7. Estoy bien.

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Podríamos decir que todo había ido bien.

Claro que fingir ser una persona es más difícil de lo que parece, más si este es tu propio hijo, pero lo diría, su día escolar había ido bien, en lo que podía decir, ya que realmente se notaba como la educación había cambiado desde que ella estuvo en el mismo grado que Lemy, por que lo juraba, habían cosas que de verdad no podía entender del todo.

Pero había que hablar de lo que realmente importaba, y lo diría, su plan aún no estaba muy claro para ella, aunque lo que había llegado a pensar realmente la convencía, porque.. no necesariamente hay que estar en el infierno para sufrir, siendo algo que ella sabía muy bien.

Las amistades de su hijo.. el Niño mexicano parecía estar bien, pero la que sin duda no toleraría para nada es a la hija de Sam, que no mentiría, se contuvo con toda su fuerza para no hacerle daño, logrando calmarse, tal vez esa niña podía serle útil a futuro, por lo que no había necesidad de precipitarse. Dirigiéndose a su casa, estando unos metros atrás de su "hermana" Lyra que se encontraba hablando con aquella chica que vió un par de veces en la ventana de "su" hogar.

- Lyra..—La castaña volteó a verla y siguió hablando— ¿No crees que tu hermano está un poco.. extraño?, es decir, solo mira su vestimenta, parece como si intentara aparentar que no usaba aquel atuendo de antes.

- Bueno..—Sonnet tenía razón en un punto, aunque ella seguía pensando que su hermano estaba creciendo— es cierto que me sorprendió este pequeño cambio de su parte, pero, a su edad yo también cambié, por supuesto que fue diferente..

- Tengo una hermana.. y si algún día la viera cambiar así..—Miró hacía atrás unos segundos— daría por hecho que no es ella. En fin, puede que me esté equivocando, nos vemos luego, salúdame a tu padre.—Dijo esto guiñando un ojo, despidiéndose después de ello.

Realmente no le importa en lo absoluto el hermano menor de Lyra, pero sentía que debía dar su opinión, al menos cuando se tratara de asuntos raros como este, porque algo que no le quiso comentar a la castaña, es que recordaba que los ojos del pequeño castaño eran azules, no cafés como había logrado observar el día de hoy, curioso sin duda, pero como dijo, no era su asunto, no hasta que se convirtiera en la madre de ambos, siendo algo, que definitivamente iba a cumplir.

Ese albino sería suyo, tal vez no ahora, pero en un futuro, quizá.

En otra parte.






Se sentía incómodo.

Normalmente no debe faltar al trabajo, pero pidió unos días libres, que le fueron otorgados por su excelente desempeño en su lugar de trabajo, ¿En que trabajaba?, con gusto les explicaría a los que lo observaban en estos momentos, aunque eso tendría que esperar, ya que la persona que estaba esperando, había llegado.

- Hola Sam..—Dijo el albino saludando a la rubia, aparentemente este lugar parecido a aquel otro lugar donde se bebe café era Perfecto para hablar— supongo que fue inevitable vernos nuevamente..

- Digo lo mismo..—Estaba algo nerviosa, casi como una adolescente en una cita, tomando asiento al ver cómo él la miraba— Lincoln..—El albino cruzó miradas con ella— no le he dicho a Lina..

- ¿Q-Que?—Ahora era él quien estaba nervioso— p-pero creí que ya le habrías dicho.. es más, pensaba que nos habíamos reunido por eso..

- ¡D-De verdad que lo intenté..!—Elevó un poco su tono de voz, calmándose después de unos segundos— pero no he podido, y no es que no quiera.. es solo que, —Suspiró— conozco a mi hija, su reacción puede ser muy diferente a lo que se pensaría, ella probablemente se enoje y no sé qué decirle cuando eso pase..

Más allá de lo visible.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora