguir estando con aquel hermoso bebé que ahora se encontraba en la planta de abajo con el resto de su familia, se reacomodó sobre la mudilla cama como por quinta vez. Era como si buscara una posición comoda aunque aquello no fuera esencial.

Sólo se dedicaba a mirarla.

Su cabello seguía blanco y su piel mas pálida y cubierta por una espesa escarcha, era como si estuviera congelada, podía imaginar el calvario por el que pasaba. Se inclinó besando su cabeza, aún dudaba, no estaba cien por ciento seguro de que el veneno haya funcionado aunque así debiera ser. Aunque Carlisle le repitió hasta el cansancio que su estado se debía a la morfina.

-Por favor, abre los ojos, amor.- susurró en su oído.- Despierta ya, te necesito. Perdón por haberte dejado sola.

Suspiró rendido al no obtener respuesta y al saber que alguien entraría a la habitación en unos segundos.

-Se supone que debió haber despertado esta mañana.- comentó en voz baja.- ¿Y si lo hice demasiado tarde?

-No fue así, lo hiciste bien, Edward- aseguró Alice.- Despertará pronto, lo he visto.- dijo su hermana dandole animos.

-Gracias.- musitó aliviado.

Alice sobó su hombro en un gesto cariñoso y se retiró decidida a darles privacidad, puesto que faltaba poco para que Elizabeth... renaciera.

-Espero puedas perdonarme.- susurró de nuevo en su oído, recostandose por completo a su lado rodeandola con sus brazos.- Te he extrañado mucho. Yo te amo, Elizabeth y se que tu me amas a mí. Lamento mucho haber actuado como lo hice, sé que no fue culpa tuya lo que hizo Frost.

De nuevo, esperó respuesta, pero esta no llegó.

((((*****))))

Había estado mirandola las ultimas horas, solo deleitandose con su belleza y escuchando los latidos cansados de su corazón. Acariciaba su cintura y solo pensaba en todos los momentos que pasaron juntos, recriminandose por ellos al sentir nostalgia como si ya la hubiera perdido. No, ella aún seguía con él.

Entonces, finalmente, algo diferente sucedió.

Los latidos cesaron.

Se irgió un poco mirandola, sus párpados temblaron y su apariencia empezó a cambiar. Él, asombrado, lo vio todo, su cabello se volvió mas espeso y un color blanquecino brilloso se apoderó de él, lo demacrado de su rostro desaparecido, sus pestañas se volvieron mas espesas y largas. La escarcha que la cubría empezó a desaparecer.

Entonces, ella entre abrió sus labios.

-¿Elizabeth?.- preguntó esperanzado.

Ella apretó los ojos, era como si no quisiera abrirlos. Sus cejas se fruncieron y movió su cabeza, Edward la miraba confundido y un tanto asustado. Él recordaba como había despertado despues de ser transformado, despertó alarmado y sediento, pero Elizabeth no. Entonces, escuchó algo que lo dejó anonadado.

Un latido.

Esperó un momento mas... ahí estaba de nuevo, otro latido.

El corazón de Elizabeth seguía latiendo. Lento, pero lo hacía.

Ella estaba desorientada, no quería abrir los ojos y darse cuenta que él en realidad no estaba ahí, que estaba dormida o muerta y aquello no era mas que su imaginación. Lo escuchó susurrar de nuevo, su cabeza inconsientemente se movió en su dirección.

Suspiró resignada y abrió los párpados bruscamente segura de que él no estaba ahí.

-¡Carajo!.- jadeó y se frotó los ojos con las manos.

Monstruo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora