Capítulo 2

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Sanxenxo, Galicia 📍

Lúa Fernández siempre fue una chica muy curiosa, desde pequeña anda metida en todo tipo de situación problemática que se le ponga delante. Su padre siempre le advierte sobre las consecuencias que le puede traer esto, pero ella parece no hacerle caso.

Desde hace tiempo nota a su padre extraño, como si ocultarla algo muy oscuro. Sabe que no es el mejor padre del mundo pero no quería que nada le pasara, a ver si de tanto advertirla a ella el que iba a tener problemas era él.

Se corrían rumores de que él y sus compañeros ayudaban a CNCO a transportar la mercancía desde latinoamérica, pero Antón en todo momento negó esto a su hija.

—No me mancharía las manos por fariña. le había dicho, pero Lúa ya no estaba tan segura de esto.

Día tras día, su padre llegaba más tarde de la ría. Sabía que había algo más, la excusa de que los peces gordos caen de noche ya no era un problema para ella. Ahora era una adulta que están dispuesta a todo para averiguar que hacía su padre.

La anterior noche lo siguió, siempre lo más apartada posible pero con la mirada fija en cada uno de los acontecimientos. Vio a su padre y sintió ganas de llorar porque él le había mentido durante todos estos años.

Lo peor fue cuando escuchó el tiro, era de oeste y sabía de los chismes que se contaban sobre la costa, nunca lo vivió tan de cerca. Ese hombre había muerto frente a sus ojos y a ninguno de los cinco jóvenes pareció siquiera importarle un mínimo.


Sin saber qué hacer, Lúa huyó. En su casa su padre lloraba desconsolado en el sofá.

—Papá... — llamó su atención, él se giró para verla y fue rápido en limpiar todo rastro de lágrimas en su rostro.

—Lúa, ¿qué haces despierta? — cuestionó —. Peor aún, ¿qué hacías fuera a estas horas?

"Ya no soy una niña, puedo salir a la horas que me dé la puta gana"

Sin embargo, no se atrevió a responder lo que pasaba por su mente.

—No me ha pasado nada, estoy bien...

—¿Y si no fuera así? — pregunta —. No quiero que vuelvas a salir de noche, mira que horas son.

—Deja de reprochar, ¿qué hacías tú fuera, eh? — frunció su entrecejo, le daría esa última oportunidad para decirle la verdad.

—Salí con los muchachos del puerto a tomar algo, cosas de adultos.

—¿Los mafiosos de CNCO forman parte de ellos? — espetó con dureza.

—¿Qué carallo estás diciendo? — cuestionó con rabia.

—No te atrevas a negarlo, papá... Yo lo vi todo...

—Lúa no te metas en esto.

—¡Tú me metiste en esto! — chilló exaltada —. Me mentiste... A mi, joder, soy tu hija.

—Era por tu bien.

—Por mi bien una mierda, tienes que sacarte del narcotráfico.

—No hay vuelta atrás, lo dejas una vez que mueres... Dejarlo sería una traición para ellos.

—O te sacas tú o te saco yo. — dijo finalmente, sin esperar respuesta de su padre subió a su habitación para poder dormirse.

Fariña da costaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora