Liam se tenso al ver al vampiro acercarse a él con una mirada aterradora en sus ojos, rugiendo ferozmente. El desapareció de pronto, apareciendo de nuevo esta vez un metro mas lejos del vampiro que parecía una bestia alocada.
-¡Hijo, basta!¡Tu no eres así!.- gritó Carlisle deteniendo a Edward.
-¡Todo esto es culpa de ese bastardo!
-¡Tu también tuviste muchas oportunidades para decirselo!¿¡Por que no lo hiciste!?.-contraatacó Liam.
-¡Por que a diferencia tuya, imbécil, yo sí pienso en su bienestar!.-gritó el vampiro.
-¡Si piensas en su bienestar alejate de ella!¡La vas a condenar haciéndola una chupasangre como tu!
Eso fue suficiente para el vampiro, soltando un rugido salvaje se precipitó hacia él, pero Emmet se interpuso en su camino, deteniendolo.
-Vamos, hermano, tranquilizate.- murmuró el fortachon.- Yo también quiero golpearlo. Pero hay temas mas importantes que tratar.
-Debemos buscar a Elizabeth.- anunció Esme.
Carlisle asintió a su esposa.
-Si, la buscaremos, pero hay que darle tiempo. La encontraremos. Hablaran tranquilamente con ella y le explicaran bien las cosas sin alterarse.- dijo de manera autoritaria Carlisle, mirando tanto a Edward como a Liam.
-Y deberan disculparse, ambos. Porque ninguno de los dos hizo esto de la manera correcta- agregó Bree ganando una mirada de todos, sonrió al ver el orgullo en los ojos de quienes ahora eran sus padres.- Deberán ganar su confianza de nuevo.
Los padres Cullen no estaban molestos con Liam, no como Emmet y Edward. Ellos entendían que Liam no tuvo una crianza buena, vivió la mayor parte de su vida en la calle y nadie le enseñó que era bueno o malo. Su forma de vivir lo convirtió en alguien ingenuo y fácil de manipular. A su parecer, no era su culpa. De lo que sí era culpable, era de aparecer despues del fallecimiento de su esposa solo por no querer estar solo, pretendiendo llenar esa soledad con Elizabeth.
Eso solo el doctor Cullen lo comprendia, pues debido a la manera en la que Meredith lo manipulaba y lo había hecho vivir solo por ella. Su muerte fue un golpe que lo desestabilizó tanto sentimental como mentalmente. Liam vivía solo por ella, y el que muriera lo hizo hacer cosas que no pensó correctamente. Buscando desesperadamente alguien por quien vivir.
Elizabeth.
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Finalmente, después de estar corriendo por casi dos horas se detuvo en medio del bosque, estaba atardeciendo y Seattle estaba mas cerca, casi podía oir los autos a lo lejos, alzó la mirada al cielo y respiró profundamente. Cerró los ojos ante los gritos en su mente, los quejidos de dolor y las quejas.
-¡Ya basta, Elizabeth!
Cubrió sus oídos y cerró los ojos, pensamientos llenaron su mente y la ansiedad recorrió sus venas. Sus manos picaban por tener algo entre ellas.
Sangre.
La voz en su mente calló abruptamente y ella abrió los ojos de golpe. ¿Que fue eso?¿Que era ese deseo por tener sangre entre sus manos?
Ni siquiera lo pienses, Frost.
-No soy yo, maldita sea.- espetó.
Frost se dobló hacia enfrente ante un punzante dolor en su cabeza, pero desapareció tan rapido como vino. Confundida se irgio y acarició sus sienes, que zumbaban de dolor.
No debiste tomar el control de esa manera.
-De todas formas estabas furiosa.- dijo empezando a caminar.- Yo solo hice que tu apariencia concordara con lo que sentías.
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Monstruo.
FanfictionElizabeth Snow. Una chica con apariencia tierna y amigable. Si, lo es. Pero, también es reservada, dura y fría en ocasiones, siempre suele dar solo cierta información y se vuelve un enigma cuando no responde a ciertas cosas y solo se aleja mostrando...