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-¡Eso fue increíble!.- dijo Lucy a mi lado riendo.

-Lo se, me sentí épica. ¿Quien es ese chico?.- pregunté interesada.

¿Como podrían soportarlo?

-Él es Jake Williams, es el capitán del equipo de baloncesto y es el chico por el que todas mueren. Todas la chicas de esta escuela están enamoradas de él.-

-No todas.- dije señalándonos.

-Cierto. Pero ahora tienes que tener cuidado. Te hará la vida imposible por ridiculizarlo en frente de todos.- dijo ella preocupada.

-Ese chico no me da miedo. Puedo con él.- dije tranquila.

El timbre sonó y tuvimos que entrar a las clases que faltaban.

++

Me encontraba saliendo de el salón de artes.

Todas las clases las tome con Lucy menos la última.

Muchas personas se habían acercado a mí para hablar de lo que había pasado en la cafetería pero como siempre los ignoré, no me interesaba hablar de eso.

Salí por las puertas de la escuela y en la calle, no muy lejos vi a alguien conocido.

Caminé hasta donde se encontraba y al acercarme vi que era Carlos, el chico que me ayudó cuando me dispararon.

-Hola ¿que haces aquí?.- salude con una sonrisa y lo abrace.

Carlos es un chico mucho más alto que yo, tiene los ojos completamente negros al igual que su cabello, tiene tatuado los dos brazos completamente. Quien lo diría, parecía un chico malo.

-Pues nada. Me enteré de que estabas aquí y vine a verte y saber cómo estabas.- dijo él con su acento puertorriqueño.

-¿Como te enteraste?. Solo lo sabíamos Ana y yo.- dije confundida.- Y estoy bien por cierto, gracias por ayudarme.- añadí.

-Todos en el barrio saben lo de tu mamá. También encontraron a otros que trabajan con Eduard y también se los llevaron. Ana me dijo que viajaste hasta acá, vine a hacer una entrega aquí cerca y pues vine a verte de una vez y no hay de que.-

Eduard es el jefe de la pandilla en la que estaba metida mamá.

-Eduard me dijo que fueras a verlo.- añadió después.

Fruncí el ceño.

-¿Para que? tendría que volver al barrio.- dije confusa.

-No se, no me dijo para que pero él no está en el barrio, está aquí en la ciudad. Dijo que quería hablar contigo de algo importante.-

No podría estar más confundida. ¿Por que querría verme ese hijo de puta?.

-¿Cuando?.-pregunté.

-Hoy. Si quieres te puedo llevar.-

Asentí.

Solté un pequeño suspiro y subí a su carro.

Le envíe un mensaje a mi abuelo diciéndole que llegaría un poco tarde a casa ya que saldría con un viejo amigo.

Carlos conducía por unas calles bastantes desconocidas para mi.

Entramos a un callejón sin salida, Carlos se estacionó y bajamos del carro.

Entramos por una puerta bastante dañada.

Era un lugar pequeño. Había música, mujeres bailando en un tubo y hombres mirándolas con deseo.

Que asco.

Prometo Cuidarte Donde viven las historias. Descúbrelo ahora