Capitulo 23: "Existe, luego piensa."

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Desde que había tomado la decisión hacía dos meses de evitar a Demi e intentar odiarla había pasado un par de cosas. La primera es que a los pocos días me di cuenta de que mi plan para sacarme a Demi de mi cabeza no furulaba bien, no sabía si le hacía más daño a ella o a mí, pero por alguna razón seguí insistiendo. Seguía preocupándome por ella, le pedí a Lucia que discretamente me dijera que tal estaba, me rompía el corazón escucharla decir que estaba destrozada y que no entendía qué era lo que había hecho para que me alejase y que la tratase de aquella manera. Lucia me amenazó muchas veces con contarle que yo me preocupaba por ella, después de miles de súplicas mías conseguía convencerla, ella no entendía porque me comportaba así, yo no tenía ninguna intención de contarle que estaba enamorada de Demi.

Hubo un día en el que si hubiera tenido un poco más de coraje se lo hubiera contando. Aquel día perdí los nervios dándole una bofetada, ver su carita y sus ojos llorosos me hicieron sentir la persona más cruel y ruin del mundo, y eso se me notó en la cara. Le dije de todo para intentar ocultar mis sentimientos y me marché, estaba muy agitada. Más lo estuve cuando Sebas y Lucia me llevaron al baño y me acorralaron pidiéndome explicaciones, apenas me dejaban respirar y los brazos de Sebas no dejaban que me moviese ni un milímetro. Allí estaba Demi en el fondo, con la mano todavía en la mejilla pidiendo que me dejaran en paz, no comprendía porque me seguía defendiendo a pesar de la manera en la que la traté, ¡incluso la había pegado!

Sebas y Lucia aun así no desistieron y me siguieron presionando y estresando. Al final no lo pude soportar más y me zafé de los brazos de Sebas, me dirigí a Demi con la intención de contarle todo lo que me hacía sentir, todo lo que la amaba, todo el sufrimiento que me causaba estar alejada de ella. Yo no podría estar más nerviosa, en ese momento mi cerebro ganó la batalla al corazón y le dije justamente todo lo contrario. Después de eso salí corriendo como la cobarde que era, ese mismo día no la volví a ver.

Los dos meses siguientes pasaron bastante lentos para mí, no había día en el que Demi y yo no discutiésemos o nos mirásemos agresivamente. Aunque no me extrañaba que Demi hubiera pasado de ser un corderito a un lobo, sí que me dolía mucho cada palabra que me decía. Sin duda alguna me lo tenía bien merecido. Desperté un sábado por la mañana bastante extraña, fui a desayunar como siempre a la cocina dónde ya estaban Francisco y Patricia. Cuando fui a pedir a Patricia si podía pasarme la mermelada en vez de llamarla ‘Patricia’ como hacía siempre, se me escapó ‘Mamá’. En ese mismo instante un terrible dolor de cabeza acudió a mí, cerré fuertemente los ojos y me llevé las manos a la cabeza. Ruidos, imágenes, fragmentos de conversaciones, sentimientos… Cuando el dolor pasó abrí mis ojos, estaba de rodillas en el suelo con las lágrimas cayéndome por la cara y a mis padres a mí lado con cara de preocupación. No hizo falta muchos segundos para darme cuenta de que los había recordado, y no solamente a ellos, había recuperado por completo mi memoria.

Cuando lo dije a mis padres, estos se miraron como si hubieran visto un fantasma, después me miraron a mí y me abrazaron con mucha fuerza, llorábamos de completa felicidad. No tenía ni idea de cómo había ocurrido, pero no tardé ni un segundo en llamar a Natalia y contarle todo, ella enseguida empezó a llorar y esa misma tarde quedamos en casa. Cuando llegó me miró y nos abrazamos, las dos acabamos llorando como una magdalena. Pasamos todo el día en familia, incluso con mis padres, estaban tan alegres que habían dejado de lado sus problemas con Natalia y me hicieron disfrutar de un día que hubiera deseado que no acabara jamás.

Al día siguiente llamé a los chicos, con éstos me refería a Javier, que se había integrado no hacía mucho Lucia, Sebas y Sergio. No quería llamar a Demi ya que no quería escuchar su rechazo. Mientras los chicos venían me puse a pensar en lo que sentía. Había recordado a todos y eso conllevaba al cariño y afecto que tenía por cada uno, eso me llevó a una conclusión: Había estado o estaba enamorada de Sergio. Al pensar en él me embargaban los mismos sentimientos y sensaciones que cuando pensaba en Demi. Eran iguales, pero tenía que admitir que no eran tan fuertes como los que sentía por ella. El timbre de la puerta me sacó de mis pensamientos. Fui a abrir y entraron todos. Los senté en el sofá y les pregunté si querían algo de beber, me contestaron que no hacía falta. Entonces les conté la gran noticia, todos se quedaron muy sorprendidos y cada uno fue abrazándome. Fuimos a dar una vuelta, pude notar que desde que había contado el motivo por el cual los había citado Sergio me miraba de una forma especial, y justo cuando íbamos a despedirnos caí en la cuenta de lo que era.

Help Me To Remember (Demi Lovato y tu) Primera Temporada: TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora