En la Torre de Tokyo -Sakura Card Captor (Mikki)

Capítulo XX - Un deseo (Parte II)

El choque entre ambas armas casi provocó un destello eléctrico pero no hubo forma de evitarlo. Byakko había caído finalmente atravesada con múltiples heridas a los pies de su señora y Sakura había contenido a duras penas las espantosas náuseas que la aquejaban para invocar la card "sword" y defenderse en un movimiento que más parecía dictado por su instinto de supervivencia que otra cosa.

- "¡No lo tendrás, no lo tendrás!" –gritó la sombra, furiosa y violenta, mientras tomaba a Sakura de los cabellos con su mano izquierda, mientras la otra empuñaba el arma con fuerza- "¡nunca te permitiré tenerlo ¿lo oíste?!, ¡ESO JAMÁS!"

La antigua card captor no comprendió. Las Protection Cards habían sido atravesadas por los trozos de las armas de los Seis cuando habían tratado de defenderla y la veloz acometida de Mai Tsi había hecho imposible la invocación a cualquiera de las Sakura cards. Toda su fuerza estaba puesta en mantener el filo de aquella negra arma lejos de su cuerpo pero la sombra sacó fuerzas de flaqueza y le asestó una feroz bofetada con la mano izquierda que la hizo caer al piso con violencia...

La Protection Card "Faith" logró desprenderse apenas del arma que la aprisionaba y evitó que la caída fuera mortal para la muchacha, especialmente en la difícil condición en que se encontraba...

- "Mi señora.." –gimió Byakko desde el piso, donde una de las armas de los Seis la estaba atravesando.

La infortunada felina había sido el escudo y el apoyo de Sakura en aquellos terribles momentos pero se encontraba realmente mal; fuera de sus propias heridas los nuevos daños sufridos por las Protection Cards habían repercutido más en su cuerpo y había sido realmente una prueba de fidelidad el haber llegado hasta allí. Su cuerpo blanco lucía profusas heridas y peor todavía, en aquella última acometida en la que se había interpuesto –otra vez- entre Sakura y el arma de la sombra de Mai Tsi había recibido un feroz golpe de lanza que había clavado una de sus alas acuáticas al piso, rasgándola todavía más..

- "¡No puedo, no puedo, tengo que llegar con él!" –gimió Sakura, tratando de levantarse, pues había caído en el empuje del ataque de la sombra, que ya sin la interferencia de Byakko la miraba burlona- "¡no puedo.. no puedo dejar.. que me derrote.."

- "¿En serio?" –se rió la otra- "¡trata de detenerme entonces!. No eres rival para mí en defensa personal. Tu magia puede ser muy poderosa pero en un combate cuerpo a cuerpo estás perdida..".

- "No, aún no... fue la voluntad de mi señor la protección a mi señora, y así será.. aunque te duela.. y no sólo físicamente"

Después de pronunciar estas palabras la card "Faith" se disolvió envolviendo con su poder el cuerpo de Sakura mientras la mirada de la sombra destilaba veneno por la veracidad de lo expresado por la card. Efectivamente Mai Tsi sangraba profusamente por uno de sus brazos y lucía un espantosa mancha carmesí en uno de sus costados –resultados de la lucha contra Shaoran- pero a diferencia de Sakura aquello parecía no importarle. Sus ojos brillaron siniestramente casi inyectados en sangre y despecho por una milésima de segundo antes de que arremetiera con toda su fuerza contra la Maestra de Cartas..

- "¡Acabaré contigo aquí y ahora!"

El ataque fue despiadado y sin tregua. Era como si aquella sombra tuviera un poder sobrenatural para lanzar tajos a diestra y siniestra con su negra arma pues pese a su propia y pésima condición atacaba a Sakura con una velocidad impresionante, como si a cada ataque fuera al ritmo del propio latido de un corazón. La sangre brotaba de las múltiples heridas de la sombra pero aprovechaba el delicado estado de la muchacha perfectamente pues no ignoraba que Sakura estaba combatiendo pese a sufrir las molestias de su embarazo..

- " ¡No te dejaré vivir por más tiempo!" –chilló enfurecida.

- "¡Argh!"

La hija de Fujitaka Kinomoto no pudo contener un leve grito. Aquella mujer acababa de atravesarle el hombro aprovechando que había resbalado entre los escombros y ahora un trozo retorcido y sucio de metal hacía brotar sangre por todo su brazo. Gruesas gotas que pronto mancharon el lugar ante el regocijo de la sombra de Mai Tsi. Pero lo peor era que tenía aquello incrustado en el hombro y el dolor era incesante a cada mínimo movimiento..