Día 25: Despistada

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Los rayos del sol alumbraban la habitación despertando a Narancia. Ella miró a su esposo con ternura y se sentó en la cama, acariciando los rubios mechones de su flequillo hasta que se despertó.

Fugo abrió los ojos y lo primero que hizo al ver a su amada fue abrazarla y besarla. Ambos habían caído dormidos sin ropa, por lo que al verse desnudos a la luz del sol ambos se sonrojaron.

—Narancia, tienes un cuerpo muy hermoso—Dijo Fugo con sus mejillas ardiendo

—G... gracias, pero tú tienes para abajo tu cosita, ayer era más grande

—Es porque ayer estaba erecto, bobita

—¿Entonces así luce, para abajo?

—¡Ya basta! Es vergonzoso, yo no he hecho comentarios del tamaño de tus senos

—¿Qué tienen?

—Me gustan, bajo tu ropa lucen más pequeños, pero son grandes

—¿Y si mejor hablamos de otra cosa?

—Concuerdo contigo, tomemos una ducha para ir al salón a desayunar, luego podemos ir a la piscina

—¡Siii, la piscina! Pero me quiero bañar primero y solita

—Está bien, respeto que quieras bañarte a solas, te esperaré.

Fugo se sentó al borde de la cama a esperar que Narancia se bañara, podía escuchar cómo cantaba Mientras caía el agua, pero no alcanzaba a oír su canción.

Una vez que Narancia se bañó, se vistió con su bikini y sobre este un delgado vestido naranja con flores blancas. Fugo entró, se dio una ducha corta de dos minutos y luego de vestirse con una playera verde y pantalones negros.

Narancia se acercó a Besar a Fugo y luego de tener la cama, fueron tomados de las manos directo al comedor para desayunar.

Al llegar a la mesa, Fugo pidió un café mientras que Narancia optó por un juego de Naranjas naturales. El resto del desayuno era especial de la casa, una mezcla de diversas carnes, panes y verduras.

—!Pero esto parece un almuerzo!—exclamó Narancia al ver la comida

—Es el especial, espero te guste

—¿Bromeas? ¡Me encanta!

Narancia comenzó a comer muy emocionada, le gustaba mucho cuando Fugo la consentía con comida, y jamás había visto un desayuno tan contundente. Fugo la miraba con una amplia sonrisa, era tan hermosa cuando comía alegremente que el tan solo verla llenaba su alma.

Al terminar su desayuno, subieron a la azotea con vista al mar, se sentaron a reposar el desayuno a la orilla de la piscina. Narancia no hayaba la hora de meterse al agua, pero Fugo la obligó a esperar cuarenta minutos.

Una vez que pasó el tiempo, Se quitó el vestido, lo tiró lejos y corrió en dirección al agua. Fugo la tomó del brazo y la detuvo.

—No te has puesto bloqueador, ven aquí

—¿Y me vas a aplicar tú?

—Solo date la vuelta, te aplicaré el bloqueador para que tu hermosa piel no se lastime

Narancia se sentó y dejó que Fugo le aplicara el bloqueador solar, luego de tres minutos, Narancia nuevamente corrió al agua y esta vez se lanzó de bombita en la zona más profunda. Felizmente chapoteaba y nadaba, Fugo la miraba desde una silla bajo la sombra de un quitasol, no quería exponerse a los rayos del sol porque su piel era sensible, y tampoco quería entrar a la piscina porque no le gustaba.

—Oye Fugo, ven al agua, ¡No seas aburrido!

—Lo Siento Narancia, no me puse mi traje de baño

—Bueno, te lo pierdes, yo estoy feliz aquí

—Y yo soy feliz viéndote disfrutar del agua

—Es que está temperada el agüita, está muy buena

Narancia se quedó en la piscina por tres horas jugando y chapoteando, cuando ya se cansó, se salió del agua y se acercó a despertar a Fugo quien dormía una siesta en la sombra.

—Oye Fugo, tengo hambre

—Querida estás mojada, sécate con tu toalla

—Ah, pero después de almorzar quiero regresar a la piscina

—No cariño, después quisiera llevarte al spa

—No quiero cosas raras, aún me duele

—Bien, vamos a almorzar y luego decidiremos, tenemos toda la semana y aquí hay muchas entretenciones

Fugo secó el cabello de Narancia con una toalla, y ella mientras tanto secaba su cuerpo con otra, luego volvió a colocarse su vestido y caminó de la mano de su esposo hasta el comedor.

Ya sentados en el lugar estaban leyendo la carta para pedir un almuerzo, Narancia se miró ambas manos y comenzó a llorar

—Fugo, Fugito, perdí mi anillo—Dijo Narancia entre lágrimas

—¿QUÉ?

—Es que ya no lo tengo, mi anillo de bodas no está

—¿Dónde crees que pudiste haberlo perdido?

—Yo, yo no se

Narancia llevó ambas manos a su rostro y comenzó a llorar descontroladamente. Fugi en un comienzo se sintió Furioso, no podía creer que la chica fuera tan despistada, pero al verla llorar de la desesperación se sintió muy mal. Debía calmar a su hermosa y amada esposa.

—Tranquila querida, de seguro lo perdiste en la piscina, vamos a buscarlo

—¿De verdad no estás molesto?

—No, la verdad es que estoy preocupado

Fugo tomó la mano de Narancia y caminó hasta la azotea del edificio y entró a la zona de la piscina. Fugo se acercó al agua mientras Narancia no dejaba de llorar, tal fue la desesperación del chico de ver llorar a su esposa que se lanzó al agua con ropa y zapatos y busco bajo el agua, estuvo un par de minutos hasta que encontró algo junto al filtro de limpieza. Tomó el objeto y salió a flote, lo había encontrado.

—Te salvaste querida, por poco lo absorbe el filtro

—¡Lo encontraste!

Fugo nado hasta la escalera y se salió de la piscina, se acercó a su amada y le colocó su anillo.

—No lo vuelvas a perder

—Gracias Fugito, te amo

—Y yo te amo a ti, pero ahora debo ir a la habitación a darme una ducha

—Ah pero tengo mucha hambre

—Pide algo a la habitación, yo quiero quitarme el agua con cloro

—Está bien, te dejaré una rebanada de mi pizza a la habitación

El resto de la semana fue muy calmada, Nara no volvió a ser tan despistada. Ambos disfrutaron de su luna de miel, disfrutando de la compañía a solas del otro sin preocupaciones, solo Fugo que estaba al pendiente de cuidar de Narancia.

FugoNara Tober 2020 - FugoxFem NaranciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora