Día 27: Sorpresa

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Fugo llegó a medio día a casa, su reunión había terminado antes de lo esperado, por lo que pensaba darle una sorpresa a Narancia, a quien imaginaba durmiendo aún.

Pero al llegar a casa y subir las escaleras en silencio, oyó a su querida esposa llorando en la habitación, esto lo preocupó mucho, pues los últimos días había estado un poco mal del estómago y no había querido comer golosinas, tal vez estaba enferma y lloraba de dolor a sus espaldas, o eso pensaba.

Entró a la habitación y la chica rápidamente se dio vuelta ocultando sus manos.

—Nara, querida, ¿Qué pasa?

—Fugo...¿Qué haces aquí?

—Pues es mi casa, salí antes de reunión y quería darte una sorpresa

La chica nuevamente se lanzó a llorar, Fugo se preocupó y se acercó más a ella, pero Narancia intentó darse vuelta dándole la espalda

—Por favor perdóname

—Naranjita, vamos puedes decirme que pasa

—Es que yo... no sé cómo decirte esto

La chica cerró los ojos y le extendió a Fugo el objeto que tenía en sus manos

—Oh Narancia.... Esto es...

—Perdóname de verdad

Fugo tomó el objeto y vio que se trataba de un test de embarazo marcado positivo, de un segundo a otro su preocupación cambió a felicidad, por lo que suavemente se sentó en la orilla de la cama junto a la chica y la abrazó.

—Naranjita linda, ya no llores, esta es la mejor sorpresa de todas

—¿No estás molesto? Dijiste que odiabas a los niños, entonces pensé que...

—No, No, estoy muy feliz con esta noticia, no es lo mismo un niño ajeno a tener un bebé con el amor de mi vida

—Yo, estoy feliz pero pensé que no lo querrías

—¿Y como no voy a querer al fruto de nuestro amor? Bobita, me hace muy feliz el saber que tendremos un pequeño o pequeña

Fugo se puso de pie y tomando a su amada de las manos la ayudó a levantarse.

—Te llevaré a la clínica para que comiences a controlarte como se debe

—Está bien, al final no era la pizza rancia ni las verduras crudas lo que me daba nauseas, era una bendición, nuestra bendición

Narancia se cambió de ropa y luego ambos partieron a la clínica cercana, donde a la chica le tomaron muestras. Fugo esperó bebiendo un café de la expendedora del lugar, luego Narancia salió y se quedó a su lado hasta que las muestras estuvieron listas y llamaron a ambos a la consulta.

—Felicidades, Nara está esperando un bebé—Dijo el médico— Y ambos se encuentran saludables

—¡Qué emoción Fugito! Ya es oficial que vamos a ser papis

Fugo oía en silencio, mientras aguantaba las ganas de saltar de la alegría, el médico siguió dando explicaciones.

—A pesar de estar saludable, Narancia está bajo peso, por lo que le recetaré vitaminas, deberá tomar una cápsula dos veces al día

—¿Y por qué? Si estoy saludable

—Cuando el bebé comience a crecer en su vientre necesitará vitaminas, y al estar bajo peso puede ser riesgoso

—Entiendo doctor... ¿Y esas pastillas saben muy mal?

—Narancia, querida, no te preocupes por eso, cuidaré bien de ti

El resto de la cita médica fueron indicaciones básicas del cuidado de Narancia, ya que eran padres primerizos y necesitaban un poco de orientación.

Ya de vuelta en casa, Fugo estaba feliz, aunque el bebé sólo tenía dos semanas de vida, colocaba su mano en el vientre de Nara para sentir a su hijo.

Ella sonreía, pero por dentro estaba muy nerviosa, tenía miedo de sentir dolor o de no poder cuidar de su bebé y que este corra riesgos, tenía miedo de no ser una buena madre, ya que aún era muy inmadura. Tenía miedo de no poder rendir en sus estudios y nuevamente dejarlos, pero Fugo le dio un cálido beso en sus labios al notar su rostro, y la abrazó.

—Naranjita, mi amada no tengas miedo, todo saldrá bien

—No Fugo, tengo miedo... ¿Y si no puedo cuidar a mi bebé? Todos dicen que yo no soy responsable

—Claro que no lo eres, pero tienes nueve meses para aprender a serlo y estaré a tu lado cumpliendo mi rol como padre, no estarás sola

—Pobre de ti que te fugues y me dejes sola con mi bebito

—Tranquila Naranjita amada, aunque no tenía en mis planes ser padre, daré todo lo mejor por ese bebé, ya que es la mejor sorpresa que me han dado en mi vida

Ambos se dieron un largo y candente beso, tras separarse, bajaron a la cocina a preparar una merienda, pues se les fue todo el día en la clínica y ya era hora de cenar.

Pero Narancia aún sentía náuseas y solo quería una merienda pequeña, Fugo se lo dejó pasar solo por ese día, ya haría que la chica se alimente bien y tome sus vitaminas para que su hijo o hija nazca sano y sea muy feliz.

FugoNara Tober 2020 - FugoxFem NaranciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora