Fumé un cigarrillo en la terraza. Se estaba oscureciendo ya.
Amanda me había llamado hace poco por teléfono, estaba leyendo para esperar su telenovela en la televisión.
Nadie sabía que estaba en la terraza, ni menos que estaba fumando.
Con cada aspirada me mataba, me podría un poco más. El cigarro acababa, las cenizas volaban esparcidas en el aire. El humo era llevado por el viento a un lugar del cielo, mi cabeza daba vueltas, todo parecía tan intangible y lejano.
Miré la hora: las 4:32. Y aún no duermo.
Subí muy despacio las escaleras al cuarto. Iba a entrar a mi habitación para finalmente dormir, pero pareciese que la puerta de Aaron me llamase para entrar.
Pies descalzos, sueños rotos. Caminé hasta su puerta y entré sin pensarlo más de alguna vez.
Me topé con total oscuridad, pero pronto el prendió la luz de su mesita de noche.
- - ¿Nihal?-. dio un bostezo-. ¿Qué hora es?
- -No lo sé…
- -¿Qué te pasa? ¿Has estado llorando?
- - No lo aguanto más, Aaron. No puedo soportarlo por más tiempo.
Me senté en la punta de su cama, pero él me atrajo a su lado.
- -¿Qué no puedes aguantar más?
- - Esto. La vida es un tormento, querido tío. La vida me ha escogido especialmente a mí para sufrir. No sé porque… quizá siempre he sido amiga de la fatalidad
- -Si las cosas pudiesen ser diferentes…
- -No lo son-. Lágrimas caían de mi rostro-.
- -Yo también estoy desesperado, querida sobrina. No lo soporto, pero sigo haciéndolo.
- -¿Por qué no nos marchamos simplemente? Dejemos todo esto atrás… vayámonos lejos
- -Si todo fuese fácil… si todo fuese así de fácil
- -Es así de fácil… vayámonos lejos
- -No lo haré… no haré sufrir a mamá o papá. Esto está muy mal. Nadie está con nosotros, la sociedad nos juzga, nuestros padres sufrirían, Dios nos va a castigar. Esto está hecho para el fracaso, está hecho para sufrir
- - Te importa todo antes que yo, Aaron Zygasil
- -Te equivocas
- - Si tú no quieres marcharte… contaré todo
- -Sabes muy bien que no serás capaz de hacerlo
- -Lo haré. Porque estoy loca por ti, estoy loca de tanto llorar, Aaron. Quiero que todos se enteren que nos amamos, quiero ser feliz, no me importa que los demás sufran. Escaparás conmigo o todo el mundo se enterará de lo nuestro
- -¡Cállate maldita sea, Nihal!-. bajó la voz rápidamente-.
- -¿Quieres que todos se enteren?
- - No serías capaz
- - Lo voy a hacer. Quieras escapar o no. Les diré a todos mañana mismo… les diré que eres mi hombre.
- - No lo harás.
Aaron puso su mano en mi muñeca, que aún tenía rastros de moretones de la otra vez.
Me miró con rabia en sus celestinos ojos. Se puso sobre mí, las rodillas al lado de mi vientre, sus brazos apoyados a la altura de mi rostro.
Me besó a la fuerza, con rabia, con ira. Me besó con tanta intensidad, tan fuerte, que me dolía besarlo física y psicológicamente.
Bajó sus besos a mi cuello, mientras lágrimas caían de mi rostro.
Rompió mi blusa con sus manos, lleno de ira, de fuerza. Tocó mis pechos fuertemente, comenzó a masajear con total autoridad de mí, mientras yo intentaba apartarlo.
- -¡Déjame Aaron!
Bajó su pijama, donde pude ver perfectamente que estaba duro. Desabrochó los botones de mis jeans aún puestos a las cuatro de la mañana, y entró en mí con necesidad.
Dolió cuando lo hizo, él se percató, pero no le importó. No le importó mi dolor. Quizá yo era su capricho, porque de lo contrario, le importaría.
- - ¡Déjame Aaron, por favor! Me lastimas
Movió las caderas frenéticamente, mientras aumentaba el placer en su cuerpo varonil. Sentía una sensación extraña, mezclada entre el dolor y el placer. Lloraba, porque me dolía. Pero el dolor era tan placentero.
Puso su mano en mi seno izquierdo, y comenzó a masajearlo y besarlo, sus embestidas eran rápidas, ásperas y dolorosas. Su otra mano tocando mi clítoris, estimulándolo brutalmente.
Sus labios sabían a licor fino y cigarrillos Malbhoro.
El clímax crecía dentro de nuestros cuerpos. Una ola de placer aumentaba a cada momento en que se movía dentro de mi cuerpo. Los toques, la violencia, las caricias, el dolor, hacían todo esto algo diferente.
La cama se movía, Aaron comenzaba a traspirar y sus ojos reflejaban placer. Se maravillaba a cada centímetro del cuerpo que él había desvirginado con tanta lujuria y empatía. Porque yo siempre sería su niña pequeña, sería la sobrina de sus sueños, la hija de su hermana, siempre sería su Nihal.
Jamás podría olvidarme aunque quisiera, yo tampoco. Y quizá ese era nuestro tormento eterno; aunque nos alejáramos siempre sufriríamos con la ausencia del otro.
Gemía en mi oído, se entregó completamente a mí como nunca antes. Quizá el placer que le otorgaba no era suficiente como para calmar la impotencia, la sed de mí.
Puso su cabeza entre mi hombro y mi rostro. Respiraba profunda y rápidamente. Besó mis hombros, y se quedó así un buen rato.
Se quedó sobre mí, siempre besando mi hombro, descansando su mentón allí. Con la erección ya calmada, con lágrimas que sentía con el agua que deslizaba por mi cuello. Porque se arrepentía.
Siempre estaría enamorada de él. Siempre. Jamás podría olvidarlo.
Y se casaría. Se iba a casar con Elif, pero no importaba. No importaba porque prometió que jamás me iba a dejar. Prometió eso.
Y las lágrimas impuras y vitales se escapaban de sus bellos ojos, lo notaba por la respiración de llanto. El líquido estaba en mis hombros y en mi cuello, aquel líquido que reflejaba su sufrimiento.
Jamás quería que se marchase. No quería perderlo. Aunque era inevitable.
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Amor Prohibido
De Todo" Esto esta mal.. está realmente mal"-. dijo la chiquilla mientras se desprendía de los brazos de Aaron,de un hombre prohibido para ella-." La rica familia de los Zygasil es sorprendida, cuando descubren cartas de la difunta Ann, que dicen que tie...