Él estaba ahí.
Tan imponente y hermoso como siempre. Liza se quedó sin aliento al verlo, no cabía la sorpresa en ella, no podía creer que él estiviera ahí frente a ella mirandola con una sonrisa tatuada en el rostro. Ella intentó sonreir, pero ni eso podía hacer debido a la sorpresa y el shock en el que estaba. De pronto el cansancio y cualquier otro pensamiento fue bloqueado al mirarlo a los ojos, aquellos llenos de emoción.
-Liam...
Aquel susurro fue doloroso. Después de tanto tiempo creyendo que no lo volvería a ver, ahí estaba él, frente a ella. Sus ojos se humedecieron y no pudo hacer mas que empezar a acercarse él, Liam sonrió también acercandose y despues de tanto tiempo... se abrazaron.
Se refugiaron en los brazos del otro con anhelo. Algo cálido se extendió en el pecho de Liza sitiendo que un peso que no sabía que tenía en los hombros se liberaba, se sintió ligera, se sintió en casa al estar en sus brazos. Necesitaba estar de nuevo con él, sentir que siempre tendría a alguien apoyandola y guiandola.
-Estas aquí. De verdad lo estas.- susurraba ella aferrandose a él.
-Aquí estoy, Snowflake. Perdoname.- decía el contra su cuello.
Después de dos años, Liza lloró. Despues de dos años mostró su sentimientos a base de lagrimas. Aquellas que ella silenciosamente guardaba para un momento memorable como este, su reencuentro con Liam.
Se separó un poco de él para mirarlo a los ojos, aquellos que estaban rojos y brillosos por las lagrimas contenidas. Liza sonrió entre su llanto mirandolo, detallando cada facción de su cara, la incredulidad se hizo presente otra vez.
-Aquí estoy.- murmuró él.
-Crei que no te volvería a ver.- confesó triste.
-Lamento mucho haberte dejado sola tanto tiempo. Lo lamento tanto.- musito abrazandola de nuevo.- Te busqué estos dos años, visite cada maldito lugar que se me ocurría hasta que te encontré. Finalmente, te encontré.
Elizabeth escondió su rostro en el cuello de Liam sonriendo. Tenía muchas preguntas en su cabeza que esperaba que Liam le contestara. Pero justo ahora no quería soltarlo, él tampoco parecía tener la intención de querer soltarla pues la abrazaba posesivo. Aquel momento se vio interrumpido por un carraspeo detras de ella, entonces recordó que no estaba sola antes de que Liam apareciera.
Algo reticente se separó de Liam para limparse el resto de lagrimas de sus mejillas para despues girarse a mirar al vampiro, quien no parecía nada contento mirando atento a Liam.
-Lo siento, yo...- se disculpó sonriendo.- Edward, él es Liam Blackwell.- lo presentó.- Y Liam, él es Edward Cullen.
-Un gusto.- dijo serio el castaño estirando su brazo hacia el vampiro.
Este miró la mano extendida del chico frente a él y la tomó dando un apretón firme, pero no fuerte ya que no quería romperle la mano. Liam supo por la mirada seria del vampiro que no se llevarían bien, pues éste parecía verlo como si fuera una amenaza, ademas de que notó como miraba a la pelirroja y supo que él sentía algo por ella, eso no le agrado.
Elizabeth notó la tensión que había entre ellos dos. Lo entendía por un lado. La desconfianza de Edward era porque él no sabía absolutamente de Liam, y no lo culpaba.
-¿Quién es él?.- preguntó Edward mirando a Liza, no refiriéndose al nombre, sino a que era él en la vida de Liza.
Ella mordió ligeramente su labio.
-Es una larga historia.
-Tengo tiempo.- replicó el vampiro.
-Apuesto que sí.- aseguró Liza.- Pero eso te lo contaré con tu familia presente, mañana. Se los debo.
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Monstruo.
FanficElizabeth Snow. Una chica con apariencia tierna y amigable. Si, lo es. Pero, también es reservada, dura y fría en ocasiones, siempre suele dar solo cierta información y se vuelve un enigma cuando no responde a ciertas cosas y solo se aleja mostrando...