Se apresuro acercarse al mostrador en cuando fue su turno. Miró despreocupadamente sobre su hombro verificando que no había mas que gente común y aburrida. Solo eso.
-¿Señorita?
Giró su rostro hacia la chica del otro lado del mostrador que mostraba una sonrisa amable creyendo que no la había escuchado.
-Forks, Washington.- dijo demostrado que si le había puesto atención.
-Perfecto. El siguiente vuelo es dentro de treita minutos, hay otros dos a la cuatro y cinco de la tarde. Y el ultimo a las ocho de la noche.- dijo la chica demasiado rapido.
-Tomare el siguiente.- anunció acomodando sus gafas oscuras.
Echó un ultimo vistazo sobre su hombro para despues sacar su cartera en cuando la chica le dijo la cantidad de su boleto. Pagó tomando su boleto y guardandolo de inmediato.
-Puede esperar por aquel lado. Y en cuanto el número de su vuelo aparezca en la pantalla, lo puede abordar por la puerta de la izquierda.- anunció mostrandole a la pelirroja la dirección.
-Gracias.- respondió simple.
-¡Disfrute su viaje!.- exclamó en cuanto vio a la pelirroja caminar.
Tomó con fuerzas sus grandes maletas con ambas manos mientras miraba a su alrededor. Debía estar alerta, con suerte y había podido llegar al aeropuerto. Pero eso no significaba que ahora estaba segura.
Se sentó en las tantas sillas de espera que estaban ahí, mirando un segundo la pantalla que colgaba del techo, donde dentro de una media hora mostrarían el número de su vuelo. No le agradaba tener que esperar tanto, pero no quedaba de otra. Su tío Charlie se lo había pedido, además que no podía seguir otro momento mas en ese lugar que se volvió su infierno personal.
Necesitaba un respiro.
Su tío le había comentado que su prima estaba pasando por un mal momento. Patético momento, piensa ella. Según tenía entendido, el novio de Bella había roto con ella y se había ido de Forks. Su prima había entrado en depresión y no quería salir de su cuarto toda esta semana que había pasado. En esta semana que iba entrando ella tenía que obligarla, pues tenía que ir a la escuela.
Sinceramente no entendía porque su prima había tomado ese comportamiento tan absurdo. Si, él terminó con ella. ¿Y qué? La vida seguía. ¿Porqué detenerse por un hombre que no te ama?
Aunque bueno, tal vez pensaba de esa manera porque ella jamas se había enamorado y jamas la habían botado de la manera que lo hicieron con su prima. A lo mejor tenía que estar en su misma situación para entenderlo. Pero no quería hacerlo. No quería tener que pasar por algo así.
Los minutos se le hacían demasiado lentos, por lo que aburrida. Se levanto tomando sus maletas y encaminandose a un pequeño puesto dentro del aeropuerto donde vendían café.
-Negro con dos de azúcar, por favor.- pidió antes de que le preguntaran que quería.
La señora asintió y se dispuso a prepararlo.
Notó como las demas personas que compraban pedían solo agua fria, o algún refresco para acompasar la sed y el calor. Pus claro, en Phoenix siempre hacia un calor horrible, que ella odiaba. Pero amaba el café, pese a que jamas podía sentir lo caliente del mismo.
-Aquí tienes.
Recibió el café dejando un dolar en la mano extendida de la señora. Trató de llevarse lo mas rapido posible el café a la boca, pero este ya estaba frío gruñó molesta y empezó a beber a grandes tragos.
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Monstruo.
FanfictionElizabeth Snow. Una chica con apariencia tierna y amigable. Si, lo es. Pero, también es reservada, dura y fría en ocasiones, siempre suele dar solo cierta información y se vuelve un enigma cuando no responde a ciertas cosas y solo se aleja mostrando...