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La señora conducía por una calle llena de mansiones lujosas y elegantes, algunas eran exageradamente grandes y otras mas pequeñas... en lo que cabe decir pequeña a una mansión.

En mi vida había visto mansiones tan grandes, ni siquiera me imagino viviendo en una de estas.

Nos detuvimos frente a una de colores claros y ventas de cristal.

Ana y yo bajamos del auto.

-Gracias señora.- dije antes de cerrar la puerta.

Ella arrancó sin decir nada.

Que mal educada la vieja.

Creo que esa tipa piensa que somos unas ladronas.

Camine hasta estar en frente de la puerta.

Rayos ¿Por que mierda estoy tan nerviosa?.

-¿Estás segura de esto?.- preguntó Ana a mi lado.

-Sinceramente no, pero ya estamos aquí.- tome un suspiro y toque el timbre.

Quiero salir corriendo ¿Y si no me recuerdan? ¿Y si no me quieren ayudar? ¿Y si...

Genevitte deja de pensar tanta mierda.

La puerta se abrió por una mujer un poco mayor, de unos 50 años, su cabello es color castaño con algunas canas y sus ojos tienen diferente colores en cada uno, uno es azul y el otro negro. Eso me hizo recordar cuando algunos en el barrio nos llamaban "la familia de ojos raros." Aunque ellos no conocían a mi abuela, ni siquiera sé si ella lo sea, pero sus ojos dicen que si.

-Buenas tardes que...- La mujer se vió interrumpida por ella misma cuando sus ojos chocaron con los míos.

Me miro sorprendida y se tapo la boca con sus manos.

-¿Me recuerdas?.- ¿en serio? ¿no pude decir algo con más sentido?

-Solo conozco a una persona con esos hermosos ojos.- dijo y vi como sus ojos se llenaban de lágrimas.

Si me recuerda, no lo puedo creer.

-Pero... es imposible, pensamos que habías muerto junto con tu madre, yo... ¿Genevitte?.- una pequeña lágrima cayó por su mejilla.

Al decir mi nombre algo me apretó el pecho, me dieron tantas ganas de llorar en este momento y no tenía idea de porque.

Sentí mis ojos llenarse de lágrimas.

-Claro que soy yo abuela.- dije.

Ella soltó un fuerte suspiro de alivio y me abrazó, sentí como lloraba en mi hombro y como las lágrimas caían de mis ojos.

-¿Como es esto posible? Nos dijeron que habían muerto.- mi abuela se separó de mi para mirarme, agarro mi cara con sus dos manos y me observo.

-Perdimos todo contacto con ustedes, no sabíamos cómo llamarlos después de la muerte de papá, no tuvimos otra opción más que vivir en un horrible barrio, mamá y yo no teníamos dinero así que comenzamos a traficar drogas y todas esas cosas y luego la policía atrapó a mamá, y ella  me pidió que los buscara.- dije todo rápidamente, sin darme cuenta de todo lo que había dicho.

-¿Tu madre está en la carcel y traficaba drogas?- preguntó ella algo exaltada.

-Si, ella formaba parte de una pandilla y hace unas semanas que la policía está buscando a los integrantes que la forman.- contesté

Ok Genevitte tienes que serrar la boca.

-¿Cuanto tiempo tiene que estar encerrada?.-

-No lo sé, 20 años tal vez, no estoy segura.- dije.

Prometo Cuidarte Donde viven las historias. Descúbrelo ahora