*39. Ataques y averiguaciones

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Después de la prueba muchas chicas comenzaron a molestar a Hermione por ser lo que Krum más valoraba. Al parecer ninguna podía aceptar que el campeón extranjero se hubiera interesado tanto en la menor de las Grangers, quien nunca había resaltado entre las chicas del colegio.

Comenzando marzo el tiempo se hizo más seco, un viento terrible parecía querer despellejar manos y cara cada vez que salían del castillo, incluso había retrasos en el correo porque el viento desviaba a las lechuzas del camino. A nadie le apetecía permanecer demasiado tiempo fuera, mucho menos estudiando.

Durante una clase de pociones Malfoy, Crabbe y Goyle habían formado una rueda contra la puerta de la clase junto a Pansy y Daphne. Alexis, Millicent, Theo y Blaise estaban más atrás, pero incluso así pudieron ver cómo Pansy le tiraba una revista a Hermione, quien la atrapó algo sobresaltada. En ese momento se abrió la puerta de la mazmorra y Snape les hizo señas para que entraran. Alexis quiso saber qué le habían entregado a su hermana pero los cinco Slytherins se negaron a hablar, lo que provocó que su interés aumentara. Desde su lugar pudo observar que el trío de leones cuchicheaba mientras hojeaba la revista.

—Por fascinante que sea su vida social, señorita Granger —Snape los sorprendió desde atrás, alertando a todos a su alrededor—, le rogaría que no tratara sobre ella en mi clase. Diez puntos menos para Gryffindor.

Snape se había acercado sigilosamente a su pupitre mientras hablaban. En aquel momento toda la clase se centró en ellos.

—¡Ah...! ¿También leyendo revistas bajo la mesa? —Añadió y tomó el ejemplar de lo que parecía ser la revista Corazón de bruja—. Otros diez puntos menos para Gryffindor. Ah, claro... Potter tiene que estar al día de sus apariciones en la prensa...

Las carcajadas de los de Slytherin resonaron en el aula, una desagradable sonrisa dibujó una mueca en los delgados labios de Snape. Para indignación del niño que vivió, cuyo rostro enrojeció, comenzó a leer el artículo en voz alta.

—«La pena secreta de Harry Potter...» Vaya, vaya, Potter, ¿de qué sufre usted ahora? «Tal vez sea diferente. Pero, aun así, es un muchacho que padece todos los sufrimientos típicos de la adolescencia, nos revela Rita Skeeter. Privado de amor desde la trágica pérdida de sus padres, a sus catorce años Harry Potter creía haber encontrado consuelo en Hogwarts en su novia, Hermione Granger, una muchacha hija de muggles. Poco sospechaba que no tardaría en sufrir otro golpe emocional en una vida cuajada de pérdidas.

«La señorita Granger, una muchacha nada agraciada pero sí muy ambiciosa, parece sentir debilidad por los magos famosos, debilidad que ni siquiera Harry ha podido satisfacer por sí solo. Desde la llegada a Hogwarts de Viktor Krum, el buscador búlgaro y héroe de los últimos Mundiales de quidditch, la señorita Granger ha jugado con los afectos de ambos muchachos. Krum, que está abiertamente enamorado de la taimada señorita Granger, la ha invitado a visitarlo en Bulgaria durante las vacaciones de verano, no sin antes declarar que jamás había sentido lo mismo por ninguna otra chica.

Alexis se sorprendió de oír eso ya que hermana no le había comentado nada. Le lanzó una mirada interrogante que Hermione evitó.

«Sin embargo, podrían no ser los dudosos encantos naturales de la señorita Granger los que han conquistado el interés de estos pobres chicos.

«Es fea con ganas —nos declara Pansy Parkinson, una bonita y vivaracha alumna de cuarto curso—, pero es perfectamente capaz de preparar un filtro amoroso, porque es una sabelotodo. Supongo que así lo consigue.»

Alexis se giró a observar a Pansy que reía pero al notar la mirada asesina de la castaña dejó de hacerlo. Además Snape paraba al final de cada frase para dejar que los de Slytherin se rieran.

La otra Granger *en Edición*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora