Capítulo 50

860 74 28
                                    

--" Me estás lastimando..."--- dijo mientras que con trabajo logró zafarse de su salvaje agarre.

--" Aún no has contestado a mi pregunta..."-- respondió desafiante mientras se cruzaba de brazos.

--" Fer amor, tenemos que hablar..."-- desesperada se acercó a él, tratando de abrazarlo pero el retrocedió.

--" Y dime, dé que vamos hablar...?"-- preguntó irónico.

--" Ah ya se, vamos hablar de tu repentino interés por el italiano...?"-- dijo furioso mientras la tomaba con violencia de los hombros sacudiéndola.

--" Dime Lucero, acaso te gusta el cretino ese...?"-- preguntó furioso mientras continuaba sacudiéndola.

--" Suéltame..."--- dijo mientras le propinaba un empujón.

Desconcertada veía como el rostro de Fernando era de un color rojizo mientras mantenía la mirada fija y desorbitante.

--" Primero, vine a verlo no por lo que te estás imaginando pedazo de idiota estudié enfermería y aunque nunca llegue a titularme, una de las reglas de oro de mi carrera es velar por la vida humana. Al pobre infeliz lo dejaron como una piltrafa humana, merece algo de compasión no crees...?"

---"Porque no te creo...?"--- respondió mientras se tomaba del mentón.

--" Me da igual si me crees o no..." dijo mientras trataba de que la voz no se le quebrara y terminara llorando frente a su esposo, le dolió que dudara de ella.

--" También vine para preguntarle al italiano quien lo golpeo de semejante manera pero la enfermera no me dejo pasar, esta fuertemente sedado y no creen que despierte sino hasta mañana..."--- dijo mientras veía atentamente su reacción.

--" Pues ya no tienes que entrar a preguntarle quien lo golpeo..."--- respondió mientras abría los brazos.

Quedó petrificada mientras Fernando respiraba erráticamente. Finalmente había cumplido su promesa, hacerle pagar a Bruno la insolencia hacia ella.

--" Fuiste tu...? dijo balbuceando.

--" Claro Lucero fui yo. Mejor dicho fueron mis hombres por ordenes mias..."-- dijo cínicamente mientras se encogía de hombros.

---" P..e..r..o Como Pudiste...?"-- pregunto desconcertada.

--" MALDITA SEA,PORQUE LO DEFIENDES...? preguntó gritando mientras se tomaba con violencia de los cabellos.

--" Entiende por una maldita vez por todas Colunga, no lo estoy defendiendo solo que no soy partidaria de la violencia y creo que a golpes no se arreglan las cosas..."--

---" Acaso olvidas quien soy? pregunto mientras se acercaba a ella.

--" Soy un maldito delincuente,entiendes...? pregunto mientras se golpeaba la sien con el índice derecho.

--" Un  A S Q U E R O S O  D E L I NC U E N TE..."-- deletreo letra por letra---" Los delincuentes no conocemos otra manera de solucionar los problemas que no sean a golpes o con plomo"---

--" Jure vengarme de ese hombre por faltarte al respeto, y como no me dejaste hacerlo en el elevador pues que mejor forma de hacerlo en la calle a la mitad de la noche sin testigos, tal y como trabajamos los delincuentes...--"

--" Eres de lo peor, lo sabias...?"---dijo furiosa.

--"Hay por favor deja el drama. Sabías desde antes que nos casáramos que tu esposo era un delincuente no? No puedes venir a quejarte ahora, porque siempre supiste a que diablos me dedicaba y quien era yo no es cierto..?

--" Y puedo saber al menos donde pasaste la noche...?--

--" Quieres que te diga la verdad o quieres escuchar una buena mentira...? pregunto mientras se cruzaba de brazos.

Lucero frunció el ceño en señal de no saber exactamente a que se refería.

--" De que demonios estas hablando...? pregunto finalmente.

--" Luego de haber golpeado hasta el cansancio a Bruno, fui a un bar a emborracharme y a maldecir esta asquerosa vida de delincuente que amenaza con volverme loco, luego fui a un barrio de mala muerte a buscar compañía femenina para pasar la noche la conseguí y..."--

No pudo seguir con su relato porque sintió un fuerte golpe en su mejilla izquierda que le volteo la cara totalmente. Su esposa le había propinado una bofetada.

--" TU NUNCA VAS A CAMBIAR MALDITO MUJERIEGO..."-- respondió gritando llamando la atención finalmente del guardia de seguridad del hospital.

Su corazón dolía, aquella confesión calo hasta el fondo de su alma. El hombre que le juro que seria la única mujer con la que quería estar le acababa de decir que había pasado la noche con otra mujer. Otra mujer había disfrutado de sus besos, de sus caricias, otra mujer lo había sentido dentro de ella. Las lagrimas salían sin control de sus mejillas mientras sollozaba melancólicamente.

Sintió pena quería terminar de explicarle que entre aquella mujer y el no sucedió nada pero no tuvo oportunidad.

--" Amor,yo..."-- articulo pero alguien los interrumpió.

--" Sucede algo con ustedes..." pregunto el guardia del hospital quien había llegado junto a ellos.

--" Nada, aquí no a pasado absolutamente nada..."-- se limpio con el dorso de su mano izquierda las lagrimas de su rostro, mientras sorbia su nariz.

--" Me retiro de aquí permiso..."--- pronuncio antes de dirigirse a la salida del hospital, dejando a Fernando acompañado del guardia.




MAFIA Y AMOR ®Donde viven las historias. Descúbrelo ahora