tres

292 24 8
                                    

III
Los niños están bien 

Cícero no parece un lugar hermoso al que me gustaría poner en mi lista de "próximas visitas" pero por alguna razón a Dean parece gustarle, al menos eso fue lo que me dijo Sam antes de montarnos en el Impala, hacer el viaje y ahora estar parando en...

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Cícero no parece un lugar hermoso al que me gustaría poner en mi lista de "próximas visitas" pero por alguna razón a Dean parece gustarle, al menos eso fue lo que me dijo Sam antes de montarnos en el Impala, hacer el viaje y ahora estar parando en un motel.

— Todos abajo— dice Dean sin apagar el Impala. Cuando Sam y yo salimos es que vuelve a arrancar y nos deja ahí, en medio del estacionamiento, cargando nuestras cosas y con varias preguntas sobre por qué hizo eso.

— ¿Qué fue eso?

Sam sabe la respuesta, lo veo en sus ojos culpables, pero no responde. Y eso me enfurece. Sé que todos tenemos secretos y supongo que entre hermanos hay muchos más (no sé mucho al respecto dado que fui hija única) pero el hecho de que haya demasiados secretos entre los tres, siendo que somos amigos, compañeros de cacería, familia, me pone de muy mal humor.

No digo mucho en lo que conseguimos una habitación y nos instalamos en esta; Sam tampoco intenta hacerme hablar. Lo agradezco. Pero el silencio tenso, reinante entre nosotros, no es algo que Sam esté dispuesto a soportar por mucho tiempo, lo puedo notar en las interminables miradas que lanza en mi dirección en tanto busca algún caso de cacería en este lugar o cerca de la ciudad, de modo que podamos ir en tanto Dean se divierte en sabe qué, o mejor dicho, con sabe quién. Y ese silencio se rompe con Sam cerrando su laptop de golpe, como si hubiera visto algo que no le gustó y tuvo que hacer ese abrupto movimiento para librarse de aquella vista.

— Bien, ¿qué es?

— ¿Qué es qué?— le replico desganada, sabiendo de sobra lo que quiere saber.

— ¿Qué es lo que te tiene así?— su tono es de verdadera molestia, escrutándome como si me inculpara de algún delito—. ¿Que Dean nos haya abandonado o que exista la posibilidad que está con una chica que no sea tú?

— No había pensado en una chica, Sam, pero gracias por la imagen— le espeto, haciendo que Sam se golpeé mentalmente por su metida de pata.

Entonces era eso. Dean había pedido venir a Cícero por una chica y no por alguna otra cosa que quisiera hacer antes de su partida. Y ahora mi enojo crece por saber la verdadera razón de la insistencia de Dean por estar en este lugar. ¡Bien, simplemente genial!

— Alyssa— me llama Sam, tanteando el terreno—, debes olvidarlo.

— ¿Qué?

— Si Dean y tú no pueden tener nada, ¿por qué no simplemente lo olvidas?

Aprieto los dientes, aún más molesta. ¿Cómo puede decirme estas cosas? Sé que ese ha sido mi propósito durante estos días pero Sam sabe lo que siento por su hermano, por mucho que esté trabajando para ya no hacerlo. Lo único en lo que puedo pensar es que él desea con todas sus fuerzas que olvide a Dean y que, quizá, pueda verlo a él de otra manera. Pero eso nunca pasará.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Jul 08, 2021 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

SupernaturalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora