Capítulo 11

347 48 7
                                    

El silencio reinó en la playa, el sonido de las olas chocar contra las rocas era lo único que se escuchaba.

Después de todo... Eso había sido únicamente su culpa, ella fue quien le contó la verdad a CNCO y decidió ponerlos a ellos sobre su gente.

-Lúa, sabes que eso no es cierto... Ahora formas parte de CNCO y ese era tu deber. - dijo Zabdiel mientras pasaba su brazo sobre sus hombros.

Ella asintió ligeramente y cuando se dispuso a hablar se escuchó el sonido de un tiro demasiado cerca.

-Sacad las armas. - dijo Joel-. Y cubriros porque esto puede ser para largo.

Lúa miró confusa a los chicos pero no hubo tiempo para explicaciones ya que pronto comenzó el tiroteo entre ambas bandas de narcotráfico.

"Neboa" era un grupo de narcotráfico propio de Sanxenxo, dominaba las rías baixas antes de que CNCO los dominara a ellos. Eran cuatro chicos y una chica, todos de una misma edad.


-Jodida mierda, Lúa. - gruñó Erick mientras agarraba a la joven de un brazo y la ponía detrás de su cuerpo-. Coge tu arma, necesitamos que estés para defenderte... Vamos a cubrirte para que puedas huir, nos las apañaremos nosotros solos.

-No voy a permitir que actueis solos.- reprochó la joven mientras lo miraba.

-Y yo no voy a permitir que te hagan daño. - dijo mientras ambos se escondían detrás de una gran roca que adornaba la playa.

Lúa dejó escapar un suspiro mientras tomaba la pistola en sus manos, los cuatro mafiosos estaban a pleno tiroteo mientras Erick se encargaba de esconderla.

-Vas a salir corriendo en esa dirección, con algo de suerte no se enterarán. - murmuró, sus ojos verdes se veían más oscuros por la noche y eso hizo que Lúa los mirara por más tiempo del debido.

La oscuridad de la noche jugaba a su favor así que solo necesitaban distraer a los narcos para que Lúa saliera sana y salva de esa playa.

Erick le dio la señal de que corriera todo lo que sus piernas le permitieran pero un disparo en su dirección hizo que Lúa fijara la mirada en el Mafioso y fuera incapaz de moverse.

-Ahora, Lúa, maldita sea.

-Te han disparado... - murmuró con la voz temblorosa.

-Estoy bien, corre antes de que te disparen a ti también. - dijo en voz baja mientras miraba la herida por la cual no paraba de brotar sangre-. Y si tienes que dispararle a alguien no dudes en hacerlo.

Entonces Lúa se levantó y siguió las órdenes del Mafioso, desde la distancia pudo contemplar la escena... Eran cuatro contra cinco y eso le hizo pensar, ¿dónde estaba la quinta integrante de Neboa?

Escuchó su risa, una risa burlesca que hizo que todo su cuerpo se congelara. Lúa estaba sintiendo miedo por su propia vida.

-¿A dónde te crees que vas, cativa? - preguntó acercándose a ella y apuntándola con la pistola, Lúa no tardó en imitar su misma acción-. Uy, que miedo... Estoy casi segura de que has matado a muchas personas y por lo tanto harás lo mismo conmigo.

Se estaba burlando en su propia cara y eso no era algo que a la gallega le gustara demasiado.

-¿Te crees muy graciosa? - escupió en su dirección.

-Lo soy, no podemos decir lo mismo de ti. - ladeó su cabeza-. Te voy a dar dos opciones, la primera es que te unas a nuestra banda y nos ayudes a acabar con CNCO... La segunda es que te mato aquí mismo.

-Me cunde seguir con vida, así que voy a optar por la tercera.

-No hay tercera.

-Siempre hay tercera.

Los labios de la muchacha se alzaron en una maliciosa sonrisa.

-Veo que no vas a unirte a nosotros. - hizo un puchero fingido mientras presionaba su pistola en la sien de Lúa-. Es una pena.

-No lo hagas. - pidió mientras cerraba sus ojos, escuchó el sonido de cuando le quitaba el seguro a su arma y sollozó.

Era su vida la que estaba en riesgo.

Ella también tenía una pistola en sus manos pero sus dedos temblaban en el gatillo.

-¿Últimas palabras, Lúa? - cuestionó con un tono burlesco y amargo que hizo que la joven reaccionara.

-Sólo puede haber una banda de narcotráfico en la costa gallega y esa será CNCO, da igual cuantos intenten ponerse a su nivel o superarlos...

Y entonces disparó.

El sonido retumbó en toda la playa e hizo que los mafiosos que allí se encontraban miraran en dirección a esa zona, ni siquiera lo dudaron para acabar con la vida de los demás narcos antes de correr por donde se había ido Lúa.


-No... - murmuró Richard largando un suspiro, había sido el primero en llegar pero sus compañeros lo siguieron muy de cerca.

Se dejó caer de rodillas y miró a los cuatro restantes en busca de algo que pudiera ser de ayuda.

Era duro.

Pero podría superarse...

Fariña da costaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora