Capítulo 30

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--" Me ganaste..."-- Fernando entró a la casa jadeante mientras trataba de normalizar su respiración.

--" Dejaste que ganará,tramposo"-- dijo Lucero mientras apagaba su iPod,y se quitaba los pequeños auriculares blancos que tenía dentro de sus oídos.

--" Me crees capaz...? Preguntó Fernando indignado mientras respirando más tranquilo se acercó a su esposa quien descansaba en un poltrona de la entrada de la casa.

--" Te dije que no soy una corredora profesional,así que dudo mucho que te haya ganado precisamente a ti que a simple vista se ve que eres todo un atleta profesional"--

--" Bueno,quizá este gran atleta que tienes como esposo haya tenido su primera falla"-- Fernando se arrodilló frente a ella colocando ambas manos sobre las rodillas de su esposa.

--" Porque sigo sin creerte Colunga?"-- preguntó indignada.

Lucero embozo una sonrisa, mientras acariciba la mejilla de su esposo con sutileza,aún estaba sudoroso,con el rostro caliente de un color rojizo a causa del ejercicio que estuvieron haciendo fuera de la casa.

Fernando se puso de pie nuevamente mientras que sosteniendose de los respaldos de la poltrona donde estaba sentada Lucero, se acercó peligrosamente a sus labios con intención de robarle un beso. Fueron interrumpidos por un carraspeo.

--" Lamento interrumpirlos.."-- dijo Alfred quien sostenía una jarra de agua junto con un par de vasos de cristal.

Emma venía detrás de el viejo mayordomo con varias toallas limpias,incluso ella se había sorprendido de ver a Fernando y Lucero en una situación romántica,sabía que estaban casados pero no sé llevaban bien.

--" Que inoportuno eres Alfred"-- dijo Fernando jocoso mientras volvía a ponerse la camiseta deportiva que se había quitado.

--" Eso creo"-- Alfred dejo la charola sobre una mesa, mientras servía el contenido de la jarra en ambos vasos.

Le entregó uno a Fernando, quien lo recibió gustoso bebiéndose el contenido de golpe, mientras que Lucero bebía el agua más despacio.

Emma le entregó un par de toallas a Fernando mientras que Lucero solo pidió una.

Fernando comenzó a limpiarse el rostro con las toallas, mientras que Lucero volvió a llenar el vaso que sostenía de nuevo con agua.

--" Emma,podrías llevarte las cosas de mi habitación y acomodarlas en la habitación del señor"-- ordenó Lucero mientras seguía bebiendo del contenido de su vaso.

Sus tres acompañantes la voltearon a ver atónitos en especial Fernando quien se ahogo con el agua que estaba tomando,Alfred le palmeo la espalda para qué volviera a respirar normalmente,luego de un par de minutos volvió a recuperar el aliento.

--" Que dijiste...?"-- volvió a preguntar mientras aún más tranquilo se acercó a su esposa,aún no creía lo que había escuchado.

--" Por todos los cielos Fernando Colunga, acaso estás sordo o es que acaso quieres que sigamos durmiendo en habitaciones separadas...?"-- Lucero rio divertida mientras que su esposo seguía sin creer lo que había escuchado.

--" No te preocupes Lu,yo mismo me encargo de que tus cosas sean acomodadas en la habitación de Fernando"--- Alfred recogió todo mientras que Emma aún seguia sin creer lo que había escuchado.

Alfred se dirigió a la cocina, con esperanza de que Emma lo siguiera pero se sorprendió que la jovencita  estuviera aún estupefacta parada en el mismo lugar donde había permanecido.

--" Emma,acaso no tienes que cumplir las órdenes de la señora...?"-- preguntó Alfred indignado.

Emma despavilo por completo,asintiendo torpemente. Se dirigió con Alfred a la cocina mientras que volvía a dejar a Fernando y a Lucero solos otra vez.

MAFIA Y AMOR ®Donde viven las historias. Descúbrelo ahora