Capítulo 9

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Después de aquel trago amargo que pasaron la noche anterior, nada volvería a ser lo mismo en la casa, los ánimos para hacer las cosas que normalmente hacían se habían esfumado en algún lugar recóndito del planeta.

Lucero preparo el desayuno como normalmente lo hacía, débilmente probó un pinchazo de hot cakes y le dió un sorbo al café, mientras que su padre ignoro por completo el desayuno.

Salió con rumbo a la universidad, mientras que su padre le prometió que se quedaría todo el día en casa, buscando alguna distracción sana con que entretenerse. Cuando salió de la casa vio dos camionetas enormes con los vidrios negros estacionadas frente a su casa, sabía lo que significaba. Frustrada y abatida comenzó a caminar calles abajo para buscar su transporte de todos los días, el metro.

Discretamente vio como una de las dos camionetas comenzó a seguirla mientras que la otra se quedaba en el mismo lugar, no tuvo más remedio en resignarse que de ahora en adelante esa iba a ser su rutina, ser vigilada por Fernando.

Llegó justo a tiempo a la universidad, mientras que rogaba alguna fuerza del universo no cruzarse con David. Fernando le había advertido que debía terminar con el , pero ella no tenía las suficientes agallas como para decirle al amor de su vida que se casaría con otro hombre sin amarlo.

No le prestó ni la mas mínima atención a ninguna de sus clases, su mente volaba hacia los recuerdos anteriores, flashbacks inundaban su mente mientras que alguna lágrima fugaz se asomaba por su mejilla,se preguntaba y recriminaba mentalmente como sería su vida de ahora en adelante casada con alguien a quien no amaba.

El timbre anunciaba la salida, ella rápidamente tomó su mochila mientras se dirigía hacia la salida, escuchó que alguien detrás de ella gritaba su nombre, sabía quién era pero no sé sentía con el valor suficiente como para terminar con el frente a todo el mundo, necesitaba tiempo.

David en cambio extrañado por la actitud de su novia, siguió insistiendole pero ella corrió hacia la salida, eran imaginaciones suyas o acaso no quería hablar con el,lo estaba evadiendo. Corrió detrás de ella pero sintió que chocó con alguien, se disculpo rápidamente mientras aquella joven le dijo que no había problema.

Salió de la Universidad pero ya era demasiado tarde, no la vio por ningún lado, se había ido.

Frustrado trato de hablarle al celular, pero para su desgracia lo había apagado, una máquina le contestó indicándole que si acaso le quería dejar recado, a lo que el dijo solamente " Amor, llámame estoy preocupado por ti".

La misma camioneta que siguió a Lucero durante el camino a la universidad fue la misma que la llevo a aquella casa, dónde había vivido uno de los peores momentos de su vida, tres hombres eran su única compañía mientras que ella aún pensaba en un argumento válido y convincente para terminar su relación con el hombre que amaba.

Luego de algunos minutos por fin habían llegado, la noche anterior no había podido admirar aquella majestuosa casa por fuera pero ahora la podía ver en todo su esplendor, uno de los guardaespaldas la ayudo a bajarse del auto mientras que los otros dos se quedaron dentro de la camioneta en espera de las próximas indicaciones.

Temerosa subió las tres escalinatas que servían para llegar a la puerta de entrada, por dentro tenía una lucha interna en si tocar o no, pero ya estaba allí, y era lo más lógico enfrentar lo que sea. Luego de darle tres golpes secos a aquella enorme puerta esperó un tiempo prudente a qué alguien le abriera la puerta.

Una mujer de su misma edad pero vestida con un uniforme de empleada de la casa le abrió la puerta, no le gusto para nada el escrutinio al que fue expuesta, aquella mujer la veía con una mirada de repulsión, como si estuviera viendo a una intrusa, mientras que Lucero estaba dispuesta a aclarar un par de cosas con ella.

MAFIA Y AMOR ®Donde viven las historias. Descúbrelo ahora