*45. La prueba de Quidditch

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El resto de la semana transcurrió de forma similar, muchos deberes, muchos consejos y sermones sobre los TIMOS y nada de magia durante las clases de Defensa. Lo único que alegraba un poco a Alexis era saber que ese sábado se llevarían a cabo las pruebas para ingresar al equipo de quidditch de Slytherin y esta vez nada impediría que hiciera la prueba.

Ese sábado por la mañana amaneció soleado, lo que le dio muchas esperanzas y ánimos. Hasta el momento solo había usado las escobas viejas de la escuela para practicar —y había probado una vez la escoba de Potter—, ya que las Nimbus 2001 que había obsequiado el señor Malfoy en su segundo año al equipo estaban destinadas para partidos y entrenamientos oficiales solamente. Sabía que esa temporada había, por lo menos, dos puestos libres que ocupar en el equipo ya que varios alumnos habían egresado desde el último campeonato.

Alexis aspiraba a ser cazadora, o, en su defecto, guardiana. Sus amigos cercanos eran los únicos que sabían que se iba a presentar, por suerte Blaise pertenecía al equipo y eso la tranquilizaba un poco. Después de desayunar se dirigieron al campo de Quidditch, ya no quedaban rastros del laberinto que había estado ahí hasta el pasado junio, aunque los recuerdos seguían presentes. Los miembros oficiales que aún quedaban del equipo aparecieron desde los vestidores con sus ropas de entrenamiento: Montague era el nuevo capitán, era cazador al igual que Blaise; Crabbe y Goyle eran los golpeadores y Draco era el buscador.

Alexis realmente no se sorprendió al ver que solo ella y otra chica de sexto eran las únicas mujeres que se presentaban para la prueba, contra unos seis varones de diferentes años. Draco se sorprendió al verla ahí y se acercó para hablar con Blaise mientras la observaban.

—Bienvenidos a las pruebas de quidditch —dijo Montague con actitud sobradora y prepotente—, a este equipo solo ingresará lo mejor de lo mejor, como pueden ver solo hay dos puestos disponibles: el de cazador y el de guardián —señaló al resto del equipo—. Quien quede en el equipo dispondrá de una Nimbus 2001 para los entrenamientos y los partidos pero, si cuentan con una escoba mejor, será bien recibida. Ahora, veo que varios de ustedes no poseen una propia, pueden usar alguna de las escobas que tiene el equipo para reserva. Pueden buscarlas.

Las personas que no contaban con las escobas se dirigieron en busca de una escoba pero Alexis, en su lugar, invocó una con un Accio. Por suerte no estaba tan destartalada como las de uso común en el colegio. Blaise le sonrió.

—Muy bien, la primera prueba es de vuelo. Quiero verlos a todos en acción. El resto del equipo los estará observando y analizando cada uno de sus movimientos.

Todos montaron sobre sus escobas, dieron una patada en el suelo y se elevaron por el aire. El día presentaba condiciones perfectas para volar, apenas había una leve brisa que refrescaba el ambiente. Montague los hizo dar varias vueltas en torno al campo, volar en torno a los aros y también les hizo una prueba de velocidad, lo cual para Alexis carecía de sentido teniendo en cuenta lo viejas que eran algunas escobas. La siguiente prueba fue la de esquivar bludgers, las mismas eran arrojadas por Crabbe y Goyle. Alexis sabía muy bien que esos dos nunca la habían tenido en estima por su sangre muggle y que solo la toleraban porque era su compañera y porque sabían que ella no se dejaría intimidar por ellos; por eso no le sorprendió que gran parte de las bludgers fueran dirigidas especialmente hacia ella, pero lejos de enojarse por eso, internamente se los agradeció porque le permitió lucirse más que los demás. Tras un breve descanso llegó la prueba de atajar y tirar a los aros. Esta era una prueba doble pues mientras unos eran evaluados para ser guardián, otros eran para ser cazadores. Alexis tuvo bastante más éxito como cazadora que como guardiana, pues fue inevitable que se le escaparan alguna que otra quaffle por los aros.

Después de varias pruebas más, los cinco miembros del equipo se reunieron para debatir. Si bien Montague tenía la palabra final era inteligente al consultar a sus compañeros.

La otra Granger *en Edición*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora