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Juro que deseaba que se acabaran las clases, es martes, apenas esta iniciando la semana y ya han dado cuatro tareas.

-¿Vendrás a casa?.- le pregunté a mi amiga Lucy que estaba sentada a mi lado en la clase de historia.

-Si, pero iré por la noche, tengo que hacer unas cosas con mama primero.- dijo copiando algo de la pizarra.

-Esta bien.- dije haciendo garabatos en la libreta.- ¿Me ayudarías con las tareas? es que en serio no entiendo nada.-

-Si, claro te ayudaré.-

Le sonreí con agradecimiento.

En serio ¿que haría sin ella?.

La campana sonó dando por terminado las clases por el día de hoy.

Salí del salón con mi amiga hablando de lo que podríamos hacer en la noche cuando siento que alguien me roba un beso.

Iba a comenzar a pelear cuando vi que fue Jake.

-Casi te golpeo idiota.- dije riendo.

-Lo supuse.-  dijo él riendo.

Mi amiga Lucy carraspeó.

-Oh, lo siento pobretona.- dijo él mirando a mi amiga.

-Jake.- lo regañe.

Él me miró en forma de disculpas.

-¿Quieres hacer algo esta noche?.- preguntó Jake.

-No puedo lo siento, ya tengo planes con Lu.- dije.

-Oh no te preocupes. Tengo que irme, entreno ahora, luego te llamo.- dijo apurado, dio un suave beso en mis labios y se fue con su amigo, creo que se llamaba Leo.

-Mama está aquí, te veo más tarde.- dijo mi amiga despidiéndose de mi y yendo a la salida de la escuela.

Yo por otro lado caminé a la oficina del director a esperar a mi abuelo. No volveré a irme sola de nuevo.

Todavía tenía los golpes en la cara pero no se ven tanto como antes.

Entre a la oficina y gracias al cielo la secretaría no estaba ahí.

Entre a la oficina del abuelo y lo vi leyendo unos papeles.

-Hola,- salude.

-Hola pequeña, oye tengo que leer unos informes antes de irnos ¿no te molesta esperar?.- pregunto él.

-No, está bien, tomate tu tiempo abuelo, no hay prisa.- dije dejando mi mochila en una esquina de la oficina.

Él sonrió y continuó con su lectura.

Asentí el celular prepago vibrar en mi bolsillo, lo tome y conteste sin ver quien era.

-¿Hola?.- contesté.

-¡Hola amiga!.- dijo Ana, su voz sonaba bastante emocionada.

Yo también me emocioné al escucharla.

-¡Hola Ana! que alegría hace mucho no hablaba contigo.- dije emocionada.

-Lo se, estoy en la ciudad por eso te llamo, me preguntaba si me podría quedar en casa de tus abuelos esta noche, tengo varias entregas que hacer mañana y no tengo donde quedarme.-

-Si, claro que si, mi abuela dijo que te podías quedar cuando quisieras.- dije emocionada.

-Gracias de verdad muchas gracias, por cierto ¿te puedo ver ahora? estoy en la oficina de Eduard y este lugar no me gusta.-

Prometo Cuidarte Donde viven las historias. Descúbrelo ahora