No podía dejar de sonreir, su mejillas podian entumirse pero eso a ella no le importaba, deseaba que el mundo viera lo feliz que era con el hombre que estaba a su lado, quien a cada tanto le dedicaba una mirada o besaba el dorso de su mano. Su mirada estaba fija en los árboles que pasaban como un borrón frente a sus ojos gracias a la velocidad en la que el vampiro llevaba su auto.
-¿Que crees que me vaya a decir Liam?.- preguntó ella curiosa aun por la llamada que había recibido de su mejor amigo.
El apuesto vampiro dio un semblante serio, pero aliviado.
-No lo sé.
Y no mentía, no sabía si realmente Liam le diría la verdad a Liza o le intentaría mas mentiras para cubrir quien realmente era. Fuera como fuera, él esperaría afuera escuchando lo que hablarían, pues ya no aguantaba todo esto y si tenía que darle pruebas a Liza, con todo el dolor lo haria, por eso Emmet estaba en la casa Cullen con todas las pruebas que habían conseguido. El resto de ma familia Cullen había salido para darles privacidad, y secretamente para no tener que enfrentarse a la furia segura de Elizabeth.
Bella habia ido a comer con Charlie y Sue, la castaña realmente parecia haber recapacitado y deseaba pasar tiempo con su padre antes de irse.
-Solo mantente tranquila y procesa todo antes de reaccionar.- dijo Edward dando un beso al dorso de su mano.
Liza lo miró con el ceño fruncido, pero aún así asintió cuando Edward le dedicó una mirada.
Al llegar frente a la casa Swan y cuando Edward apagó el motor. Su respiración se atascó y efectuó una mueca ante el una especie de dolor en su pecho, era el mismo sentimiento de siempre pero esta vez parecía incrementado. Cerró los ojos suspirando, intentando disipar aquel sentimiendo, convenciendose de que no era importante.
-¿Estas bien?.- susurró Edward preocupado.
-Si, estoy bien.- aseguró ella abriendo la puerta del auto.- ¿Me esperas?.- preguntó en cuanto estuvo fuera, inclinandose un poco para ver a su prometido.
Edward asintió sonriendo. Mas sin embargo por dentro estaba ansioso, pues escuchaba los nerviosos pensamientos de Liam dentro de la casa, idealizando una y otra vez como empezar a explicarlo todo.
Elizabeth cerró la puerta y se giró para empezar a caminar a la casa, paso tras paso un peso invisible caía sobre sus hombros, acelerando su respiración y los latidos de su corazón. Abrió la puerta sin necesitar sus llaves, pues Liam estaba dentro esperandola, se encaminó a la cocina donde escuchaba pasos arritmicos y ahí lo encontró, caminaba de un lado a otro como un león enjaulado.
-Deja de dar vueltas harás un agujero en el piso.- dijo Liza de manera devertida, mas no vio respuesta en su amigo, éste solo se detuvo abruptamente mirandola asombrado.
-No te escuché entrar.- musitó en voz baja.
-Si, lo noté.- comentó ella dejando mochila, donde traía la ropa de Frost, en el suelo.- ¿Que sucede, Liam?.- preguntó cruzandose de brazos.
El castaño tragó duro ante la mirada de su mejor amiga. Ella podía ser realmente intimidante sin siquiera notarlo. Él bajo la mirada un instante para despues sonreír con cierta nostalgia.
-¿Recuerdas el día que nos conocimos?.- preguntó él.
Elizabeth sonrió recordando.
-Por supuesto, ¿Como olvidarlo?.- rió ella contagiando a su amigo.- Tenías un raro corte de cabello, te veías gracioso.
Liam soltó una carcajada.
-Si, recuerdo esos días de tortura.- comentó sentandose en la mesa, seguido de Liza.- Ese pasado vergonzoso, no me lo recuerdes.
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Monstruo.
FanfictionElizabeth Snow. Una chica con apariencia tierna y amigable. Si, lo es. Pero, también es reservada, dura y fría en ocasiones, siempre suele dar solo cierta información y se vuelve un enigma cuando no responde a ciertas cosas y solo se aleja mostrando...