Capítulo 31: "Y cuándo te sientas sola, cuenta conmigo."

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Nos metimos en el coche y me dejaron a mi primero ya que mi casa era la que más cerca estaba. Me despedí de todos, subí a casa, me cambié y caí agotada en la cama.

La mañana siguiente desperté con un dolor en todo el cuerpo increíble, la cabeza me iba a explotar. ‘Eso te pasa por beber alcohol con bebidas dulces. ¿Qué no sabes que contra más dulce más te pega en la cabeza?’ Calla ya, bastante lío tengo ya como para tener que aguantarte a ti, es decir, a mí misma. Y es que en verdad tenía razón, siempre que bebía alcohol con bebidas dulces lo pasaba fatal, no bebía lo suficiente como para dejarme borracha perdida pero sí para tener una buena resaca al día siguiente, tal y como se me presentaba de buena mañana. Bueno, de buena mañana nada ya que me fijé en la hora y eran las tres. Me levanté de la cama y me dirigí al salón.

Yo: Buenos días- saludé con los ojos entrecerrados para que la luz no me cegase.

F: Buenos tardes, querrás decir. Se te han quedado pegadas las sábanas, eh- me dijo sonriendo.

Yo: Llegué muy tarde- contesté sentándome al lado suya.

F: ¿Qué tal os fue?- me preguntó.

Yo: Muy bien. Bailamos, reímos, bebimos… Fue una noche divertida- le contesté bostezando.

F: ¿Tienes hambre? Tú madre ha ido a comprar las cosas para hacer la comida- me dijo.

Yo: No quiero saber lo que es la comida hasta que mi estómago vuelva a estar operativo- contesté tocándome la barriga.

F: ¿Bebidas dulces, verdad?- me preguntó con una media sonrisa.

Yo: ¡Es que están tan buenas! Entran solas, no puedo evitarlo- respondí sonriendo.

F: Jajaja, nunca aprenderás- dijo riendo.

Después de aquella pequeña charla con mi padre volví a la cama, tenía unas náuseas terribles, pensé en dormir un poco pero no pude conciliar el sueño por lo tanto me quedé con los ojos cerrados intentando pensar en algo que no me diera más motivos para vomitar. Llamaron a mi móvil un par de veces pero no tenía la suficiente fuerza como para moverme.

P: ¿No te encuentras bien?- me preguntó mi madre, no la había escuchado entrar.

Yo: Estoy mareada- le contesté con los ojos cerrados.

Ella se fue y volvió al cabo de unos segundos.

P: Bébete esto y duerme un poco- me dijo ofreciéndome el vaso.

Bebí su contenido que, para mi sorpresa, no estaba malo, y volví a apoyar mi cabeza sobre la almohada. Después de tanto rato insistiendo finalmente me quedé dormida. Al cabo de unas horas o minutos, no lo sabía con certeza, sentí unas manos hacer presión en mi cabeza haciéndome un reconfortante y suave masaje, abrí mis ojos y descubrí que era Demi.

D: Hola mi amor- me saludó con voz suave.

¿Había escuchado bien? ¿Mi amor? Sergio me había llamado muchas veces así, pero que ella lo hiciera lo hacía más especial. Justamente cuando iba a decirle algo sentí como mi boca empezaba a salivar y como me subía algo por la garganta. Me levanté a la velocidad del sonido y me metí en el baño que estaba en mí cuarto, me arrodillé en el váter y comencé a expulsar lo que con toda seguridad me había tenido en tan mal estado. Demi llegó tras de mi unos segundos después, me recogió el pelo de la cara para que no me manchase y me puso su mano en mi frente. Sinceramente hubiera preferido que no estuviera ahí, no era una escena muy bonita, pero no me dio tiempo. Cuando acabé tiré de la cisterna y con su ayuda me levanté y me eché agua en la cara para refrescarme un poco y limpiar cualquier resto. Volvimos a mi cuarto y me senté en la cama con los ojos cerrados.

Help Me To Remember (Demi Lovato y tu) Primera Temporada: TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora