VENGANZA

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Luego de varios minutos de reflexión dentro de aquel lugar tan pequeño por fin se dispuso a salir de allí, no sabía cómo veria a Fernando a los ojos desde ahora, y menos con lo que había pasado allí dentro.

Vio a lo lejos a Fernando con la postura de todo un patriarca, sumamente furioso mientras le entregaba a la cajera del local una tarjeta dorada para que cobrará el valor de lo que habían adquirido. La empleada paso la tarjeta por la terminal mientras que la misma empleada que la había atendido cuando entraron a la tienda empacaba el vestido dentro de una caja especial seguido de los demás accesorios que lo complementaban.

Una idea se cruzó por su mente, si Fernando le había dicho que era el líder de una de las mafias de la ciudad, cómo podía salir a la calle sin preocuparse de que la policía lo arrestara...?"---

-- Debía preguntarle, pero desecho aquella idea de inmediato seguramente después de lo ocurrido entre ellos quizá el ya no querría dirigirle la palabra.

Vio entrar a Carlos quién tomó todos los paquetes para llevarlos al auto y acomodarlos en la cajuela, dirigió sus pasos con rumbo a la salida del lugar no sin antes agradecerle a la amable mujer que la había atendido todas sus atenciones.

Carlos la esperaba fuera del local, para ayudarla a subir al auto, abrió la puerta trasera mientras le ofrecía su mano cordialmente para ayudarla a subir a lo que ella agradeció.

Vio a un Fernando totalmente distinto al de la tienda, tenía una expresión furiosa y dura en el rostro, su atención estaba en la tablet que sostenía en sus manos. Fernando escucho cuando subía a la camioneta quería verla, pero después de que lo había llamado por otro nombre no sabía si podía volver hacerlo, aún estaba resentido con ella.

Carlos arrancó el auto, fue un trayecto incómodo para ambos, el ambiente se respiraba tenso, Fernando trataba a toda costa de olvidarse de la presencia de Lucero del otro lado del asiento, pero simplemente no podía todo se complicó cuando por sus fosas nasales se colo el dulce aroma del perfume de ella.

Lucero quería disculparse con el, darle una explicación de lo sucedido no sabía porque pero sentía la imperiosa necesidad de hacerlo.

---" Ehh..."--comenzó balbuceando mientras trataba de aflojar el nudo de la garganta que aún le oprimía , y evitaba que pudiera articular palabra.

--" Puedo hacerte una pregunta...?"-- dijo finalmente, con un tono de voz casi inaudible para Fernando.

--" Vaya, desde cuándo comenzaste hablarme de tu...?"-- dijo el irónico mientras seguía tecleando sobre el aparato electrónico que sostenía en las manos

--" Eehh , yo..."--- comenzó balbuceando, no pudo responder a su pregunta porque ella tampoco sabía porque le había hablado de ese modo.

--" No importa ..."-- Fernando cerró de golpe el protector del aparato para colocarlo sobre el asiento dónde el estaba sentado.

---" Que quieres saber...?"-- dijo cruzándose de brazos mientras esperaba impaciente lo que ella iba a preguntarle.

Lucero comenzaba a odiar a "el otro yo" de su prometido, un hombre tiránico y odioso, nada comparado con el dulce y tierno hombre quien la lleno de besos y caricias en aquel vestidor de la tienda.

--" Si dices ser un mafioso, no te da miedo salir a la calle y que te arreste la policía...?"--- Lucero sumamente nerviosa y asustada por como tomaría la pregunta, no hizo más que esperar paciente la respuesta, luego un sentimiento de arrepentimiento se apoderó de ella, no debió hacerle tal pregunta.

--" Bien Lucero, "-- Fernando se dirigió a ella con un tono áspero y sumamente tosco, mientras se quitaba las gafas de sol para guardarlas dentro del bolsillo de su reluciente y pulcra camisa.

MAFIA Y AMOR ®Donde viven las historias. Descúbrelo ahora